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Soliloquios o Cuaderno o Enciclopedia Filosofia

Artículos Ética y Moral

Artículo Periodístico 429º: “Ascética de la memoria”.

Artículo Periodístico 429º: “Ascética de la memoria”[1].     

                   0. ¿El ser humano de nuestro siglo necesita un autocontrol correcto de la memoria? ¿Necesita aprender de forma correcta moral y psicológica los recuerdos, la memoria, la facultad o función de la memoria? ¿Sin un autocontrol de la memoria, de los recuerdos el ser humano no puede crecer ni psicológica, ni moral, ni espiritualmente…? ¿Ni en sus actividades de ocio o profesión o vocación o en su faceta social y cultural…?

                   1. ¿Decían los clásicos que sin un control correcto de los recuerdos, de la memoria el ser humano es como una casa sin ventanas, sin puertas, sin chimenea y por tanto, entra en la propia conciencia multitud de estímulos, recuerdos, sentimientos, afectos, deseos del pasado o del presente sin orden, sin medida…? ¿O demasiados temores del futuro, que después se materializarán o no…?

                   ¿En un mundo en el que estamos expuestos a tantas percepciones y estímulos, cómo buscar un equilibrio entre el presente y el pasado, entre lo que tenemos que hacer y pensar hoy, y las mareas del pasado, aunque sean de un pasado muy lejano o cercano…? ¿Cómo olvidar de forma correcta, o como asumir lo realizado, pensado o deseado o sentimientos o actos, que se estructuren de forma correcta en la conciencia, en el ser humano, en el hoy…?

                   ¿Cómo recordar lo esencial y no dejarse adjetivar y manipular por cientos de detalles secundarios…? ¿En la vida normal y rutinaria, siempre de forma correcta psicológica y moral y eficiente en las realidades en las que un ser humano está inserto?

                   ¿Sin un autocontrol correcto de la memoria, la mente o psique humana se convierte en un campo de lucha entre multitud de afectos, recuerdos, sentimientos, ideas, pasiones, emociones, conceptos, ideas, representaciones mentales…? ¿Cómo un enorme mono que diría Buda que está de rama en rama, y nunca descansa, nunca piensa y recuerda de forma correcta y adecuada y eficiente y mesurada…?

                   ¿Sin un mínimo control correcto, a nivel psicológico y moral de la memoria, el ser humano es como un barco sin rumbo está recibiendo constantemente estímulos, internos y externos, no pone un dique, y es como un papel en manos de huracanes y tempestades…?

                   ¿Ocuparse de las cosas y de las ideas es bueno y correcto, pero siempre que sea en una medida, si se llega a la intranquilidad, al continuo sufrimiento por recuerdos, temores, penas, angustias, se está haciendo un uso no correcto de las facultades o funciones o potencias psicomentales, y por tanto, solo se sufre o se sufre sin necesidad, o se sufre en una cuantificación o cualificación mayor de lo correcto…?

                   ¿En la tradición clásica la memoria desordenada, se decía es como una noria que no hace nada más que dar vueltas y vueltas a las cosas? ¿Porque una cosa es penar y repensar una cuestión, y otra es que dicho pensamiento te obsesione, al final, el individuo pierde la libertad interior…? ¿Una cosa es pensar con datos nuevos y conceptos una cuestión antigua, y otra es roer y roer, que al final se roe a uno mismo la misma alma, la misma mente, la misma carne…?

                   2. La memoria debe ser aconsejada por la esperanza. Siempre racional y mesurada y con sentido común y de forma moral correcta. Dejar a los tiempos que traigan sus tiempos. Dar tiempo al tiempo, según la formulación popular.

                   Tener una moralidad correcta ayuda de forma esencial. Tener posiblemente un concepto metafísico y religioso y espiritual ayuda a sobrellevar los sufrimientos de la vida, siguiendo a un ministro de cultura, Semprun de Felipe González, en el campo de concentración dónde estaba decía que soportaban mejor dicha realidad aquellos que eran comunistas y aquellos que eran católicos, porque ambos tipos de personas creen que el futuro siempre será mejor que el presente…

                   Desarrollar ideas y estímulos y sensaciones y recuerdos que amplifiquen la paz, la paz interior. Mirar el pasado y darse cuenta que siempre hemos ido, la humanidad hacia mejor, y por tanto, esperamos con cierta racionalidad que así suceda en el futuro. Incluso, aunque existan noches y turbulencias y huracanes y tormentas y tifones después viene la calma, después viene el día…

                   A las preocupaciones hay que darle una medida. No se pueden obviar y olvidar las preocupaciones, pero todo haciéndolo con una medida, con racionalidad, examinándolas y dándoles una importancia correcta. No darle importancia es malo y negativo, darle mucha, pues también…

                   Saber y entender que el ser humano puede perfeccionarse en su profesión y en su oficio y en su vocación, pero también puede y debe perfeccionarse en su moralidad y en su ética, y si cree en realidades metafísicas, también puede poner su grano de arroz y arena para perfeccionarse espiritualmente…

                   Puede haber formas, que las tradiciones de siglos han desarrollado para una utilización correcta de la memoria, y que están en el saber occidental, que no hay que mirar a otros continentes. Y desde luego, nadie se meta a grupos que prometen la salvación y la paz interior y la liberación interior, porque muchas personas han caído en los dientes y fauces de sectas, en el sentido estricto. A ver, si por solucionar un pequeño problema nos vamos a meter en una jungla o en una cueva de la que sea muy difícil salir.

                   Ser muy prudentes con todos los caminos de salvación y de perfección, tanto orientales como occidentales, tantos de ayer como de hoy. La prudencia lleva a examinar todas las formas de vida, todas las morales y éticas. Dejar tiempo al tiempo, no tomar una decisión en pocas semanas y meses, mirar si son grupos amplios de personas o son pequeños, mirar la historia, examinar por Internet la información disponible a favor y en contra, consultar con personas que estén fuera de esos grupos, consultar con especialistas y pensar que mejor es ser una persona normal y rutinaria y con algunas imperfecciones y no ingresar en grupos que prometen todo lo bueno, y después quedar atrapados en círculos que es muy difícil de salir…

                   Ser moderado y mesurado y racional y apoyándose en el saber ortodoxo, es decir, en la ciencia, en todo lo posible, en el pensar, en el desear, en el sentir, en el actuar… porque de otra manera, uno se pierde en la vorágine de uno mismo, en la vorágine del mundo exterior, en el huracán de pasiones y emociones sin medida, o en ideologías de hoy o de ayer, cerradas y semicerradas…

                   Procura no caer de un extremo a otro. Postura que se produce muchas veces, y a veces, se va de un extremo que no era bueno, a otro extremo, que para salir del primero, tampoco es bueno. Por eso, buscar sistemas de ideas y prácticas que sean buenos y correctos, mesurados, que te dejen pensar y actuar, que no te obliguen a la acción o a tomar una resolución definitiva. No confíes o desconfía de los grandes salvadores y de las grandes salvaciones inmanentes o trascendentes. Examina todo y piensa todo con mesura y prudencia y con datos y conceptos ortodoxos y con la ciencia. Todos los individuos tienen problemas, y todos llevan una cruz cuando no dos o tres, a ver si por quitarnos una cruz, nos creamos otra más grandes… Pensar que hay personas que se aprovechan de personas vulnerables, con problemas, con poca autoestima, con situaciones afectivas o económicas complejas… pensar que hay personas que conocen la vulnerabilidad y debilidad de otras personas, y no tienen ninguna moral correcta, y se aprovechan de la debilidad de otras personas y las manipulan. Que tienen grandes palabras pero hechos bastantes mediocres… Por eso, hay que ser muy prudentes, muy racionales, con mucho sentido común, se esté en una situación o se esté en otra, se tenga un problema o cinco, se lleve una cruz o tres…

                   3. Quizás es bueno para autocontrolar la memoria, que es una puerta que puede entrar mucho bueno, pero mucho que no es tan bueno, es limitar la entrada de tantas noticias, deseos, informaciones, eventos, actos… Es bueno estar informado, pero con medida, ni mucho, ni poco, y siempre volvemos al tema del término medio de Aristóteles…

                   No caer en ideas y recuerdos obsesivos, que no te dejan tener libertad para asumir el presente o que te van royendo la mente, que no te dejan descansar…

                   Tener esperanza en uno mismo, una esperanza racional y mesurada, pero esperanza en uno mismo, es decir, una autoestima correcta, tener esperanzas en la sociedad-humanidad, que de momento, hasta dónde sabemos siempre ha ido mejorando, y tener esperanza si se es creyente, pues en que el Ser Supremo de alguna manera te protegerá o te cuidará…

                   El uso correcto de la memoria, es como siempre no caer en el error del quietismo, el error de no hacer nada. La vida exige actuación, actos de pensamientos, de búsquedas, de hechos, de sentimientos… pero hacerlo de forma mesurada y correcta, y si es posible con eficiencia, y con eficiencia según el saber ortodoxo, que hoy es la ciencia y con la interpretación correcta de la ciencia. Es mejor equivocarse con la ciencia, que no equivocarse en contra del parecer mesurado y demostrable de la ciencia. Con todos los matices que queramos otorgar a este enunciado o frase o idea.

