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Soliloquios o Cuaderno o Enciclopedia Filosofia

Artículo Periodístico 413º: “Ascesis de la voluntad”.

              Artículo Periodístico 413º: “Ascesis de la voluntad”[1].      

                   0. Comprendo que este tema o cuestión les parezca muy lejano o desconocido a muchas personas, ¿pero las personas deben autocontrolar de forma correcta sus deseos, su voluntad, sus quereres, sus pasiones, sus amores? ¿Tiene que seguir unas normas en el autodominio de la voluntad, unas normas que sean acordes con una psicología correcta y mesurada y racional y una moralidad correcta y adecuada? ¿Ni que caiga en defectos por exceso, ni por defecto, según el acto o actos en sí, según su estado de vida, no es lo mismo un monje que una persona casada…?

                   1. ¿Quizás no sean tiempos de hablar de ascética o de autocontrol correcto y según normas adecuadas a nivel psicológico moral, del propio yo? ¿Y como el ser humano tiene que ir entendiéndose y autocontrolándose de forma correcta por partes, o por dimensiones o por facultades, empezamos con la cuestión del autocontrol correcto con una ascesis correcta de la voluntad?

                   ¿El ser humano tiene que controlar de forma correcta sus amores, sus deseos, su querer, sus quereres, sus pasiones, sus afecciones, sus afectos, sus emociones, en definitiva su voluntad? ¿Y su voluntad en sus niveles, diríamos inferiores, percepciones, deseos, pasiones, emociones y en sus niveles superiores, por decirlo de alguna manera, el querer, el amor…?

                   2. ¿Quizás en el mundo de hoy, se nos enseña de todo o de casi todo, menos de conocernos adecuadamente a nosotros mismos, y después de conocernos más correctamente, de autocontrolarnos de forma correcta, y en tercer lugar, de enseñarnos como debemos de forma adecuada automoderarnos, autocontrolarnos, autoconocernos según reglas de racionalidad psicológicas sanas y según normas de moralidad sanas, y si es posible de espiritualidad sana…?

                   ¿¡Debemos indicar que muchas personas, se pierden o nos perdemos en estos campos, por exceso o por defecto, en todos estos campos de la voluntad, de la moralidad, del autocontrol, incluso de la espiritualidad, si aceptamos que existe este aspecto de la realidad!?

                   ¿Aceptamos que enormes males sufre el ser humano, a sí mismo y produce en los demás, si se pierde en amores y deseos y quereres desordenados? ¡Aceptamos que existen amores y deseos y voluntades y quereres más ordenados y otros menos ordenados o desordenados…?

                   ¿Porque la voluntad nos dirige hacia el bien o los bienes, si ese bien o bienes es desordenado la voluntad se está equivocando de objetivo y de fin y de meta? ¿O si emplea medios o instrumentos incorrectos, técnica o moralmente, para alcanzar ese bien o esos bienes, pues también se daña en su interioridad y en su proyección hacia la exterioridad…?

                   ¿El ser humano si no dirige de forma correcta hacia el gozo no correcto o incorrecto o desordenado, o hacia el bien desordenado o de forma desordenada, sea bien o gozo o deseo o emoción o voluntad entonces el ser humano queda enfangado, su ser humano, su voluntad, su querer en un lago de embotamiento, como dirían los clásicos? ¿Queda atrapado en un magma y laberinto y espiral de goces inadecuados, de gozos inadecuados y por tanto, su voluntad, su ser se pierde en ello? ¿Y por lo tanto, no crece, porque su voluntad está perdido en objetos inadecuados a nivel moral, y a nivel espiritual también, si es que admitimos el ámbito de lo espiritual o de la espiritualidad…?

                   3. ¿Es necesario apartar, como dirían los tratadistas clásicos sobre moralidad-espiritualidad la voluntad de goces o gozos desordenados? ¿Se admite clásicamente cuatro afecciones o pasiones de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor? ¿Por tanto, hay que autocontrolar de forma correcta, en su uso y en sus fines cada una de estas afecciones o pasiones o deseos o emociones o sentimientos para que la voluntad sea lo más libre y racional y moral posible, para que el ser humano pueda continuar creciendo de forma correcta y no se enquiste…?

                   ¿Se explicaba clásicamente del “gozo” del bien o de los bienes posibles y presentes, “esperanza” del bien o de los bienes posibles futuros o ausentes, “dolor” del mal o de los males posibles y presentes y “temor” del mal o males futuros o posibles futuros?

                   ¿Diríamos que la voluntad se fija en multitud de fines o metas o actos, pero casi siempre lo hace con y en alguna de estas cuatro modalidades o formas? ¿O se teme o se goza o se espera o se goza…?

                   ¿Somos conscientes de cómo nuestra voluntad o querer o quereres o deseos o apegos funcionan, entre estos cuatro polos o entre estas cuatro dimensiones, o somos sujetos que padecemos diríamos los movimientos internos-externos de nuestra voluntad sin darnos cuenta de un mínimo de funcionamiento de ella…?

