Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, IV. © jmm caminero.
Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, IV[1]. © jmm caminero.
IV, 1.
Ansia la libertad el cepo atado a un pie
Abierta herida de pedernal rojizo de estrellas
Rompimiento de huesos tendones nervios carne
Ha solicitado el vientre la libertad de ser
Abren cavernas de caminos los deseos
Pensamientos llenos de estructuras de células
Abierta la boca por la sed del mundo.
IV, 2.
En la puerta del jardín de la mirada
Se enfrentan las perspectivas de racimos rubios
Entrecortados de espumas abiertas a la espera
Habrían sido horizontes de deseos pulsiones
Solo se quedaron en oberturas al final de la boca
Palabras solo restan y el desaliento del porvenir
Racimos de plumas sillones de pensamientos
Se han encolerizado los dioses con las retinas.
IV, 3.
Cruz de madero Nazareno abierta a la tierra
Gólgota rezumando sangre dolor sacrificio
Curar las heridas de trillones de deseos
Aconteció el cambio del mundo en dos partes
Sol de trillones de estrellas nació en ese morir
Tú solo tienes que recoger sus frutos de amarlo
Ha reventado la historia con esa pasión de Ser.
IV, 4.
Sueñan los humanes en miles de universos posibles
Dejan pasar mientras tanto el presente mundo real
En lo bueno y malo de las raíces de las flores enhiestas
Responden sillones abiertos de espesuras de colores
Contrarios a las realidades de lo invisible carcomas
Acaso el tiempo es los sueños velados y desvelados
De millones de bocas cerebros abiertos al firmamento
Todo ha sido alguna vez idea del viento marrón.
IV, 5.
Se han enturbiado flores revueltas de estiércol de la mañana
Canciones rotas en trituradoras redondas de círculos de naves
Esperanzas cansadas de ser y estar en racimos laberintos de mar
Copas nacidas de pasiones olvidadas en odres rojos de almíbar
Solo queda el momento recuerdo de empuñaduras de sies y noes
Molinos de mil aspas son las bocas sangrientas de soledades
Se han olvidado cruces acompañadas de batines rojos de sueños.
IV, 6.
Quizás un día fuiste y no supiste lo que eras
Quizás un día quisiste ser y fuiste sin saber que eras
Quizás un día seas lo que quisiste ser sin saber que quisiste
Quizás un día serás sin saber que eres lo que quisiste…
IV, 7.
Madera doblada espaldad en trozos
Rezumando sufrimiento penas gotas de ser
Abiertas las espesuras de laberintos troceados
Piel de madera cansada agobiada acostada en su atardecer
Se han roto esperanzas laberínticas de futuros
Ha quedado palabras y posibilidades rezumando viento
Que es la tarde sino un instante resumido de vida
Derrota de otro ser que ha caído en instante desánimo
Hormigas no entienden el ser pero viven el misterio
Del momento retorcidos en las penumbras químicas
Agua recaen destrozadas por arcos de piedra.
IV, 8.
Se siente un verso
Regalarlo al mundo
Solo entiendan palabras
Algo de la música
No el sentido de cueva
Eterna que siembra
Ideas en imágenes.
IV, 9.
El grano es retorcido en la totalidad del grupo
Vaivenes de la estructura que engendra el individuo.
IV, 10.
Serás lo más unido al Ser
Todo corazón alma mente cuerpo carne espíritu
Adorarás al Único Ser
Al que es
No cerrarás un ojo cada segundo
Sin sentir su suavidad.
IV, 11.
Siempre está la figura elíptica detrás
Abuelo abuela madre padre
Real ausente silencioso entrecomillar
Paredes abiertas de nenúfares caídos
Sin teleología de hojas ennegrecidas de sal
Pasiones pulsiones libidos están en la infancia
Epigenética o revulsivos inconscientes
Que hacen al hombre o mujer
Después lo adorna de racionalidad
Volcán vertido en magmas de deseos
Endulzados con cuatro ideas conceptos.
IV, 12.
Tolerancia exige relatividad del instante
Relativismo del todo a la finalidad
Puede cambiar todo según fuerzas y tensiones
Equilibrios de ramas abiertas y cerradas
Evitar los males radicales negruras hediondas
No debilita los males relativos claroscuros.
IV, 13.
Olvidaron al Ser Supremo Único Misericordioso
Han convertido al Individuo o Sociedad o Estado
En el dios de cada día con finalidad e instrumento
Todo cabe en los límites de la conciencia
Doble moralidad del individuo y del todo
Los árboles preñan vacas y nacen ovejas.
IV, 14.
¿Deseamos el bien lo suficiente?
¿Bienes anhelamos lo suficiente?
¿Bien Persona lo ansiamos lo suficiente?
IV, 15.
No comprendo las estrellas de cada instante
No entiendo las voces de los pájaros de los momentos
Existo perdido en aislamiento de ideas
Maremagnum de percepciones conceptos.
IV, 16.