                   Tener un tiempo para escuchar el mundo exterior, pero también tener un tiempo diario para en sosiego y silencio escucharse a sí mismo. No hay que ir a Oriente para escucharse y mirarse a sí mismo interiormente…

                   No se pueden negar los problemas, tanto presentes o del pasado, o los temores del futuro, pero hay que mirarlos en su justo precio y valor. Porque muchos problemas no podrás solucionarlos, otros se irán solucionando poco a poco, otros quizás se agravarán. Pero si pierdes el autocontrol y pierdes la esperanza, sin dejar de hacer lo que tengas que hacer, todo se convertirá en mayor problema. Para eso debes consultar con personas de distintos campos, con profesionales especializados en distintos campos de la actividad humana…

                   4. Para concluir, no sé estimado lector si habrás tenido el valor y la paciencia de llegar hasta esta frase o párrafo, o te habrás saltado la mitad de ellos, o habrás tirado la toalla en la mitad de dicho artículo, pero desde luego, supongo que la mayoría de hipotéticos lectores jamás habrán oído, la relación de dos conceptos, uno el de ascética y otro el de ascética en relación a la memoria. Pero aunque te parezca difícil de entender y comprender, esto existe en la tradición occidental y existe desde hace muchos siglos, no hay que ir a Oriente, ni siquiera admitir nuevos grupos de salvación y nuevas ideologías, que a saber los fines que buscan, sino que en la tradición ortodoxa occidental, en las ideologías predominantes de Occidente durante siglos, existen estos dos conceptos, ascética y ascética correcta de los recuerdos, de la memoria… espero te sirva para una introducción, un proemio, un prólogo para que usted pueda reflexionar más sobre esta cuestión. Que en definitiva es reflexionar sobre usted mismo… ¡Usted verá, hoy ya tiene algo más qué pensar!

                            © jmm caminero (07 diciembre-04 enero 2015 cr).

Fin artículo 429º: “Ascética de la memoria”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado en el Per. Dig. MiCiudadReal.es, el día 05 de enero del 2016.

Artículo Periodístico 424º: “La conciencia moral”.

                   Artículo Periodístico 424º: “La conciencia moral”[1]. 

                   0. ¿Tenemos una conciencia moral? ¿O dicho de otro modo, tenemos una conciencia de lo que está bien y, o está mal en un acto o un deseo o una pasión o una emoción o una palabra? ¿Por consecuencia si tenemos conciencia y conciencia moral, no todo estará bien y no todo estará mal? ¿Y cuales son o pueden ser los fundamentos de esa conciencia moral? ¿Por qué tenemos conciencia moral y no la tienen quizás los animales no racionales…?

                   1. Raíces o fundamentos antropológicos o criterios de la moralidad.

                   ¿Por qué creemos que somos morales y éticos, nos guste o disguste? Somos porque tenemos una serie de funciones o facultades o realidades que cada una de ella, y entre todas nos conforman morales y éticos. Dicho de otro modo, si usted pone en un salón un perro y un trozo de carne, el perro irá irremediablemente hacia él, y se lo comerá o lo enterrará, pero si pone un ser humano y una tarta, aunque tenga mucha hambre puede tomar diferentes decisiones al respecto. Estos elementos son los siguientes:

                   1. La conciencia o la conciencia moral.

                   La conciencia moral es la facultad individual de evaluar moralmente los comportamientos humanos.

                   a) El descubrimiento de la conciencia moral individual ha tenido los siguientes pasos o hitos.

                   - La oikeiosis estoica. Es una especie de instinto por el que el ser humano sabe reconocer los comportamientos que favorecen su autorrealización: el telos o fin inmanente de nuestra naturaleza, reflejo del orden natural.

                   - La conscientia escolástica. Es la aplicación de los principios éticos universales a los actos de la vida cotidiana. Estos principios los descubre en sí mismo el ser humano a través de un acto intuitivo específico denominado sindéresis y son reflejo del orden moral deseado por Dios.

                   - El moral sense de la ilustración anglosajona. Afirma la existencia de un sentido común moral basado en la simpatía, término que en su sentido originario griego hace referencia a la comunidad de sentimientos entre las personas. Este vínculo común, les permite distinguir lo que está bien y lo que está mal.

                   - El deber kantiano. Para Kant sólo es buena, desde el punto de vista moral, la conciencia moral que se rige únicamente por el estricto cumplimiento del deber.

                   b) Origen de la conciencia moral.

                   - Sobrenaturalistas.

                   - Los naturalistas.

                   - Los no-naturalistas:

                            - Marxismo. Sociologismo. Psicoanálisis.

                   2. La libertad.

                   Se admite que el ser humano tiene un cierto grado de libertad de acción o de actos o de pensamientos o de deseos o de emociones o de palabra…

                   - Actos y actos libres o actos determinados.

                   - Actos voluntarios y libres.

                   - Libertad y libertades fundamentales.

                   - Libertad y poder hacer.

                   3. La responsabilidad.

                   Para que un sujeto sea responsable del acto moral tiene que tener las siguientes condiciones:

                   - Conocimiento de las circunstancias y consecuencias del mismo. La ignorancia sólo exime de responsabilidad cuando el sujeto no tiene la obligación de saber -ignorancia invencible-.

                   - Que el sujeto lo haya realizado libremente. Para que la coacción externa o interna, exima de responsabilidad tiene que ser tan fuerte que anule por completo la voluntad del sujeto.

                   4. La sociabilidad o sociedad.

                   Según esta fundamentación el ser humano ha de atenerse en su obrar a aquello que al sociedad considera que debe realizase. Es la opción que se encuentra presente, de un modo u otro, en cuantas sociedades hacen de la tradición y sus mantenimientos, sus señas irrenunciables de identidad, tanto en pueblos primitivos o en pueblos actuales.

                   El ser humano es moral porque vive en sociedad.

                   Plantea los siguientes problemas:

                   - ¿Qué determinado uso o práctica haya sido así, durante siglos no quiere decir que deba continuar siendo así?

                   - ¿La defensa de la tradición no va en contra del progreso social al defender una concepción anquilosada de la cultura?

                   - ¿Qué tenemos que pensar con aquellos que creen en otras tradiciones o culturas?

                   5. La naturaleza humana como criterio de justificación moral.

                   Implica que el hombre debe hacer aquello que implica su naturaleza.   

                   Las éticas iusnaturalistas naturalistas, Aristóteles, de algún modo las éticas racionalistas ilustradas y postilustradas.

                   Plantea varios problemas:

                   - ¿Existe una naturaleza humana compartida por encima o por debajo de las diferencias individuales, de géneros, de clase, históricas, culturales…?

                   - ¿Puede derivarse como deben ser las cosas de cómo son de hecho? La llamada falacia naturalista, el problema del ser y del deber ser.

                   - ¿A quién le corresponde interpretar los dictados de la naturaleza humana? De tal modo que basándose en la naturaleza humana se ha interpretado diversas cosas diferentes, contrarias y contradictorias.

                   6. La voluntad como criterio de justificación moral.

                   Se piensa que los fines humanos son el resultado de una decisión de la voluntad humana, son decidibles.

                   Plantea los siguientes problemas:

                   - ¿Quién es el sujeto con derecho a decidir? La decisión es del sujeto e intrasferible de él, de la comunidad-grupo-colectividad o de la sociedad-humanidad en su conjunto.

