Artículo Periodístico 386º: Televisión con Internet.
Artículo Periodístico 386º: “Televisión con internet”[1].
0. Parece ser que ya existen en el mercado televisores que llevan insertas las posibilidades de tener internet. De todas formas si no existe no creo que haya ninguna dificultad técnica de unir una televisión a un sistema de ordenador e internet cuando ya millones de móviles tienen dicha prestación. ¿Pero qué nos puede decir o plantear este desarrollo técnico? ¿Cuándo una parte apreciable de la sociedad tenga este aparato doméstico?
1. ¿Cuándo digamos la mitad de la población dentro de cinco o diez o veinte años de un país o una sociedad o un Estado disponga de este artilugio en sus casas igual que ahora tiene el móvil o tiene una televisión con unas docenas de canales de televisión y de radio…? ¿Y tenga acceso mediante esta plataforma a cientos de periódicos digitales del mundo y en todos los idiomas posibles…? ¿A cientos de emisoras de radio, a cientos de redes sociales, a millones de páginas de todos los temas e idiomas…?
¿Hasta ahora los medios de comunicación masivos han sido y servido, según dicen, como instrumentos para unificar y dirigir y gestionar la opinión pública…? ¿Pero de este modo se podría fragmentar, y lo primero que viene a la cabeza si será posible gestionar de forma racional y medianamente eficiente a la población si esta se fragmenta y ya no se ve una noche, un cinco o diez o veinte por ciento de la población un determinado programa de televisión o, y de radio? ¿Ya miles de aldeas, pueblos, ciudades, megalópolis, cientos de miles de hogares y millones de individuos no ven esa noche un determinado programa de televisión o de radio o tertulia que unifica la opinión pública ante un problema o una cuestión…? ¿Qué consecuencias electorales tendría, cómo se fragmentaría la opinión pública en cuanto a las opciones sociopolíticas y a la organización de partidos y corrientes de opinión, a y en todos los sentidos…?
¿Por supuesto al disponer la población de este artilugio, por ejemplo la mitad de la población, que es el modelo que estamos analizando, indagando, especulando no quiere decir que todo el mundo utilice o consuma información de todos esos medios, sino que unos sectores irán hacia una dirección y unos medios, y otros, otros irán hacia otros…?
¿En parte los poderes públicos contemporáneos, es decir, en estos dos últimos siglos han ido abandonando la influencia de las religiones, es decir, de los púlpitos, porque se encontraron con tecnologías de la información que eran más eficientes en muchos sentidos, seculares, y no tenían que estar bajo la influencia de los estamentos eclesiásticos…? ¿Qué las religiones hayan dejado de influir tanto en Occidente, entre otros motivos, ha sido porque los poderes fácticos y reales de la sociedad, políticos y económicos, no tenían que estar tan unidos a las jerarquías eclesiásticas para poder ejercer el poder sobre la sociedad, los individuos y los diferentes colectivos y sobre los territorios, porque ya tenían otros púlpitos que eran los medios masivos de comunicación…?
¿Pero qué sucedería ahora, si ahora la opinión pública se fragmenta de tal modo, que en una noche no siguen un programa de televisión no ya millones de audiencia, sino ni siquiera cientos de miles…? ¿Cuándo haya una tertulia electoral ante unas elecciones a tres días vista, y un gran diálogo entre los grandes políticos solo son vistas por el dos o cinco por ciento de la población y no por el veinte por ciento o treinta o más como en algunas ocasiones ha sucedido en estas últimos lustros…?
2. Imaginar lo que pueda suceder en algún sector de la realidad, con este instrumento técnico social, es decir televisión más internet, dentro de diez o veinte años es casi imposible, porque evidentemente algunas circunstancias, causas o efectos puedes medio prever, pero no puedes conocer todas las circunstancias que pueden rodear una realidad en un futuro, ni siquiera a medio plazo. Porque intervienen en las ciencias sociales tantos factores y variables y causas que es imposible el calcularlos todos. Al menos el autor de estas palabras…
Pero si podemos indagar en algunas circunstancias y por tanto, en cierto modelos de cambio social… De alguna manera ahora a través de móviles, ordenadores personales, tabletas y otros artilugios que puedan diseñar o inventar cada persona fragmenta su interés y sus intereses, focaliza el consumo de cultura y de ocio y de información y de información sociopolítica.
Debemos imaginar mentalmente cuándo alguien se siente a la televisión, una familia, mayor o menor en número de miembros, y el problema que resultará si hay que escoger entre cientos de cadenas de televisión, entre cientos de medios de información o periodísticos, entre cientos de redes sociales o entre miles o docenas de miles de programas posibles de todos los temas y cuestiones… Si ahora, con unas docenas de cadenas de televisión diríamos que pueden existir diferencias notables de juicio y de opinión entre los miembros de la familia.
¿Qué podrá suceder en el futuro…? ¿Dos opciones o cada uno se va a su habitación, o todos, sea la familia con muchos miembros o con pocos, una televisión central puesta con algún programa, y cada miembro con su tableta o cualquier otro artilugio viendo su programa favorito o su información o documental o periódico concreto…? ¿Y de vez en cuando hablando entre ellos?
3. Imaginar el futuro a medio plazo, pongamos veinte o treinta años es casi imposible, por la multitud de factores y variables que pueden intervenir. Al menos, le es imposible al escribidor o escritor de este artículo, pero si hay una pregunta en el aire, ¿cómo será el mundo o cómo se consumirá cultura o cómo se informará el individuo y la sociedad cuándo disponga en su televisor de internet, y acceso a millones de contenidos posibles, cuándo llegue cansado o cansada esa noche a su casa…? ¿Y por otro lado, hace siglos los medios de información y de gestión de la sociedades y Estados, eran el poder legislativo y judicial y ejecutivo de los gobiernos y los púlpitos, después en estos dos siglos ha sido esencialmente los medios de comunicación de masas, pero cómo se gestionará el poder social y político y económico y cultural dentro de dos o tres décadas cuándo sea una realidad en cualquier hogar del mundo un televisor con acceso a internet…? ¿O no habrá ningún problema porque ya cada individuo tendrá un superordenador en forma de móvil…? ¿Y por tanto ya esta cuestión será inexistente porque habrá desaparecido el concepto “de televisión” en medio del salón comedor donde se junta la familia o un grupo de amigos a descansar o a hablar o a ver algún programa y comentarlo.
© jmm caminero (26 octubre-27 noviembre 2015 cr).
Fin artículo 386º: “Televisión con internet”.
*
0 comentarios