Combinar morales o injertar árboles
Hallar el más fuerte y verdadero y feliz y verdad
Como unir lo individual y lo general
Lo concreto y la totalidad en el bien verdad belleza
La bondad hay que ansiarla y desearla
Valores están en las cosas o en la mente o en ambos mundos
Lo material y lo inmaterial teniendo una cita en cada instante
Existe una escala en todo algo de más a menos
Ante una situación diversidad de caminos de más o menos bien
Bondad es seleccionar los frutos de posibles bienes concretos
Ojo mano mente humana es limitada para todo y para el bien
Pero el bien es el bien que está claro y evidente
Si tu carne y tu mente y tu espíritu lo has ido entrenando
En el maratón de ir abriendo las puertas convenientes
En los miles de días que te han precedido ante este momento
Amasar un pan de ideas y emociones para ansiar valor bien
Saltar las vallas de Kant y Nietzsche y Freud
Y crear y pastar en un prado de belleza con bondad y bien
Felicidad de ser y saber el bien y lo bueno
Limitación de tu conciencia en la captación de lo práctico
Luchan el bien y el valor sabiendo que ambos son lo mismo.
IV, 17.
Un mar tempestad magmática de tristeza pesadumbre
Se cierra el futuro y el presente en lodazales de temores
Hasta dónde la mente y el cuerpo soportarán el sufrimiento
Temor de presente y temor de futuro y temor del pasado.
IV, 18.
Atrae tanto el desbien
Pasiones del desvalor
Instintos libidos pulsiones del no bien
Pulsiones del mal.
Madera doblada o pecado original
Concupiscencia no racionalizada
Irracionalidad sin límites
Desde la prehistoria se conoce
Han cambiado mil nombres
Mil adjetivos hipótesis teorías
Sucumbimos a millones de bocas labios manos
Cada generación en los suyos
Cae la tarde y mañana nuevas galaxias.
IV, 19.
Cuatro paredes rodean bocas cuchillos hielos tempestades
Se viven truculentos dramas silenciosos en ojos abiertos
Rodeados de magma laberínticos somnolientos cercados
Respiran tardes abiertas de esperanzas muertas del pasado
En dados interiores habitadores de humanes se rompen
Ojos lenguas manos corazones piernas almas y futuros.
IV, 20.
Te representas a ti mismo en imágenes colores retratos
Vestido de ámbar o de luz o de negro o de lo que ha sido
Se ha terminado el silencio rodeado de granos de arena
Han permitido ser algo y no ser algo en lo que fue y no fue
Todo parece que se ha alejado del yo y del no yo
Una foto es algo que es y no es en el círculo del existir
Termina la sesión del percibir y de ser percibido en silencio.
IV, 21.
No cuezo palabras e imágenes en verso para que los entiendas
Sino al enfrentarte a ellos se perciba tu imagen interior
No son combinaciones para el autor sea elevado al parnaso
Sino que el lector encuentre algo de sí mismo en sí mismo.
IV, 22.
Millones de bípedos parlantes hemos vivido por encima
De nuestras marcas y manos y modas y soberbias
La realidad de los números siempre golpea al silencio
Refluyen las crisis y rompe corazones y carnes y almas
Poner barreras para que el hambre no termine en balas.
IV, 23.
Se oculta una palabra detrás de otra
Una imagen detrás de otra
Un concepto detrás de otro
Mímesis de encuentro entre besos y conceptos.
IV, 24.
Sabes de todo y no sabes de nada
Es el drama de tu corazón
Tantas tierras has sembrado
Ninguna te ha dado flores de colores
Caminas entristecido por el ser del mundo
No comprendes nada de nada
Solo has metido fracasos en el saco
Tu existir esta perdido en ti mismo
Nadie te reconoce de los suyos
Ni tú ya tampoco de nadie.
IV, 25.
Te inunda la tristeza y el pesar
Laberintos de temores de presente
Se cierran puertas de futuro
No sabes como respirar el silencio
Caes en tardes aproximada del yo
Remiras el holocausto de sentimientos
Telón de hierro y cemento inunda emociones
No encuentras la llave de solución.
IV, 26.
La carne se rompe en los huesos
Los huesos se encienden en los nervios
Todo igual desde hace miles de lunas.
IV, 27.
Siente serpiente de la tentación desesperación
No encuentras camino de salida
Retozando estructuras de cemento nervios
Relampaguea el papel hecho letra negra
Avariciosos caminos de nenúfares podridos
Enganchado a la pena temor del presente
Futuro lleno de tormentas de hielos nadas
Ver un ser o dos estar hundiéndose
En abismo de nada de nada de vacío.
IV, 28.
Cae el telón de piedra negra de sufrimiento
No encuentras una rendija de espera
Tantos meses ya de lucha sin término
Ni límites en los cuchillos caninos dientes
Todo puede ser siempre peores ojos palabras
Tropieza la lámpara de la cortina con tus manos
A quién llamar y cómo encender luz de color
Comerse un volcán de tristezas penas.
IV, 29.