                   - ¿Cómo tomar acuerdos cuando no existe un consenso mínimo o anterior? Este es el problema entre mayorías y minorías.

                   - ¿Tiene cualquier decisión validez absoluta o limitada?

                   - ¿Cuándo es racional una decisión desde el punto de vista ético, una decisión jurídica o política o social o…?

                   7. El deber.

                   8. El sentido de culpa.

                   9. Base psicológica de la ética y moral.

                   - Estructura psicobiológica del ser humano.

                   - Niño salvaje y el antropólogo Itard, 1798.

                   - El ser animal se acopla al medio, el ser humano tiene que justificar sus acciones y actos, porque no está acoplado y ajustado al ambiente totalmente.

                   10. Dios como criterio de justificación moral.

                   Todas las morales religiosas tienen este fundamento. Exigen que la voluntad del hombre se pliegue a la divina. Pero plantea varios problemas:

                   - ¿Cómo saber qué es lo que Dios quiere que hagamos?

                   - ¿Qué sucede con quienes tienen otras creencias religiosas?

                   - ¿Aceptar la sumisión a Dios es ir en contra de la libertad y la racionalidad del ser humano?

                   11. Imposibilidad de la fundamentación.

                   Según Wittgenstein. Sólo se puede fundamentar o ser significativos los enunciados de las ciencias de la naturaleza o experimentales, y los enunciados de las ciencias formales o lógica y matemáticas. Por tanto según este autor y otros no se podría fundamentar la moral y la ética en ningún fundamento.

                   Parece que es obvio que en la vida cuando sufrimos cómo otras personas se saltan alguna norma moral y ética pagamos unas consecuencias y efectos negativos… Por lo cual, puede que pensemos que no exista ninguna moral, pero cuándo sufrimos los males y errores de otros, si creemos y sentimos que deben existir una moral o ética más correcta y otras mas incorrectas.

                   12. Para concluir si tenemos en cuenta todos los fundamentos o combinados de los anteriores puntos de vista debemos aceptar que la moral y la ética tiene una fundamentación y una razón de ser, y que desde luego existen unas éticas o morales más correctas y otras más incorrectas. ¿Otra cuestión es que a usted o a mí o al otro, queramos buscar y seguir una moral más correcta que no una más incorrecta…?

                        © jmm caminero (24-30 diciembre 2015 cr).

Fin artículo 424º: “La conciencia moral”.



[1] Enviado y publicado en el Per. Digital La Verdad de Ceuta, el día 30 de diciembre de 2015.

Artículo Periodístico 413º: “Ascesis de la voluntad”.

              Artículo Periodístico 413º: “Ascesis de la voluntad”[1].      

                   0. Comprendo que este tema o cuestión les parezca muy lejano o desconocido a muchas personas, ¿pero las personas deben autocontrolar de forma correcta sus deseos, su voluntad, sus quereres, sus pasiones, sus amores? ¿Tiene que seguir unas normas en el autodominio de la voluntad, unas normas que sean acordes con una psicología correcta y mesurada y racional y una moralidad correcta y adecuada? ¿Ni que caiga en defectos por exceso, ni por defecto, según el acto o actos en sí, según su estado de vida, no es lo mismo un monje que una persona casada…?

                   1. ¿Quizás no sean tiempos de hablar de ascética o de autocontrol correcto y según normas adecuadas a nivel psicológico moral, del propio yo? ¿Y como el ser humano tiene que ir entendiéndose y autocontrolándose de forma correcta por partes, o por dimensiones o por facultades, empezamos con la cuestión del autocontrol correcto con una ascesis correcta de la voluntad?

                   ¿El ser humano tiene que controlar de forma correcta sus amores, sus deseos, su querer, sus quereres, sus pasiones, sus afecciones, sus afectos, sus emociones, en definitiva su voluntad? ¿Y su voluntad en sus niveles, diríamos inferiores, percepciones, deseos, pasiones, emociones y en sus niveles superiores, por decirlo de alguna manera, el querer, el amor…?

                   2. ¿Quizás en el mundo de hoy, se nos enseña de todo o de casi todo, menos de conocernos adecuadamente a nosotros mismos, y después de conocernos más correctamente, de autocontrolarnos de forma correcta, y en tercer lugar, de enseñarnos como debemos de forma adecuada automoderarnos, autocontrolarnos, autoconocernos según reglas de racionalidad psicológicas sanas y según normas de moralidad sanas, y si es posible de espiritualidad sana…?

                   ¿¡Debemos indicar que muchas personas, se pierden o nos perdemos en estos campos, por exceso o por defecto, en todos estos campos de la voluntad, de la moralidad, del autocontrol, incluso de la espiritualidad, si aceptamos que existe este aspecto de la realidad!?

                   ¿Aceptamos que enormes males sufre el ser humano, a sí mismo y produce en los demás, si se pierde en amores y deseos y quereres desordenados? ¡Aceptamos que existen amores y deseos y voluntades y quereres más ordenados y otros menos ordenados o desordenados…?

                   ¿Porque la voluntad nos dirige hacia el bien o los bienes, si ese bien o bienes es desordenado la voluntad se está equivocando de objetivo y de fin y de meta? ¿O si emplea medios o instrumentos incorrectos, técnica o moralmente, para alcanzar ese bien o esos bienes, pues también se daña en su interioridad y en su proyección hacia la exterioridad…?

                   ¿El ser humano si no dirige de forma correcta hacia el gozo no correcto o incorrecto o desordenado, o hacia el bien desordenado o de forma desordenada, sea bien o gozo o deseo o emoción o voluntad entonces el ser humano queda enfangado, su ser humano, su voluntad, su querer en un lago de embotamiento, como dirían los clásicos? ¿Queda atrapado en un magma y laberinto y espiral de goces inadecuados, de gozos inadecuados y por tanto, su voluntad, su ser se pierde en ello? ¿Y por lo tanto, no crece, porque su voluntad está perdido en objetos inadecuados a nivel moral, y a nivel espiritual también, si es que admitimos el ámbito de lo espiritual o de la espiritualidad…?

                   3. ¿Es necesario apartar, como dirían los tratadistas clásicos sobre moralidad-espiritualidad la voluntad de goces o gozos desordenados? ¿Se admite clásicamente cuatro afecciones o pasiones de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor? ¿Por tanto, hay que autocontrolar de forma correcta, en su uso y en sus fines cada una de estas afecciones o pasiones o deseos o emociones o sentimientos para que la voluntad sea lo más libre y racional y moral posible, para que el ser humano pueda continuar creciendo de forma correcta y no se enquiste…?

                   ¿Se explicaba clásicamente del “gozo” del bien o de los bienes posibles y presentes, “esperanza” del bien o de los bienes posibles futuros o ausentes, “dolor” del mal o de los males posibles y presentes y “temor” del mal o males futuros o posibles futuros?

                   ¿Diríamos que la voluntad se fija en multitud de fines o metas o actos, pero casi siempre lo hace con y en alguna de estas cuatro modalidades o formas? ¿O se teme o se goza o se espera o se goza…?

                   ¿Somos conscientes de cómo nuestra voluntad o querer o quereres o deseos o apegos funcionan, entre estos cuatro polos o entre estas cuatro dimensiones, o somos sujetos que padecemos diríamos los movimientos internos-externos de nuestra voluntad sin darnos cuenta de un mínimo de funcionamiento de ella…?

                   ¿La voluntad no debería desear, ni esperar, ni temer, ni gozar, ni dolerse sino solo lo que fuese moralmente correcto y al mismo tiempo eficientemente racional, según el tipo de acción o de acto concreto? ¿Y si se admite que tenemos un horizonte espiritual-religioso, entonces lo mismo aplicable, o añadir al ámbito anterior de la racionalidad concreta del acto, es decir, un acto si es de salud que sea médicamente correcto, a eso se le añade que tenga las características morales y éticas adecuadas y correctas, y en tercer nivel, que sea espiritualmente correcto, y por tanto, que el temor y el gozo y el esperar y el dolor sea para, como clásicamente se dice o decía, “para gloría y honra del Ser Supremo”, si es que se admite esta tercera dimensión de la realidad?