                   ¿La voluntad no debería desear, ni esperar, ni temer, ni gozar, ni dolerse sino solo lo que fuese moralmente correcto y al mismo tiempo eficientemente racional, según el tipo de acción o de acto concreto? ¿Y si se admite que tenemos un horizonte espiritual-religioso, entonces lo mismo aplicable, o añadir al ámbito anterior de la racionalidad concreta del acto, es decir, un acto si es de salud que sea médicamente correcto, a eso se le añade que tenga las características morales y éticas adecuadas y correctas, y en tercer nivel, que sea espiritualmente correcto, y por tanto, que el temor y el gozo y el esperar y el dolor sea para, como clásicamente se dice o decía, “para gloría y honra del Ser Supremo”, si es que se admite esta tercera dimensión de la realidad?

                   4. ¿El ser humano tiene que dejar los apegos desordenados de la voluntad, y estos pueden ser muchos, toda la multitud de deseos y actos y emociones y quereres, pueden tener una vertiente negativa o positiva o claramente negativa…? ¿Esos apegos desordenados pueden ser el robar, el adulterar, mentir, asesinar, etc., o apegos desordenados de actos que pueden ser buenos en cierta medida y desordenados en otra medida, atarse demasiado a bienes, caer en la avaricia, en la lujuria, en la ira, en la envidia…? ¿Por tanto, la voluntad tiene que ordenar los apegos que sean desordenados en sí mismos, y por otro lado, otros apegos que pueden ser ordenados o desordenados, según cantidad o según cualidad o según situación o según estado de vida del sujeto, no es lo mismo un fraile que un viudo o un casado, también ordenarlos de forma correcta…?

                   ¿El amor correcto y adecuado en sus fines y en sus medios es lo que permite crecer de forma correcta y adecuada al ser humano? ¿Y para eso tiene que utilizar de forma correcta la voluntad o la función de la voluntad entre otras…?

                   Existen desde la antigüedad una serie de consejos concretos y normas para corregir los apegos desordenados. Entre otras ser conscientes de qué apegos de la voluntad y del querer y del amor o de los amores son desordenados, analizar dichos apegos y afecciones a la luz de la moralidad correcta y si se cree en un plano superior espiritual, a la luz de una espiritualidad correcta, saber que a veces, los apegos o afecciones son negativos, pero a veces, afecciones a cosas buenas, pueden ser no convenientes y no adecuadas, según situación de la persona, etc., y éstos últimos son más difíciles de distinguir, los apegos o afecciones o deseos o emociones negativos deben ser arrancados de la voluntad de forma correcta y adecuada, y lo antes posible, antes que vayan inundando otras facultades humanas y mentales y morales…

                   5. Recapitulando siempre se ha definido la voluntad como la facultad que tiene por objeto el bien conocido por la inteligencia.

                   Por lo cual hay que analizar que se esté utilizando la inteligencia o el entendimiento de forma correcta, que los conceptos o ideas o representaciones mentales del bien o bienes que se quiere conseguir o desear sean los correctos, y que el bien en sí que se desea también sea correcto, desde la racionalidad, la eficiencia y la moralidad.

                   En un acto de voluntad se interrelacionan aspectos de diferentes planos o por decirlo de alguna manera de diferentes disciplinas, por eso es tan fácil confundirse y enredarse. Actos del entendimiento o de la mente en sí, actos del análisis de bien al que se aspira, actos de la interrelación entre el funcionamiento del entendimiento y del bien o finalidad del bien en sí. Actos de la utilización correcta o medios instrumentos para alcanzar ese fin que es bueno, porque puede ser bueno el fin, y utilizar medios incorrectos, el fin bueno no justifica todos los medios, en la acepción clásica.

                   Siempre se ha indicado que existen una serie de fases, que podríamos resumir de la siguiente manera:

                   - Concepción de bien o fin a alcanzar.

                   - Deliberación de motivos o razones a favor o en contra.

                   - Decisión de la mente o de la voluntad en hacerlo o en no hacerlo. Primero mejor en volver a desearlo o no volver a desearlo. Y si se admite que sí, en hacerlo o en no hacerlo.

                   - Intentar la realización o materialización del deseo o de la afección y convertirse en acto.

                   6. Como diría o parafraseando libremente a Juan de Yepes al hablar de los caminos del espíritu o de la moralidad o ascética o espiritualidad ascético-mística, son temas o cuestiones enormemente difíciles, que el autor conoce a medias, pero incluso aunque se expresasen de formas más correctas o el autor, tuviese más ciencia sobre ellos, nos tememos que pocos estarían interesados en seguir estos caminos, que exigen un autoconocimiento cada vez mayor de sí mismos, un conocimiento correcto de la realidad exterior e interior, un conocimiento y entendimiento adecuado de distintos saberes de la realidad, de la moralidad, y después ponerlos en funcionamiento y en la práctica de forma correcta.

                   © jmm caminero (26 noviembre-23 diciembre 2015 cr).

Fin artículo 413º: “Ascesis de la voluntad”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado el día 23 de diciembre del 2015 a MiCiudadREal.es.

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