Vuelo de pájaros negros de futuro se arremolinan en mi mente
Seísmos de tristezas presentes engrandecidas en futuro
No saber a qué puerta llamar con que fuerza y sonido
Te revientas en el sillón de la duda a gorgoteos de sufrimiento.
IV, 30.
No encontrar agua que alivie tu calor interno
No encontrar sosiego al temor tristeza
No encontrar esperanza a la preñada angustia.
IV, 31.
Sabes que todo puede ir peor en las manos y ojos
Te conforta un poco la sed de espera esperanza
El aguijón de mil nubes de hielo en los labios
Pasan los días y la puerta no se abre del todo
Se va cerrando más y más y la mente claudica.
IV, 32.
Abre las fauces lo irracional inconsciente
Creías que lo tenías dominado hace lustros
Pero el hambre de agua salada enturbia la mente
Se cercena la carne y nervios formando imágenes
Poner límite al desear pensar a edades tardías
Cómo ogros de caverna profunda emerger desean
Sitúas mil trampas para continúen domesticados.
IV, 33.
Todo verso de metáforas palabras imágenes
Son mentiras de conceptos enunciados ideas.
IV, 34.
Seres existen que desean matar la inmortalidad que arrastran
Silencios extraños de ojos ruidosos de volcanes rotos
Aspavientos de brújulas sin norte levantando aires
Desean asesinar lo Trascendente que arrastran dentro
Para ser otra cosa ser solo un muñeco de sí mismo.
IV, 35.
Lo que sujeta la mano a la cabeza
Una impresión de ser y sentir y desear y hablar
El Nazareno espera luciendo bajo la flor de la puerta
Espera tanto esperar y pocos ojos desean unir su alma
A Él engrandecidos los ojos de nuevas miradas.
IV, 36.
¿Para qué un verso más que en ningún corazón anidará?
Palabras abiertas preñadas de imágenes conceptos
Laberintos estertores de lucientes refrigerios de soledades
Se han afincado en piernas cerradas de labios turbulentos
¿Para qué una metáfora más nueva al aire de ningún oído?
IV, 37.
Qué pocos labios
Te dieron el lo siento
Por la perdida
De progenitor
Tú que siempre lo has dado
Si la noticia ha llegado a tus ojos labios oídos
Vivir en un mundo que no entiendes su escritura
Penar constante de un mar de inmensa inmoralidad
Estamos encenagados
Timidez te ha roto la espalda
Y tantos huesos que ya no puedes contarlos
Tanta miseria moral en época
En tanta abundancia de adornos de riqueza.
IV, 38.
Dolor tristeza ambiente temor
Caída la estructura del ser y del sentir
Racimo noria abierta al mar y al azul
Relámpagos de sufrires sin entender
Dónde dije dime ahora digo dile
Se han abierto las lámparas de las sombras
El hueco del corazón muere en rincón.
IV, 39.
No temas tanto al morir muerte
Si existe el Buen Dios
Dispones de una gran esperanza y endogamia
Si no existe nada Después para ti
Existe este mundo como si existiese
En ambas posibilidades abras abierto las dos puertas
Posibles de caminos y laberintos
En ambas partidas habrá ganado.
Solo hay un artículo escrito en naturaleza
Intenta ser seriamente buena persona.
IV, 40.
Abrir un ojo en un horizonte
Arena con pirámide trepana tierra cielo
Bicicleta sobre la mar toda
Mar casi nada.
IV, 41.
Aparenta el mundo
Que los de mejor buena voluntad
Pierden más veces partida del existir
Que los de menor buena voluntad
Aparentan los ojos…
IV, 42.
Tiembla el dedo en mano
Usted no respete al maestro
Puede que mañana su descendiente
Haga lo mismo con usted
Solo es cuestión de tiempo
Tiembla la historia en la boca.
IV, 43.
Venden cuerpo alma mente
Por placer
Por plata
Por poder
Por laureles
Por famas
Por eternidades
Por experiencias
Por dominar
Por…
¿Existirá Cielo y No Cielo?
IV, 44.
Te revienta
Alma carne mente
De pesadumbre.
IV, 45.
Solo existe un tipo de grandes héroes
Llenan el mundo de más color que de negrura
Han curado soberbia lujuria envidia ira gula pereza vanidad
Llevan coronas en templos de madera piedra barro hierro
Ellos se sienten humildes y modestos aunque brillen como estrellas
Los pueblos les llaman santos y santas.
IV, 46.
Se les hace juicios justos y equitativos y deseables
A los que han cometido crímenes desde el Estado
Pero solo a los de un color de bandera
Casi nunca a los que pintaban otros colores
¿Por qué si la sangre que se ha derramado es humana en ambos casos?
¿Por qué si los que malmorían en redes de campos con electricidad
Tienen carne y nervios y huesos similares?
Nacen las estrellas cada noche y nunca viaja la solución.
IV, 47.