                   4. ¿El ser humano tiene que dejar los apegos desordenados de la voluntad, y estos pueden ser muchos, toda la multitud de deseos y actos y emociones y quereres, pueden tener una vertiente negativa o positiva o claramente negativa…? ¿Esos apegos desordenados pueden ser el robar, el adulterar, mentir, asesinar, etc., o apegos desordenados de actos que pueden ser buenos en cierta medida y desordenados en otra medida, atarse demasiado a bienes, caer en la avaricia, en la lujuria, en la ira, en la envidia…? ¿Por tanto, la voluntad tiene que ordenar los apegos que sean desordenados en sí mismos, y por otro lado, otros apegos que pueden ser ordenados o desordenados, según cantidad o según cualidad o según situación o según estado de vida del sujeto, no es lo mismo un fraile que un viudo o un casado, también ordenarlos de forma correcta…?

                   ¿El amor correcto y adecuado en sus fines y en sus medios es lo que permite crecer de forma correcta y adecuada al ser humano? ¿Y para eso tiene que utilizar de forma correcta la voluntad o la función de la voluntad entre otras…?

                   Existen desde la antigüedad una serie de consejos concretos y normas para corregir los apegos desordenados. Entre otras ser conscientes de qué apegos de la voluntad y del querer y del amor o de los amores son desordenados, analizar dichos apegos y afecciones a la luz de la moralidad correcta y si se cree en un plano superior espiritual, a la luz de una espiritualidad correcta, saber que a veces, los apegos o afecciones son negativos, pero a veces, afecciones a cosas buenas, pueden ser no convenientes y no adecuadas, según situación de la persona, etc., y éstos últimos son más difíciles de distinguir, los apegos o afecciones o deseos o emociones negativos deben ser arrancados de la voluntad de forma correcta y adecuada, y lo antes posible, antes que vayan inundando otras facultades humanas y mentales y morales…

                   5. Recapitulando siempre se ha definido la voluntad como la facultad que tiene por objeto el bien conocido por la inteligencia.

                   Por lo cual hay que analizar que se esté utilizando la inteligencia o el entendimiento de forma correcta, que los conceptos o ideas o representaciones mentales del bien o bienes que se quiere conseguir o desear sean los correctos, y que el bien en sí que se desea también sea correcto, desde la racionalidad, la eficiencia y la moralidad.

                   En un acto de voluntad se interrelacionan aspectos de diferentes planos o por decirlo de alguna manera de diferentes disciplinas, por eso es tan fácil confundirse y enredarse. Actos del entendimiento o de la mente en sí, actos del análisis de bien al que se aspira, actos de la interrelación entre el funcionamiento del entendimiento y del bien o finalidad del bien en sí. Actos de la utilización correcta o medios instrumentos para alcanzar ese fin que es bueno, porque puede ser bueno el fin, y utilizar medios incorrectos, el fin bueno no justifica todos los medios, en la acepción clásica.

                   Siempre se ha indicado que existen una serie de fases, que podríamos resumir de la siguiente manera:

                   - Concepción de bien o fin a alcanzar.

                   - Deliberación de motivos o razones a favor o en contra.

                   - Decisión de la mente o de la voluntad en hacerlo o en no hacerlo. Primero mejor en volver a desearlo o no volver a desearlo. Y si se admite que sí, en hacerlo o en no hacerlo.

                   - Intentar la realización o materialización del deseo o de la afección y convertirse en acto.

                   6. Como diría o parafraseando libremente a Juan de Yepes al hablar de los caminos del espíritu o de la moralidad o ascética o espiritualidad ascético-mística, son temas o cuestiones enormemente difíciles, que el autor conoce a medias, pero incluso aunque se expresasen de formas más correctas o el autor, tuviese más ciencia sobre ellos, nos tememos que pocos estarían interesados en seguir estos caminos, que exigen un autoconocimiento cada vez mayor de sí mismos, un conocimiento correcto de la realidad exterior e interior, un conocimiento y entendimiento adecuado de distintos saberes de la realidad, de la moralidad, y después ponerlos en funcionamiento y en la práctica de forma correcta.

                   © jmm caminero (26 noviembre-23 diciembre 2015 cr).

Fin artículo 413º: “Ascesis de la voluntad”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado el día 23 de diciembre del 2015 a MiCiudadREal.es.

Artículo Periodístico 393º: “Virtudes y desvirtudes: Maledicencia”.

Artículo Periodístico 393º: “Virtudes y desvirtudes: Maledicencia”[1].        

                   0. ¿Hemos caído en este error moral y psicológico y espiritual, y se ha convertido ya, en casi toda la población, en una forma de ser y estar, que ya no somos conscientes de él? ¡Se habla y se quita la fama del otro, sin motivos, sin datos suficientes, sin razones suficientes? ¿Nos entrometemos en la vida de los demás sin necesidad, sin causas…? ¿La maledicencia y el juicio temerario son dos caras de la misma moneda, que es una epidemia que se transforma en enormes males…?

                   1. Se puede definir aquella acción o acto que le quita de forma injusta la fama y el honor al prójimo. Muchas veces, sin necesidad y sin causa suficiente.

                   Este mal está tan extendido que ya parece una plaga o una epidemia, es más, ya este mal está tan universalizado, al menos en algunos territorios, sociedades, culturas, países que ya la mayoría de la población no es consciente de que es un mal, y un mal grave, y no es consciente de las consecuencias que para un individuo puede ocasionar esta forma de ser y actuar.

                   Ciertamente hay unos individuos o colectivos o grupos más propensos que otros. Y es cierto, que a veces, los medios de comunicación, o al menos, algunos han caído en este defecto, y han propiciado que ese error de conducta se extienda más por la población.

                   No estamos hablando, que por causas necesarias y justas, y en los lugares debidos, una persona, que haya sido perjudicada gravemente, tenga que indicar determinadas actuaciones de otra o de otras personas. No estamos hablando la justa defensa de una persona también en este problema. No vamos a negar que una persona ante tribunales legales y legítimos tengan que narrar los hechos, hechos de personas y con datos. No vamos a negar que las personas, tengan derecho justo y legítimo a la defensa de su fama y de su honor…

                   Pero todo en esos casos también tiene que estar con medida y con mesura y con racionalidad y con sentido común y con prudencia y con proporcionalidad.

                   Es lamentable que demasiadas veces, no somos conscientes, que ante una situación hay que escuchar a las dos partes. Y solo se oye y escucha y se tiene en cuenta una parte.

                   Como en todo, la prudencia debe ser la madre y la fuente de quién hay que tomar consideración. Ciertamente los actos malos, no podemos decir que son buenos, los buenos no podemos definirlos como malos. Pero las circunstancias de las personas, las circunstancias de las situaciones son, casi siempre terrenos en los que casi nadie de fuera, muchas veces, tampoco de dentro, conocen todas las variables…

                   2. Los juicios temerarios, es decir, indicar expresiones y juicios sin suficientes datos, sin suficiente competencia de la realidad o sobre la realidad, o sobre esas personas es un mal enorme. No podemos negar que hay que escuchar a la mente y al cerebro, y escucharlo y tenerlo en cuenta, porque a veces, el cerebro se adelanta ante un peligro, antes que la conciencia sea consciente. Pero una cosa es escuchar a su propio yo, no llegando a los radicalismos y extremos, porque podrías caer en sin sentidos, y otra cosa, es decir, cualquier cosa de cualquier persona, por un simple indicio o signo.

