Artículo Periodístico 295º: Botijo.
Artículo Periodístico 295º: “Botijo”[1].
0. ¿Somos conscientes de que la tecnología nos acompaña, que nosotros las inventamos y creamos, y ellas nos condicionan y causan multitud de fines y consecuencias…? ¿Sea una tecnología pequeña o sea grande, sea de ayer o sea de hoy…?
1. Somos en cierto modo lo que pensamos y fabricamos.
Durante un tiempo construimos un artefacto y ese artefacto nos condiciona. Nosotros lo creamos pero después ese objeto nos permite determinadas realidades. Sea un simple y humilde botijo, sea el automóvil, sea un reactor nuclear, sea el fuego, sea la energía de fisión.
2. Quizás, quizás no valoramos suficiente las pequeñas cosas que están con nosotros, durante un tiempo, puede ser siglos, y después una nueva técnica o tecnología la reemplazan. Por ejemplo, el botijo.
Somos conscientes de cómo el tenedor y la cuchara nos influyen. ¿Cuántas enfermedades de transmisión, bacterias, virus evitamos al utilizar que cada sujeto tenga su tenedor y su cuchara y su cuchillo y su plato para la comida, y no solo uno para todos o ninguno…?
3. No valoramos las pequeñas cosas y objetos que nos rodean. No valoramos las tecnologías o técnicas que están con nosotros.
Nosotros las inventamos o diseñamos o creamos, pero ellas nos crean a su vez a nosotros. Nos permiten ser de una cosa o nos permiten tener un horizonte y no otro. Nos limita y nos condiciona. Y al limitarnos y condicionarnos nos posibilitan.
4. No seríamos lo que somos hoy sin el fuego. Inventado o descubierto o aprovechado hace, aproximadamente medio millón de años.
Posiblemente recogido o recolectado, la primera vez, aprovechado la primera vez. Y posiblemente se haya perdido durante varias veces a lo largo de la historia y vuelto a recuperar. El hacer fuego, sea de la forma que sea, debió constituir un hito tan esencial, para su época, no el recogerlo de una tormenta o de un árbol ardiendo, sino crearlo, con palos o con fricción o con el toque de una piedra sobre otra. Debieron ser invenciones humanas de alto nivel, de una gran especialización. Quienes lo hicieron debieron ser Einstein para su época.
5. Vivimos y existimos en un mundo rodeados de objetos, cosas, instrumentos, sin olvidar teorías, fórmulas, conceptos, ideas, enunciados que son los que nos permiten ser y estar y sernos y estarnos y construirnos en ellos. No hacemos cosas solo, sino que las cosas nos hacen a nosotros. Y en ese hacer y hacernos, vamos construyendo otras cosas, y haciéndonos de otra manera.
Por eso el horizonte u horizontes tan abiertos que tenemos. No sabemos a dónde nos llevarán las tecnologías y los conocimientos en los terrenos combinados de la informática, de la nanotecnología, de la inteligencia artificial, de la mecánica cuántica aplicada a multitud de instrumentos en el futuro, de la biotecnología…
Posiblemente igual que el fuego nos hizo. Fue, parece ser, un elemento esencial, para irnos cambiando el cerebro, y por tanto, transformarnos en otra y otras especies. ¿Nuevas especies evolutivas? ¿Así podremos pensar que quizás las nuevas tecnologías, acumulación de nuevos saberes y nuevos principios y nuevas tecnologías nos irán convirtiendo en nuevas especies…?
6. Somos consciente que somos biología, que somos sociología, que somos psicología, y si tenemos alma espiritual, somos también alma, pero que somos también técnica y tecnología. Que ésta o éstas realidades las construimos nosotros, pero después ellas nos construyen o nos crean a nosotros…
Por tanto, seremos lo que somos y lo que seamos, lo que construyamos y nos construyamos, lo que sabemos y lo que sepamos… somos todas esas combinaciones de realidades, y posiblemente de cientos y miles de variables y factores y relaciones y funciones e interrelaciones. Por eso, no sabemos lo que seremos total y absolutamente… porque no sabemos lo que seremos capaces de conocer y de construir dentro de veinte o cincuenta o cien o mil años…
Somos unos seres abiertos y cerrados. Con distinto grado de abertura y de cerramiento o cerrazón. Somos. Quizás, solo somos y sabemos que somos, pero sin saber muy bien lo que somos. Tenemos autoconciencia, en mayor o menor grado. Porque al final una araña, que sepamos, no sabe que es una araña.
7. No deberíamos en cientos de plazas de cientos de ciudades del mundo, ser agradecidos. Poner un monumento al fuego, un recuerdo al humilde tenedor, al modesto botijo y a cientos de artefactos, instrumentos, artilugios que nos han hecho lo que somos.
No deberíamos recordar, homenajear en miles de plazas a tantos inventores, descubridores, autores que han creado o inventado o descubierto ideas y tecnologías e instrumentos que ahora nos permiten ser lo que somos…
¿Somos demasiado desagradecidos y demasiado olvidadizos con el resto de seres humanos del pasado…?
Somos de alguna manera no conscientes, no somos agradecidos a miles de cosas, objetos, instrumentos que nos han hecho… desde el arado, a la rueda, al fuego, al botijo, al tenedor, a la mesa, a la silla, a la cama, al lápiz, al códice o libro, a y a…
Continúe usted reflexionando si lo desea…
8. ¿Habría podido el ser humano evolucionar hasta el hoy, si durante siglos, quizás milenios el humilde y modesto botijo no hubiese existido…? ¿Y todavía existente en multitud de sociedades, unas ochocientas distintas según los sociólogos…? ¿Pero ya en occidente el uso del botijo es una realidad inapreciable y casi olvidada pero habiendo sido esencial durante siglos y…?
© jmm caminero (13-26 agosto 2015 cr).
Fin artículo 295º: “Botijo”.
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[1] Enviado al per. dig. el Euromundo Global.com, el día 26 de agosto 2015. Publicado el 27 de agosto 2015.
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