Árbol que rodea el mundo
Columna que sostienen las nubes
Cortinas de lámparas que rodean grises
Adoquines de sillones esperando músicas
Tejados abiertos en periódicos de letras
Ver y no decir, decir y no ver.
IV, 48.
Harapiento de glorias y famas
Novedades entroncadas en racimos de laberintos de olmos
Han pasado los vaivenes de la historia mirada
Silencios entregados al instante
Sucede todo muertas las manos
Te queda el consuelo de unir palabras
Imágenes que se reflejan al espejo de ti mismo
Un teclado de letras es tu cerebro.
IV, 49.
Huye el verano de tu corazón enhiesto
Laberínticos momentos de la tarde
Zozobras de fracasos hundidos en ti mismo
Unas gafas es la síntesis de una biografía.
IV, 50.
Lega la mirada de la penumbra de futuro
Te recoge dentro de una silla descifrando
El mundo rodeado de silbidos de palabras
No comprendes lo que es un trozo de piedra
Rellenas los huecos de cabellos blanquecinos
No comprendes vasos vacíos de aire.
IV, 51.
No descubras más palabras imágenes metáforas
Nada llega al corazón del otro
Todo se diluye en árboles de aire de colores
Plazas vacías de ojos humanos escuchan.
IV, 52.
Zumbidos de estiércol rodeado de dulces sabores
Hambrientos rumiantes de experiencias
Se han roto los deslumbrantes caminos de nadas
Libro lleno de mierda de vivencias
Un túnel se ha abierto en tu vientre cansado
Cojines de laberintos de sensaciones
Que la sinfonía del existir no descifra al aire.
IV, 53.
Sentado en tu rincón de hora y lugar
Esperando mano de caricias de viento
Soportas gravedad del instante cíclico
No comprendes lo que eres
No entiendes lo que has sido
Tantos dolores sin necesidad, ni fin
Tanta no bondad, tanta no verdad
Camino llenos de tachuelas de hierro
Sangrantes los dedos de los cuchillos
Se han abierto las luces de la tarde
Para qué otra persona se quede en cuneta
Mirándose lejanías de sinfonías negras
El gallo canta a cada ser que existe existirá
No una cruz sino varias le tocan a cada espalda
Un televisor canta las vacaciones de millones
Tú en soledad miras el resto de la tarde
Del existir en tu morada y en tus ojos.
IV, 54.
Destino o naturaleza o ambiente o sociedad o cultura
No te ha dado talento especial para nada
O no has descubierto cual es el que te han donado
Llega al último tramo de tu existir
Y moras sin saber lo que has sido
Sin conocer lo que deberías haber sido.
IV, 55.
No es el morir ese instante
Es la tentación de colores
Tantas los seres humanos tienen que soportar
Caminantes de estructuras redondeadas
Laberintos mundos sempiternos
Zozobras en lo que es y no es
Avaricias lujurias codicias como liberaciones
Se han roto las cadenas de racionalidad moralidad
Y en el camino vientres abiertos están estancados
He visto un mar de cuerpos cabezas en fuego eterno.
IV, 56.
Ansiar la unión eterna con la Trinidad Infinita Santa
Estar en este mundo real y de paso y de teatro y veracidad
Extremos se rozan y se separan en condición de nombre
Zapatos vueltos a andar sueltos sin piernas
He sentido infinito camino de pernoctaciones frías
Se levantan murmuraciones contra el menos injusto
Lo crucifican en espirales de palabras y supuestos hechos
Rompeolas de sufrimientos sin sentido a un ser
Todo el mundo le puede enseñar moralidad y equidad
Cuando sus manos y lengua no están manchadas
Temerse que siempre los caínes parece que ganan a los abeles
Pero la historia siempre va hacia el bien y el Bien y la Bondad.
IV, 57.
Desde mi rincón
Silencioso y pequeño
He deseado contar el mundo
Desde mi sillón.
IV, 58.
Una rama se ha roto dentro de uno mismo
Empequeñecidos caminos abiertos de solturas
Siempre se han destrozado vaivenes de esperanza
Escuadrones huérfanos de percepciones sin concepto
Han abierto cajas de Pandora para obtener beneficios
Ansían dominar sobre cuerpos mentes de otros
Soberbia es el príncipe de los males agujereados
Rompimientos de nenúfares al amanecer.
IV, 59.
Mienten labios volcanes de magma
Medias mentiras medio temores
Enloquecidos caminos serpenteantes
La naturaleza no da todo a todos
Selecciona recursos variables talentos
En la cima de la verdad está el silencio
Se han enloquecido los caminos de la mirada
Lo bueno queda como obscurecido
Lo menos bueno como abrillantado
¿Estamos asistiendo al final del yo bondadoso?
IV, 60.
Tiempo nada silencioso retumbar de estrellas abiertas
Se han secundado los caminos de flores rezumando fiestas
Agrietando caminos de perezosos silenciosas avenidas
Tuercas abiertas de pámpanas celosías de maderas
No se entienden las sensibilidades de oberturas
Sinfonías relampagueantes de deseos pulsiones
Incontrolables por una moralidad incorrecta
Necesitas un ejército de racionalidad suficiente
Se han abierto ordenadores de sufrimientos pesares.