                   Es más, habiendo visto una actuación negativa o perniciosa de otra persona, si no te compete, no tienes por qué decir nada… Este consejo te evitará muchos enemigos, muchos adversarios, muchos problemas…

                   El prójimo y el otro, además que nadie tiene derecho a quitarle su chaqueta o un trozo de tierra o diez dólares, también tiene derecho a que nadie le quite la fama. Otra cosa, es las excepciones que antes hemos indicado. También debemos pensar que no podemos valorar lo mismo las obras buenas de las personas, que las obras malas, porque muchas veces, en la discreción, los malos van engrandeciéndose y muchas veces, los buenos, se van empequeñeciendo. Y esto ocurre, muchas veces, en las familias en sentido amplio, en los lugares de trabajo, en las vecindades, en los pueblos o en multitud de colectivos y asociaciones… muchas veces, las personas de buena voluntad, son las que quedan como malas, y las personas con menor buena voluntad, como buenas…

                   El que arrebata injustamente la buena fama de otra persona, está cometiendo un grave mal o maldad. Habría que preguntarse, si el que se calla ante la buena fama de otra persona, habiendo hecho un mal grave, si no está de alguna forma haciendo un daño también grande. Pero en esto, algunos tratadistas indican que es mejor la prudencia, porque el mal que haya hecho una persona a otras personas, si no compete decirlo en este momento, es mejor la prudencia y el callar. Porque de todos se puede decir algún mal. Por supuesto aquí estaría el problema de que un mal puede ser moral, pero también moral y jurídico o legal. Por tanto, las consecuencias y las obligaciones pueden y son diferentes…

                   3. Los tratadistas de moralidad clásicos decían que el juicio temerario y la maledicencia era como una especie de asesinato y homicidio a otra persona. Porque quitarle la fama y el honor, con palabras, más con hechos a otra persona es causarle un mal enorme, que puede tener consecuencias para ella, durante lustros y décadas. Cuándo yo leía este aserto o esta definición de joven, creía que era una exageración de los moralistas clásicos, pero el tiempo me ha enseñado, viendo en multitud de casos y personas, que esto es verdad, que es una realidad. Y es peor, en algunos casos que un asesinato, porque hay personas que durante décadas llevan un sambenito, se diga o no se diga, pero otras personas los sienten o piensan o sienten, que les condicionan toda su existencia, incluso las de sus descendientes…

                   El sentido medio aristotélico, en esto como en cualquier otra cuestión moral y ética y espiritual es enormemente complejo. Porque es bueno que las persones conozcan algo de los demás, de sus virtudes y sus defectos. De sus virtudes para alabarlas, de sus defectos para defenderse. Cuántas veces, no conocer algún defecto del prójimo, puede llevar a otras personas a que caigan bajo el dominio y el mal de esas personas…

                   ¿Dónde el equilibrio, dónde el sentido común, donde la racionalidad, dónde la mesura, dónde la prudencia, donde las verdaderas causas y hechos y datos…?

                   4. La murmuración es un mal enorme. Murmuración que va acompañada o es hija o padre del juicio temerario y de la maledicencia. Se juntan las tres creando enormes males en la sociedad y en los colectivos y en los individuos…

                   Por cierto en el DRAE de 1992 todavía esta palabra o término no está en nuestro gran diccionario. Supongo que después la habrán incluido. Lo cual nos indica que quizás ciertos conceptos o palabras que llevan siglos con nosotros, no las hemos incluido, porque ni siquiera las grandes autoridades y las grandes mentes de nuestra lengua, hasta ese momento, no sé después, no se habían fijado en ellas, aunque si en la palabra coño y otras similares… No es criticar a nadie, ni menos a la Academia de la Lengua, sino fijar un detalle, que puede ser importante a la hora de analizar esta cuestión.

                   Dar información falsa, malediciente a otra persona, es un mal no solo a la persona objeto de dicha juicio, no solo al que lo realiza, sino también al que lo escucha. Y un rumor, cierto o falso, no sabemos las consecuencias que puede tener…

                   No hablar mal de nadie, nunca, a no ser en situaciones límites y extremas, y ante la autoridad necesaria, y en una absoluta y defensa clara y evidente y necesaria. Se puede uno defender ante multitud de males y problemas sin tener que atacar a nadie, sin tener que hablar mal de nadie. Cierto que es difícil, pero hay que desarrollar el sistema de la defensa propia sin atacar a nadie. No debes achacarte un mal que no has cometido, e incluso un mal cometido, tienes derecho a tu defensa, pero si es posible, no atacando a nadie. Ciertamente, los que hemos probado este método, tantas y tantas veces, la verdad, es que a veces resulta difícil. No achacar a nadie ningún mal, no quitar la fama a nadie, pero tampoco que a ti te echen un carro de basura… Como en todo, la medida, la mesura, el sentido común, la racionalidad, la prudencia, la equidad debe primar…

                   Una persona ha podido tener un defecto grave, o tú mismo haberlo tenido pero ya haberlo superado… Una persona se le critica una cosa mala, pero no se valora las diez buenas que ha hecho o te ha hecho o se le valoran las diez buenas que hace y se olvida una mala, pero una mala que es muy mala, al menos hacia otra u otras personas.

                   Muchas personas le llenan la cabeza a otros de mal, de mal de otras personas, incluso en las familias en sentido amplio, sin haber escuchado jamás a esa otra persona… Y lo mismo ocurre en los lugares de trabajo, etc.

                   Tampoco puedes y debes alabar a alguien, que ha cometido o comete graves errores, no caer en el otro extremo. Si alguien no tiene grandes virtudes o grandes actos buenos tampoco hay que darle una fama y un honor que no merece. Una cosa es no quitárselo, y otra cosa es darle honores y famas que no tiene o no dispone… Porque entonces, el mal se hará más grande. Porque lo que intentamos es reducir el mal, no elevarlo, no engrandecerlo… Muchas veces, bajo la excusa, razón, manta de la discreción y de lavar los trapos sucio en casa se tapan muchos males, y esos males se hacen más grandes o afectan a otras personas, o los buenos quedan como malos y se les sigue haciendo mal por eso, y los malos quedan como buenos y se les sigue haciendo bondades y bienes por eso…

                   Se debe analizar y criticar el mal, pero en abstracto, y no referirlo a ninguna persona, se puede decir que el juego de cartas o la adicción al juego es malo, pero no hay que concretar en tal o cual persona. Así de ese modo se defiende el bien, se incentiva el bien, se critica el mal y se critica las consecuencias del mal, pero no se quita la fama a nadie concreto…

                   No te creas todos los males que de otras personas se dicen, pero tampoco los rechaces, calla y observa, y con tus ojos, valora si es una cosa o es otra. Así de ese modo, si esos juicios son falsos, no habrás contribuido a su engrandecimiento de un mal y del mal a una persona. Pero si son ciertos, te habrás preparado para la defensa de una persona y ante una persona, para que así al prepararte podrás defenderte del mal de esa persona contra ti.

                   Porque no olvidemos que una persona puede hacer un bien a muchas, pero no a otras, o hacer un mal a algunas o a muchas, pero no a otras… Y es la misma persona…

                   5. No caigas en la costumbre tan extendida de alabar a una persona al principio, para después pegarle el puyazo y criticarla hasta los tuétanos…

                   Podríamos resumir este pequeño artículo, sobre una cuestión que es interminable, de una forma sencilla, “no toques la fama del otro, que es quizás su única propiedad de la que dispone, no eres juez, ni parte, en la fama del otro, busca tu defensa, en situaciones necesarias, si es posible, sin tener que quitar la fama al otro, y sin echarte la culpa a ti, tampoco…”. ¡Qué difícil es el término medio señor Aristóteles…!

                   © jmm caminero (19 noviembre-05 diciembre 2015 cr).

Fin artículo 393º: “Virtudes y desvirtudes: Maledicencia”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado en el Diario Critico.com, el día 05 de diciembre del 2015.

Artículo Periodístico 383º: “Síndrome de David-Betsabé”.

Artículo Periodístico 383º: “Síndrome de David-Betsabé”[1].      

                   0. Se cuenta en el Antiguo Testamento que David se enamoró o se apasionó de Betsabé que era la esposa de Urías, hitita, uno de sus generales. Y que hizo todo lo posible para seducirla y de esa seducción nació Salomón. Pero además intentó y consiguió que a dicho general lo pusieran en primera línea para que muriese en el combate.

                   1. Siempre se suele citar en los libros de moral y espiritualidad clásicos y tradicionales el ejemplo de David, como rey elegido por Dios de un alto nivel moral y espiritual, y que por caer en pasiones y tentaciones y desordenes morales y sensuales cayó en multitud de faltas.

                   Vivimos en una época que las nuevas generaciones, apenas saben y conocen nada de la Biblia o muy poco. Y deberíamos admitir, que incluso aunque se aceptase que dicho conjunto de libros, como solo libros de historia, de mitología, de moralidad, de relatos y no se admitiese como libros sagrados o inspirados como hace la doble tradición judía y cristiana. Aunque solo aceptáramos esa posibilidad, deberíamos ser conscientes que quizás nos perdemos una cantidad enorme de sabiduría y de conocimiento acumulado durante siglos.

                   Igual que al desconocer la mitología y teogonías greco-romanas, básicamente, también nos perdemos una enorme cantidad de saber y de conocimiento y que después podríamos aplicar a nuestra propia vida y existencia. Al análisis de la realidad humana y social.