IV, 61.
Se cruzan letras y números en el cerebro lucientes
Te han llevado al desierto del rincón de tu ser
Han ido alejándote de la vida histórica
Cansado te has refugiado en ti mismo en un sillón
Ver pasar los árboles del camino
Esperar sin desesperación que la campana muerte
Arribe a tu carne y descanses en el silencio eterno
Si existe el Buen Dios con él a su derecha
Si no existe el Ser Infinito Personal el olvido
La vida te ha vencido y te ha destruido
La mediocridad malvada de tantos te ha echado
A las cunetas del olvido de la historia.
IV, 62.
Hemos llenado botellas de palabras y colores
Para que otros sean más sonrientes en sus minutos
Tanto dar de tu arena y campo
Sin agua se ha quedado tu mente y carne y alma.
IV, 63.
Nos hemos mirado dentro de una luz casa
Enhiestos árboles de trufas rodeadas de silencios
Relámpagos abiertos de carnes sempiternas de deseos
Glorias y famas que jamás respirarán cimientos
Se han olvidado gafas y tornillos en las estanterías
No comprendes estos versos hijo hermano humano
Están pensadas para el silencio del alma
Emerjan de ti otras palabras recuerdos
Y ese es el verídico verdadero poema de tu alma.
IV, 64.
Solo sé de fracasos
De la carne
De la mente
Del espíritu
Solo sé de frustraciones de casi todos los colores
Abiertas en el tiempo
Casi todos han sido muros
Tú, tú sin ser perfecto
Siempre has ido con buena voluntad
Buenas palabras
Buenas intenciones
La silla vacía siempre estaba para otro ser
Solo has aprendido la ciencia del fracaso.
IV, 65.
¿Cuándo los robots aprendan a pensar?
¿Imaginar y crear y diseñar futuros posibles?
¿Qué será de nosotros humanos biológicos?
¿Daremos el salto de mitad humanos y mitad robots?
¿Se abren nuevos horizontes al yo colectivo?
¿La luna y el sol tendrán otro significado?
IV, 66.
Tienes ideas y conceptos y experiencias y vivencias
Con ellas organizas tu mundo y el mundo de los demás
Pero has pensado alguna vez de dónde son esas convicciones
Qué o quienes te las han grabado a hierro y oro y sangre.
IV, 67.
No sé hablar
Porque ante una palabra frase idea
Se me abren distintas posibilidades mentales
Y no existe tiempo para dilucidar la correcta
Se han alejado los yoes de la paz.
IV, 68.
Cansado amaneces
Derrotado atardeces
Una luna y otra
El pasar de tu existencia
Te dan envidia los seres irracionales
Que sufren pero no comprenden su dolor.
IV, 69.
Todos hablan de justicia y de verdad
Pero todos tienen una puertecita
Escondida para saltarse los principios
Siempre hay un razón para ello
Y siempre tú te quedas detrás rezagado
Para ti nunca existe la copa del premio
A tus esfuerzos trabajos estudios
Tú no perteneces a ninguna nómina
Has perdido tu vida en la vida
Y ya no sabes que camino debes andar
Cansado esperando las últimas bocanadas
En un mundo que es más irracional que racional
Más teatro que realidad de verdad bondad
Cuántos beneficios se obtienen de palabras.
IV, 70.
Desearía que esta fuese la última frase buena o mala
Último dibujo pintura que mis manos hiciesen
Porque ningún oído mente le interesa mis palabras
Muero en la tristeza de haber sido un ser que respira
Caer en la desesperación es pecado mortal
Huyo de la desalegría y desfelicidad del desaliento
Pero ha caído una montaña de sufrimiento sobre mi alma
Acumuladas plusvalías de derrotas y banderas rotas
No sé como andar un día más en los muros del mundo
No pierdas la sonrisa esperanzada en todo
¿Será bueno conmigo el Buen Dios al final de este camino?
IV, 71.
Parece ser que ni la naturaleza
Ni el Buen Dios Infinito
Me ha dado talentos de filósofo pensador
Escritor artista
Soy un mediocre que ha aspirado al Parnaso Glorioso
Tantos campos has arado y sembrado
Solo nacen viñas medio enfermas y medio sanas
No tienes creatividad ingeniosidad excelencia
No te machaques
No te martirices por ello
Pero el tiempo ha pasado
Ya no sabes el lugar bajo qué sombra y bajo que flor
Tienes que refugiarte tus últimos soles
Aún tienes deberes ineludibles que sembrar recoger
Pero no tienes fuerzas para soportar el peso del aire
La gravedad de la vida que te aplasta en tu silencio.
IV, 72.
Estás en tetralemas de tu existir
Qué hacer cuando aterrice el final de junio
A qué sombra acercarte
Qué cartas abrir
Nunca has tenido inteligencia práctica emocional
En casi todos los renglones te equivocas
Solo sabes de preguntas conceptos
Duermes tu alma adornada en pena.
IV, 73.
Tu mundo se ha hundido en tu carne
Tu mundo ha muerto en ti mismo
No sabes si podrás soportar más años
Solo tienes obligaciones y trabajos y penas
Para una pequeña alegría cien infelicidades
Para una pequeña felicidad mil tristezas
Para un pequeño descanso mil preocupaciones
Temores de deberes y caminos sin salida
Esperar que personas vean la realidad
Y no llega el momento solo temor más temor
No sabes si vas a soportar más años la sonrisa.
IV, 74.
Tus coetáneos racionales humanos
No les gustan tus novelas cuentos poemas
Aforismos ideas ensayos pinturas dibujos
Nada de lo que fabrica tu mente y sanare
Les parece con un nivel suficiente de calidad
Innovación profundidad creatividad veracidad
Tú te mueres de tristeza en la amargura del silencio
No sabes a qué tecla dar y qué color presionar
Qué pregunta responder y qué concepto defender
Te has perdido en tu mundo silencio de silencio.
IV, 75.
Colecciona tu alma demasiados fracasos
Tus ojos y carne demasiados proyectos
Tus pies y ojos demasiadas esperanzas rotas
De sobra sabes que cientos de millones de ojos
Viven en una indignidad miseria enorme
Y tú no
Tú agradeces la enorme fortuna y suerte
Pero en todos los tambores que has puesto tus manos
Todos se han roto en mil pedazos.
IV, 76.
Te sientas en tu sillón
Intentando de la tristeza
Amasar un pan de alegría
Te sientas en el silencio de la mirada.
IV, 77.
Se rompen las palabras en la boca
Las ideas se estrellan en la lengua
Un mundo interior lleno de prisioneros
Sin poder emerger a la libertad.
IV, 78.
Baldosa de piel
Jugaba un clavo sonriendo el último centímetro
Avispero de ideas con emociones silenciosas
Se han destrozado los ojos
Intentado captar misterio
Y enigma.
IV, 79.
Entramos en infiernos de nosotros mismos
Experiencias o vivencias de peldaños de oro o caramelo
Por probar un nuevo color o una nueva sensibilidad
Nos matamos a nosotros mismos en algunos recovecos
No nos importa pasar aquí purgatorio y mañana infierno
Dictadura de la vivencia experiencia placeres
Poderes de todo tipo vendemos el cuerpo y el alma.
IV, 80.
No todo lo posible debes saborearlo
Existen hojas dulces que después son amarguísimas como el cólera
No todo debes probar en el silencio de la tarde
Ninguna campana te dirá que estás en veredas de mal
No tendrás ningunos ojos que te mostrarán error
Pero no todos los guijarros del camino
Sirven para alimentar tu cuerpo, ni tu mente, ni tu alma
Pascal Unamuno recuerda sus enigmas
Vive como si existiese el Buen Dios
Porque si existe acertarás y si no existe también.
IV, 81.
Una mirada
Un cosmos
Un mundo en un grano de arena.
IV, 82.
Gafas que cierran la voz
Cristales que abren las pulsiones
Rezando para superar tentaciones
Un día y un camino nuevo
Retozan las palabras en los deseos
Saltar el mar azul gris dulce
Un paso más hacia la verdad real
Todo está lleno de máscaras
De juegos de ser no ser irreal
Hemos visto tantos cuerpos almas
Rotas en los caminos
Tantos deseos pasiones pueden rellenarse
Hoy en cualquier esquina del camino
Siente el silencio para caminar ser…
IV, 83.
De noche el silencio cosía ideas
Trenes de deseos se imponían realidad
Zozobras de posibilidades
Al amanecer, a veces, volvía la cordura.
IV, 84.
Un número
Signo y señal y símbolo
Realidad mental
O cosa.
IV, 85.
Para alguien que cree que el lenguaje natural es muy defectuoso
Cuántos millones de palabras escritas ha estampado en superficies
Blancas o electrónicas o pinturas o dibujos o papeles
Para alguien que cree hay que inventar algo más eficiente y perfecto
Ha pasado todos los días de su existencia coloreando vocablos.
IV, 86.
Poner armonía en la mente
En la mirada
En el oído
En el silencio
En el alma.
IV, 87: Mesa:
Silencio horizontal.
IV, 88.
No comprender casi nada
La mente se ha roto de tanta agua acumulada
En el horizonte tetralemas posibles
No saber que sendero caminar
No entender casi nada.
IV, 89.
Creías que te querían en algo
Creías que te estimaban en algo
Creías que te amaban en algo.
IV, 90.
El pensamiento tiene fuerza sobre la realidad
Lo real tiene atracción sobre el pensar.
IV, 91.
Miras la plaza redonda y silenciosa
Verde y piedra
Quijote y hierro
Te miras en el círculo exterior tu interior
Tu carne va envejeciendo
Quedan menos duplicaciones de células cada día
No temes aún la muerte
Pero temes que exista el Buen Dios
Y caigas en el lado negativo de la eternidad.