                   2. Esta historia y este relato o este cuento o esta narración, como ustedes quieran interpretarlo, nos indica entre otros muchos temas la cuestión del control de los deseos, de las pasiones, de las emociones, de las ideas. El eterno problema del ser humano.

                   Por supuesto que usted, ni yo, tendremos la ocasión de tener tanto poder como David, y por tanto estar en esa situación. Pero la vida, los apólogos, las historias, los cuentos, los relatos nos narran ideas y conceptos y posibilidades, que después se adaptan a la vida de mil maneras y mil formas.

                   No va a tener usted, supongo tanto poder como el comisario Beria, que exigía favores sexuales a cambio de no llevar al paredón a los padres o hermanos de la muchacha, ni tampoco la de un hijo de un sátrapa de hace unos lustros, que dicen iba a las puertas de los institutos y sus guardaespaldas cogían a la chica que querían, hacía con ella lo que quería durante unos días o semanas, y después o se perdían en el desierto muertas o las devolvían a sus casas, con todas las consecuencias, que después acarreaba a esa muchacha por parte de su propia familia y ambiente y cultura y…

                   Pero tantas veces, vemos en la vida normal y rutinaria, cuántas personas, de carne y hueso, diría Unamuno, que están babeando que se pasan meses, años y lustros intentando seducir a otra persona, que ya tiene compromisos serios y profundas con otra, pareja o casada o novia. Ver este espectáculo que llevamos viendo en la existencia normal y rutinaria. No digo en todos los individuos pero si en más de los que quisiéramos es triste y es lamentable. Porque vivimos en una época que si alguien le rozas con una puerta del coche al suyo, te pone un cartón y te incrimina para que tengas mucho cuidado, y si le engañas en cinco euros te monta una denuncia, y en cambio en los temas de las pasiones, especialmente las sexuales y otras, pero ahora estamos analizando las pasiones desequilibradas y desordenadas de tipo lúbrico o sexual, en esto tenemos, en general, una manga muy ancha.

                   No cuidamos el lenguaje, y el lenguaje mata a otras personas. No sabemos distinguir entre una simple broma y un deseo traspasado en broma… No controlamos los propios deseos, los propios pensamientos, las propias emociones, las propias miradas… y digo no controlamos, así nos metemos todos y así se salve quién se salve…

                   3. David, el elegido por Dios, el ungido por Dios, el que tenía enormes virtudes humanas y militares y políticas y morales y espirituales se había ido dejando engañar y manipular y descontrolar por sus propias pasiones. Y toda pasión desordenada destruye al que la sufre, destruye a otra y otras personas, y sus consecuencias duran a veces, varias generaciones…

                   David, no olvidemos que tenía o había tenido, hasta donde se sabe en aquella época ya varias esposas legales o ilegales… Pues no se pudo conformar con lo que tenía, sino que tenía que meter la mano y el moco en otro plato… como el relato del que tenía una sola oveja y el que tenía muchas, otra historia de otro profeta del antiguo testamento que en otro momento habría que recordar…

                   Se decía en los libros antiguos de moral y espiritualidad, si David elegido de Dios fue capaz de caer en esos errores o en esos grandes errores morales, cuánto más los demás, simples mortales, que sufrimos las mismas pasiones desordenadas que el resto de hombres y mujeres, si no tenemos que tener más cuidado…

                   Hoy, en la cultura actual, expresar y decir, que en la ley mosaica, existe el sexto y el noveno mandato, se exprese en las formas judías o en las formas cristianas o en las formas católicas. Hoy, esto no se puede indicar en la sociedad humana. Pero si admitimos que estos son normas humanas, partamos del principio, sea cierto o no, que son solo normas humanas, y no solo divinas, sino son humanas que los hombres después han divinizado, admitamos en principio esto.

                   Si somos consecuentes, no tendríamos que pensar, si estas normas morales humanas y normas legislativas humanas han sido descubiertas o inventadas por los hombres desde hace miles de años, en todos los códigos mesopotámicos y egipcios y de los antiguos imperios ya existían de una manera o de otra. Si es así, es porque es esencial para el ser humano, y eso solo visto desde un punto de vista moral y legislativo y social y político meramente humano…

                   Pues no sería suficiente para entonces, volver a pensar, de la necesidad del control sexual del ser humano, de un control ordenado, según leyes adecuadas a nivel jurídico y a nivel moral y a nivel social…

                   4. La pregunta a modo de reflexión, para que usted hipotético lector, pueda pensar en el día de hoy, es ¿si Freud levantara la cabeza, nos diría que hemos pasado de una etapa histórica de demasiada constricción sexual o una época victoriana, a una etapa que hemos caído en un pansexualismo, y que si aquella era mala y negativa para la personalidad y equilibrios humanos, y ésta es también negativa y perniciosa…? ¡Pero evidentemente no sabemos lo que nos diría Freud, pero si sabemos que muchos seres humanos, por las razones que sean, sufren lo que podríamos denominar el síndrome de David-Betsabé! ¡Usted debería examinarse…! ¡Yo, para que usted no se ofenda lo llevo haciendo desde hace décadas…!

                            © jmm caminero (12-25 noviembre 2015 cr).

Fin artículo 383º: “Síndrome de David-Betsabé”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado en MiCiudadReal.es, el día 25 de noviembre de 2015.

Artículo Periodístico 382º: “Morir, morirse”.

                   Artículo Periodístico 382º: “Morir, morirse”[1].   

                   0. Todo el mundo es consciente, llega un momento que existe la muerte, de los familiares próximos de si mismo. Pero existen tres realidades, una cuándo sabes que te vas a morir, pero todavía te queda mucho tiempo o así lo crees, cuándo sabes que ya estás en la recta final, es decir, ya eres conscientes que vas a morir, en los próximos años o lustros, y en tercer lugar, cuándo sabes que tu muerte es inminente, sea unos días o unas semanas o unos meses.

                   1. Los humanes temen la vida, pero también temen la muerte. Temen la muerte si después no existe nada, temen la muerte si después existe la Inmortalidad.

                   Unos, unos seres humanos temen una cosa, otros, otros temen otra. En unas épocas se temen más una cosa que otra, en otras, es diferente.

                   El ser humano no sabe lo que es la existencia, dicho de forma suave y en muchos modos y grados. No sabe totalmente como funciona esta vida, pero tiene, en general, una enorme duda de si después de esta vida, él o ella, como ser individual, seguirá existiendo, si tendrá inmortalidad.

                   Desea ser inmortal, Unamuno, todas las ideologías religiosas, desde al menos miles y miles de años, creen de alguna manera en una especie de inmortalidad, diríamos que hasta ahora de dos tipos, la inmortalidad o nirvana oriental, la inmortalidad occidental de tipo alma-espíritu individual.

                   2. Hay distintas posturas existenciales ante la muerte que se han dado a lo largo de los siglos:

                   - Unos temen más la enfermedad y el sufrimiento que la misma muerte o el mismo morir.

                   - La mayoría temen dejar a los seres queridos, o, y dejar al mismo tiempo esta existencia, con sus felicidades y sus sufrimientos.

                   - Existen posturas con distintos grados que creen que la muerte es el acontecimiento más trágico de la existencia, y por tanto, el fracaso del ser humano (filosofías de la existencia, existencialismos en distintos grados, Heidegger, Sartre…).

                   - Hay quienes piensan que están o estamos dentro de un gran sistema biológico y ecológico, y que hay que vivir honestamente, pero que también hay que ser conscientes, que hay que dejar paso a otros individuos de la misma especie, y para eso hay que fallecer, porque el sistema natural, no permite más de una cantidad de especies y de individuos de cada especie.

                   - Existen personas que viven con una enorme angustia la muerte y lo que haya después o no haya, han existido a lo largo de la historia, de la incertidumbre de si se van a salvar o no. Creen que existe inmortalidad, pero también Dios, también Juicio Particular, y también Cielo y No Cielo. Y temen acabar en el Lado Obscuro de la Eternidad. Ejemplo, se dice de Lutero, su grave problema metafísico y personal y experiencial de su propia salvación.

                  - Todos los individuos, que sepamos de todas las especies mueren o se terminan o se acaban, pero no todos los individuos afrontan lo mismo esa muerte, su propia muerte, igual que no todos los individuos humanos afrontan del mismo modo la vida o la existencia.