IV, 92.
Ningún relato, ninguna novela
Que tus imaginaciones neuronales han preñado
Es aceptada por los seleccionadores de cultura
En tu rincón silencioso y lloroso sin lágrimas
Te preguntas tan poco talento y creatividad
Tienen mis ojos, mis manos, mi mente
Y ya no sabes si es mejor emborronar una línea
O en el sillón con café sentarse ante un film
Ya has perdido la batalla de la creatividad
Los que gestionan los veredictos de las musas
Han sentenciado que tus miradas ideas colores
No tienen valor suficiente para ser recordadas
Y tú, tú te vas muriendo en el silencio de las tardes.
IV, 93.
Tantas personas has conocido y has hablado con los labios
Ya no sabes si has importado de verdad a más de diez almas
En este trajinar de mundo y de tierra y de aire y de cemento
No sabes si de verdad tu mirada a algún ojo le ha confortado
Si tus dolores y penas a cuántos de bondad les han hecho llorar.
IV, 94.
Se ha roto algo
Entre dos seres
Que parecía iba a crecer
Tú desde fuera y algo desde dentro
Solo deseas en tu corazón lo mejor para los dos
De momento te has quedado más en soledad
Mirando la rotura afectiva de dos mentes cercanas
De dos en un posible proyecto vital
No puedes decir nada
Solo esperar y reesperar
Semanas y meses vendrán de nuevo preguntar
Que el Buen Dios sus dedos ponga en esos ojos
Y la paz y el bien lluevan sobre esas dos carnes.
IV, 95.
Canción de la noche el arpa seduce al violín
Ambos rezuman esperanza y deseo
Placer y noche y somnolientos caminos
Estructuras del ser y del estar alivio
Cantan nenúfares en la tarde de la vida
Atando la soga del yo a otro ser
Instante mediador de copas relucientes
Se aleja el ser del estar: noche.
IV, 96.
Canta la garganta al arco iris del vientre rezumando vino dulce
Se abren mejillones de esperanzas terrenas en momentos silenciosos
Rezuman perfumes abiertos de colores en las miradas de ojos pintados
Hojas de libros con letras de oro y sangre con puertas al firmamento
Se han oído estructuras de volcanes sísmicas de percepciones momentáneas
Todo ser anhela su cerebro reptiliano placeres de millones de años
Inscritos en lo más profundo del estar del ente cavernícola profundo
El neocortex intenta poner orden en la barahúnda de deseos y palabras
Lucha que dura hasta el último segundo de respirar bajo esta tierra
Unos triunfan y otros pierden batallas y banderas en los caminos del ser.
IV, 97.
Casi diecisiete soles disponían mis carnes en esta tierra
Y tuvieron los humanes el don de otorgarme un pequeño premio de poesía
Cuatrocientas o quinientas pesetas si la memoria no olvida
Desde aquella lejana mañana solo he recibido silencios y naderías
Nada. Ahora en esta tarde de santo viernes. Recuerdo. Solo recuerdo.
Volverán otra vez las pequeñas glorías ocupar un lugar en el Parnaso
Dormirán mis palabras con verso y sin poesía en la memoria humana
Todo se olvidará y se romperán los cántaros con agua o sin agua
Espero la sentencia de los seres humanos con sus sinfonías de razones
La tristeza ha habitado mi carne mente alma porque todo ha sido fracaso.
IV, 98.
¡Crucifícalo, crucifícalo!
Y un ser que respiraba daba sus últimas gotas de oxígeno
Tuvo una historia
Tuvo unas miradas
Tuvo unos silencios
Tuvo unas ideas
Millones han sucumbido al caínismo
Por un color o por otro
Pero Crucifícalo, crucifícalo era
Es el Rey del Universo por la Eternidad Infinita
Y Pilato sitúo INRI
Yo soy un Poncio también
¿Y tú?
IV, 99.
Todo blanco caverna externa salvo color de la piel
Todo gris piscina interna salvo color rojo de venas.
IV, 100.
Canta la sombra
Avarienta de ser
Estiércol hecho ansía de oro
Peldaños hacia la batalla soledad
Rompen los huesos
Al atardecer del vivir
Preguntas qué he hecho.
IV, 101.
Grieta caída de escalera obertura de arco iris
Retumban las palabras
Te han engañado tantos a los que amabas
Rompen las olas
Tu cabeza corazón mente se hace añicos
Solo querías un gesto
Codicias envidias maledicencias han matado
La sangre de lazos
Montaña se levanta negra de dolor en año bisiesto.
IV, 102.
No me enseñes tantas veces la bandeja
De que no me has querido
Siempre mi palabra era el último
Tus traumas y complejos nacidos en infancia
Han roto tantas veces las manos corazón
De quién solo quería quererte
Pero tan sorda estás en la tarde mañana noche
Que el mar salado de vinagre
Ha matado la esperanza del amar.
IV, 103.
Nunca sé lo que dicen las palabras
Tienen su independencia
Buscan ellas metáforas e ideas
Y las lanzan desde lo profundo
Al exterior del volcán y cae en lago
Tú te detienes mirándolas sin comprenderlas
Un pájaro vuela al lado y te mira
Se ríe de la escena de los mortales.
IV, 104.
Soy animal pero no sé que especie
Soy racional pero no sé que especie
Soy animal racional pero no sé que especie.
Soy animal racional con alma pero sé que especie.
IV, 105.
Estaba despierto
Violín de sinfonía arco iris
Visité con la mirada su realidad
Comprendí que no comprendí nada.
IV, 106.
El Buen Dios me tiene que tener un lugar bajo este sol
Todo mi aliento ha sido encontrar ese viento calor
Nunca he sabido qué silla o sillón era mi descanso
Pasan décadas y llega ya la espada curvada
No sé cual era el arado talento que debí esculpir.
IV, 107.
No saber si el hierro cura o mata. Esperando luna
Que abre las piedras del desamor. Siempre nube
De hojas encarriladas al firmamento. Obscuras ruindades
Atraviesan el alma recuerdo. Se ha oído la firma
De la tarde que abre el corazón. Candado de piedras
Memorias y aspavientos sencillos. Se ha roto las piernas
No conocemos el mar del mal. El bien se aleja
De la mirada cambiante del deseo. Tú has sido.
IV, 108.
Gusanos rotos en la mente interna del dolor pasado
Quieres anular esos recuerdos que trepanan tu cerebro
Día y noche y mañana bisiesto y no bisiesto
Recorren las agujas de tus dientes que te matan a ti mismo
Cómo has sido tan ignorante que todos te han engañado
Ahora tú vives en el silencio del abismo de la derrota
Otros subieron sobre tus hombros y besan la luna del éxito
Araña con telares de oros y brillantes recorren ojos
Se han abierto torres de campanas de hielo con agridulces
Caramelos de posibles y tú te vas muriendo en la piedra.
IV, 109.
Soy como un asno que atraviesa la calle con peso y palos
Sin entender ni a los amos, ni a los dueños del mundo
Ni a vecinos, ni a otros que como yo son asnos
Pero se creen hombres racionales con sentido común
Ando sin entender como las emociones controlan las manos
Procesiones por dentro con tambores de roturas negras
No tener donde reposar cabeza sino en varias cruces.
IV, 110.
Todo está en silencio de palabras
Ver como llega el temor de futuro
Al presente rozando el hambre
Círculos abiertos negros de fauces
Sempiternos caminos de espera
Que será de nosotros mañana
Si en el ahora no cumplimos
Con el deber de hoy cada día.
IV, 111.
Niebla y nube
Abierta el alma
Rompe huesos
Pernoctar tiempo
Obscuros sueños.
IV, 112.
Carros de colchones abiertos esperanzadores
Se han alejado en viernes de noches días
Son los que se han oído árboles sin voz
Pensamientos enhiestos de nubes
Caminos asados de seres de penas
Hemos visto tantas utopías blancas negras
Unos caen en un hoyo, aquellos en otros.
IV, 113.
Absoluto es el tiempo, absoluto es el espacio
Totalidad de las noches abiertas en trozos partes
Cantos en el futuro roznado cimientos aires
Estructura gafas huecos pozos simientes
Torbellinos de peldaños tresillos de deseos
Cascadas de aberturas a futuros inciertos
Ver como un ser se va destronando en sí mismo
Perdido en bosques de pasiones y pulsiones
Perdidas en el camino de nenúfares somnolientos
¿Dónde ha quedado la bondad armonizada con razón?
Siempre intentando dirigir la mano en la bandera
Se han abierto las penas de hoy y las penas del futuro.
IV, 114.
Musgo rodea mi alma de tristeza
Sé que hay esperanza eterna
En Nazareno abierto a inmortalidad
Pero el surco de hoy es ácido amargo
Salado de penas endurecidos
Vientres caminos de esperanzas pies
Han sucumbido las palabras en desalientos
El Buen Dios pido sea mi paraguas de pararrayos
Una luz se percibe en el fondo horizonte
De la caverna abierta en obertura en soledad
Esperando y esperando en presente largo.
IV, 115.
Es dueño el ser del sentir
O el sentir del estar
O el estar del ser
Huyen las manos alejadas de la nada
Pero la nada se convierte en Big-Bang
Todo se aleja y todo se acerca
Todo será esperanza después del huracán
La lluvia ha quedado olvidada en memoria
Huir de uno mismo para hallarse en uno mismo
Vehículo de lo que es y ha sido
Existimos en una tormenta de no entendimiento
Pero la sonrisa no se pierde de los árboles.
(12 Marzo – 30 Marzo13 Cr).
[1] - 1ª Edic.: D.l. Cr-360-2015. Título: Epopeya. Poesía. Antología.
- 2ª Edic.: D.l. Cr‑541-2015. Título: Epopeya, XI, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII.
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