                   - Lleva una vida honrada y honesta y moral y activa, cumple con tus deberes legales y morales, intenta no dejar mal en esta vida, ni mal a ti mismo, ni mal a los próximos, ni mal a los lejanos, y llegará la muerte y la sufrirás con tranquilidad y sosiego. Porque tus buenas acciones y actos en esta vida perdurarán muy lejos en el tiempo.

                   - En los momentos de desesperación y angustia enorme se desea la muerte. Pero generalmente, cuando se supera esas situaciones, el ser humano desea y quiere vivir.

                   - Es normal, bueno nos quedaremos otro día más, deseamos estar otro día más, a ver que sucede mañana en el mundo. Y más ahora que cada año nos trae la vida nuevas cosas, en especial en la forma de tecnología y acontecimientos en el mundo.

                   - Si fuésemos conscientes, nos daríamos cuenta que hoy una persona normal, una persona del pueblo vive mejor que un noble de hace tres siglos. Por consecuencia la vida hoy, es en general, mucho mejor que hace unos siglos para cualquier persona, al menos en Occidente.

                   - Según los ascetas y según los hombres y mujeres de una alta espiritualidad, en el momento de la muerte, días y horas antes, se sufren enormes tentaciones de desesperación. Se puede caer en la desesperación. Si esto fuese cierto, quizás habría que prepararse para la muerte, al menos, para no caer en la desesperación final. Cómo prepararse para no caer en la desesperación, quizás esto es fácil, es vivir en dignidad y honestidad y moralidad, y si se cree en Dios, buscar a Dios, al final, qué exige Dios, sino cumplir cuatro mandatos, que son de corte natural, y no solo sobrenatural…

                   - No temer la vida, aunque si respetar la vida, no temer la muerte, pero si respetar a la muerte. Así de ese modo intentarás vivir decentemente la vida y la muerte.

                   - Si existe Dios, muchos desean que después de la muerte puedan encontrarse eternamente con Él, en un abrazo de amor y de amar.

                   - Dicen que un día podrán los individuos humanos vivir y existir cientos de años y no como ahora, lo máximo cien, la media setenta u ochenta.

                   - Entre el nacimiento y su muerte, muchos individuos cometen enormes males, a sí mismos y a parte de los demás individuos. No es extraño que teman la muerte, porque no saben si existirá Algo después que les juzgará su existencia. Y ya no habrá engaños, ni endogamias, ni relaciones de poder, ni mentiras…

                   - Hay que prepararse durante toda la vida y existencia a no caer en la desesperación, al desaliento, a la depresión grave, que puede llevarte a un autosuicidio. El suicidio es un enorme problema que está en la sociedad mundial que se tapa o se enmascara de una manera o de otra, pero es un enorme mal que el individuo se hace así mismo, a su familia, a la sociedad, al Estado…

                   - Cuando alcanzas la etapa adulta de la existencia, y fallecen tus progenitores, ya eres consciente que la siguiente generación es la tuya, aunque no sepas si te queda un año o veinte o diez o treinta…

                   3. Se dice que un rey francés en la Edad Media, que temía enormemente a la muerte exigió al papado que le enviasen al franciscano Francisco de Paula, para que estuviese a su lado, y le alargase la vida, porque se contaban de él enormes milagros, con una enorme fama de taumaturgo. El franciscano por obediencia tuvo que trasladarse a la corte francesa. Se cuenta que como es evidente no pudo evitarle la muerte, pero al menos, se dice murió con sosiego y con tranquilidad.

                   Quizás esta sea la lección, hay que vivir con dignidad y honestidad y moralidad, y así de ese modo, se morirá, con sosiego y tranquilidad. Si existe Eternidad después, esperaremos la infinita misericordia del Ser Supremo, si no existe nada después, al menos, dejaremos mucho bien, cada uno según su oficio y profesión y circunstancias y obligaciones y deberes, en esta existencia, que no olvidemos este mundo continuará siguiendo y existiendo después de nosotros… O si no existe nada después, al menos habremos dejado el menor mal posible en este mundo según nuestros actos, palabras, deseos, gestos, emociones…

                            © jmm caminero (11-25 noviembre 2015 cr).

Fin artículo 382º: “Morir, morirse”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado en el Día Digital.es CLM, el día 25 de noviembre del 2015.

Artículo Periodístico 367º: “Virtudes y desvirtudes: fortaleza”.

                   Artículo Periodístico 367º: “Virtudes y desvirtudes: fortaleza”[1].       

                   0. ¿Se puede hablar hoy de virtudes y desvirtudes? ¿Se acepta hoy el concepto de virtud o acumulación de hábitos o actos buenos en una persona sobre una cuestión o tema? ¿O virtud o desvirtud en una entidad social o en una sociedad o en una cultura? ¿Es lo mismo la virtud que la desvirtud, es lo mismo el bien que el no bien, es lo mismo la virtud que el vicio? ¿Corren hoy malos tiempos para plantear estas cuestiones, cuándo en el inconsciente colectivo, se piensa que todo está permitido o casi todo está permitido…? ¿Pero sabemos algo de lo que es la fortaleza, no lo han enseñado, hemos intentado nosotros saberlo…?

                   1. Podríamos definir la fortaleza como el hábito correcto para conseguir y obtener el bien y bien moral arduo y difícil. La audacia cohíbe o atempera los temores intentando el objetivo bueno y del bien, y se resiste a la audacia sin prudencia y sin racionalidad.

                   El grave problema de la moralidad, o uno de ellos, es que es difícil la teorización pero es aún más difícil la materialización o concretización de esa moralidad, en la multitud de situaciones y perspectivas concretas que la vida pone a cada sujeto. Por consecuencia, entre que sabemos poca teoría sobre ética y moralidad, y en segundo lugar, es muy difícil la adaptación concreta al caso particular, y en tercer lugar, no tenemos muchas veces, la fuerza, la fortaleza, la intención de conseguir y obtener el bien necesario y el bien legítimo y el bien moral. Pues se juntan multitud de factores para que demasiadas veces, por errores de conocimiento, de voluntad, de libertad, de entendimiento, de deseos o de pasiones o de emociones, o de confusión de fines, pues que no realicemos lo que debemos de hacer o no resistamos lo que no debemos realizar.

                   ¿Pero es un valor hoy tener hábitos buenos, hábitos buenos en multitud de aspectos de la vida, pero también hábitos buenos o virtudes en cuanto a la esfera de la moralidad y de la ética? ¿Es este un objetivo en nuestras existencias, o esto es una cuestión que jamás pensamos o incluso que lo desechamos o lo negamos o lo olvidamos…?

                   2. La fortaleza tiene relación con otras virtudes conexas o anexionadas o paralelas o interrelacionadas:

                   - La longanimidad, que se ocupa de realizar y proyectar y materializar obras buenas que se tardará mucho tiempo en ver o percibir sus frutos. Unos siembran y otros recogen. La fortaleza con la longanimidad.

                   - La magnanimidad que es el acto y hábito de atreverse a obras grandes, siempre comedido con la prudencia, la racionalidad, el sentido común, el sentido de la oportunidad. La fortaleza con la magnanimidad.

                   - La paciencia como la capacidad de ver y vislumbrar la realidad real, de no perder la paz interior, de no perder la paz exterior, de soportar el sufrimiento necesario, la incertidumbre, la pena, etc. La fortaleza con la paciencia.

                   - La justicia como capacidad de conceptualizar y de hacer el bien. De dar a cada uno lo suyo, sea de fama, sean de palabras, sean de actos… La fortaleza con la justicia…

                   - La prudencia ponderar correctamente las ideas y conceptos, ponderar correctamente los hechos y los datos y las situaciones, equilibrar con la razón y la moralidad los deseos y pasiones y hechos y datos. No ver solo a corto plazo de tiempo sino a largo. Captar correctamente los hechos y actos de los demás y sus intenciones reales. No es lo mismo predicar que dar trigo. La fortaleza con la prudencia.

                   - La magnificencia hermana de la magnanimidad es la virtud acompañada de la prudencia y de la razón y del sentido común a hacer obras grandes, o intentarlo, si es que son necesario o es por necesidad justa y equitativa y prudente. La fortaleza con la magnificencia. 

                   - La perseverancia que es soportar el esfuerzo, la duda, el trabajo prolongado por la realización del bien. La fortaleza con la perseverancia.

                   Podríamos resumiendo indicar que la fortaleza está relacionada o acompañada o ayudada por la longanimidad, magnanimidad, paciencia, justicia, prudencia, magnificencia, perseverancia. O simplificando:

                   F = Lg . Mg . Pc . Jt . Pr . Mgn . Ps.

                   3. Los errores de la no fortaleza o los vicios contrarios.

                   Si entendemos con Aristóteles que la virtud es el término medio. Aunque todos sabemos que es muy difícil saber cual es el término medio, no solo en la teoría sino en la práctica o en cada caso concreto. En cuanta a la fortaleza sería un extremo negativo la temeridad, que es el riesgo sin prudencia y sin racionalidad y sin verdadera necesidad. Y el otro extremo es o sería, como decían los antiguos, “el vil temor”, es decir, el exceso de temor y de miedo, que lleva a paralizar los actos y las acciones, incluso las buenas y necesarias por legalidad, justicia, sentido común, oportunidad, etc.

                   4. ¿El problema es que si nadie nos enseña estas virtudes, cómo las vamos a aprender y cómo las vamos a practicar? ¿No olvidemos que son virtudes que han estado en la concepción popular y académica durante siglos en Europa, y que estas virtudes han hecho grande a Europa? ¿Si no nos la enseñan en las casas, ni en los ambientes de trabajo, ni en las escuelas, ni en la sociedad, ni en los medios de comunicación… qué sucederá con nosotros? ¿Porque las virtudes y desvirtudes son cosas de nosotros…? ¿Porque las virtudes y desvirtudes, los actos buenos y los actos malos no solo influyen en nosotros mismos, en nuestras familias, en las entidades laborales, en los pueblos y ciudades sino también en la sociedad, en la cultura e incluso en el Estado…? ¿O no, o sí, o cuánto de no o cuánto de sí?

                   © jmm caminero (22 octubre-09 noviembre 2015 cr).

Fin artículo 367º: “Virtudes y desvirtudes: fortaleza”.

                                                                  *



[1] Enviado y publicado en el periódico digital MiCiudadReal.es, el día 09 noviembre 2015.

Artículo Periodístico 364º: “El duelo” .

                   Artículo Periodístico 364º: “El duelo” . 

                   0. Se entiende por duelo la perdida de un ser querido. Por extensión la pérdida de empleo, perdida de una relación, perdida de un negocio, perdida de algo importante y esencial.

                   1. Aquí nos fijaremos un poco en la perdida humana, en general, y en particular, en los seres humanos (sea por muerte de un ser querido, hijo o padre o madre o hermano, sea de una relación o amor, sea una perdida económica o social de una enorme gravedad, desempleo, ruina económica, etc.). Evidentemente en mil palabras no se puede reflexionar sobre todo, todos los aspectos ni sobre aspectos profundos de este problema. Pero intentaremos señalar algunos.

                   2. Durante siglos en todas las familias, la muerte era una realidad en edades tempranas. Cierto que por lo general las familias tenían cinco o seis hijos, pero todos tenían la convicción de que algunos fallecerían. En muchas familias, antes de ser los hijos adultos y llevar una vida de adultos, ya era normal que uno de los padres, cuando no los dos habían fallecido. Esta realidad los hombres la han vivido durante milenios. Posiblemente hasta hace un siglo que esta situación empezó a disminuir.

                   Por lo tanto, diríamos que la muerte ha estado presente durante milenios en todas las familias, en algún miembro familiar, o en varios. Solo desde las dos o tres últimas generaciones y en Occidente, esto ha disminuido. Disminuido para bien.

                   Pero ahora nos encontramos que por ejemplo, muchas familias, por opción libre o por circunstancias solo tienen un hijo o solo dos. Si alguno de ellos fallece se produce en la familia un enorme drama. Porque todo se ha perdido. No digo que cuando tuviesen cinco hijos, y se muriesen dos, no lo sintiesen, pero primero, presentían que les podría suceder, en segundo lugar, podrían pensar que la vida sigue y tenían que cuidar a los restantes. Hemos olvidado cuando durante siglos en verano, en agosto se morían miles de niños y niñas de pocos meses en la Meseta de la Península Ibérica.

                   3. Las filosofías e ideologías que han ido mermando las morales tradicionales y la religiosidad tradicional, que de alguna manera preparaban para la vida y para la muerte, era más fácil la existencia con esas filosofías y religiosidades que con las actuales, sean de Sartre, Heidegger, Wittgenstein, Nietzsche, y otros movimientos filosóficos, bajo la definición “del hombre para la muerte”, pero en definitiva no proporcionan una esperanza aquí para después de la muerte. Porque con una esperanza de Otra Vida después de la muerte se lleva mejor la muerte, igual que una desgracia, según el refrán popular con pan se supera mejor.

                   Quizás, habría que preguntarse si demasiadas ideologías, demasiadas filosofías han lanzado ideas y conceptos y definiciones y experiencias que han dejado a los humanos desnudos, desnudos ante multitud de situaciones de la existencia y de la vida. Porque la vida tiene muchas cosas buenas, pero también tiene muchas cosas dolorosas, entre otras el duelo.

                   4. ¿Qué podríamos decir para consolar a alguien que esté pasando por este momento, a alguien que ya lo ha pasado, a alguien que irremediablemente le vendrá otro duelo en el futuro…?

                   - Lo primero que hay grupos, especialistas, personas que están preparadas en estos temas y que deben y pueden consultarlos. Que eso si, tengan cuidado con quién y cómo consultan, a ver si va a ser una tapadera para otra cosa, que sean grupos sectarios o que sean negativos, a ver si por curar un mal, vamos a terminar teniendo dos o tres grandes males. Pero teniendo cuidado, consultado a personas de prestigio, a especialistas licenciados, pueden encontrar a qué puerta llamar.

                   - Se suele indicar que el duelo pasa por diferentes fases, aplicado a todos los tipos de duelo que indicábamos al principio, ciertamente no se dan todas en todas las personas, ni todos los pasos de la misma forma o cantidad o cualidad, entre otros: negación del hecho, puede seguir una fase de violencia o de ira o de indiferencia, también de culpabilidad, en tercer lugar, una fase de negociación con uno mismo, buscar razones, exculparse, ver las cosas con más distancia, en cuarto lugar, un enorme dolor emocional, que esta fase estaría en todo el proceso, mezclado con diferentes realidades, y en quinto lugar, se denomina aceptación, pero es una aceptación, por lo general limitada.

                   - Se suelen dar otros consejos que pueden ayudar de alguna manera, entre otros: hablar de cómo se siente, algunos les sirve escribir o realizar actividades, no deje de cumplir con sus deberes y obligaciones, trabajo fuera de casa y trabajo dentro de casa, no olvide a los otros miembros de la familia, intente dormir lo suficiente, intente llevar una vida pautada y normal e incluso rutinaria, no tomar alcohol y menos otras sustancias nocivas, si es posible no tome decisiones importantes en esas semanas o meses en el que el duelo está enormemente presente, no le importe llorar, intente en la medida de lo posible la racionalidad, si cree en el Ser Supremo apóyese en esta gran idea o concepto, si cree que hay Otro Mundo no le importe pensar en ello, por tanto la muerte no sería definitiva. Si son otros tipos de duelo por desamor o divorcios, piense que puede encontrar otras posibilidades, si es por pérdida de trabajo, puede abrirse nuevas etapas en su existencia. Para finalizar, recuerde lo bueno del ser querido que ha fallecido, póngase en contacto con otras personas que estén en su mismo proceso y les haya sucedido algo similar…

                   5. Si el duelo es demasiado profundo en el tiempo o en las características y hay otros graves peligros añadidos, es absolutamente necesario con consultar con profesionales de la salud pública y mental. Y esto sería un trabajo que tendrían que realizar los familiares o personas cercanas.                   

                   Solo queda esperar que este artículo de opinión pueda servir para algo y para alguien, si no al menos mucho, si un poquito… Porque al final, todo ser humano que respira tiene que pasar en su vida, no un duelo, sino varios. Incluso hoy. Pensar siempre que después de la noche vendrá la mañana con el sol, aunque sea nublado.

                                   © jmm caminero (02-08 noviembre 2015 cr).

Fin artículo 364º: “El duelo”.

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