Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, VIII. © jmm caminero,
Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, VIII. © jmm caminero[1].
VIII, 1.
¿Siempre hay un Stalingrado nuevo que nos espera?
Rotas las cadenas del afecto todo es posible en los ojos
Huye del mal, de la maldad que anida en cada mente
Aléjate de ella para que no te mate en cada noche día.
VIII, 2.
Se ha caído el sol al verse reflejado por la luna
Entorpecido saliente de la ruptura del yo
Se ha estrellado la mano en los ojos del espejo
Camina por la senda de la tarde esperando el algo.
VIII, 3.
Vuelven las emociones olvidadas de sí mismas
Miran al rostro
Se alejan despavoridas
No comprendiéndose en el ser de su mismidad.
VIII, 4.
El aliento
Se ha hecho
Piedra
Fabricada de cal
Soñar y sonar
Tubería campana
Abierta al mañana
Se ha roto
La cadena
De la sed.
VIII, 5.
¿Eres tú?
¿Qué eres tú?
¿Eres tú, lo que yo te hago que seas?
¡Eres tú lo que piensas que eres tú?
¿Eres tú lo que deseas ser tú?
¿Eres tú lo que tú has hecho de mí?
VIII, 6.
Ante un dilema de caminos viaductos de existencia
¿Qué hacer? ¿Qué vericueto seleccionar y buscar?
¿No conoces el futuro? ¿Pero tienes que decidir entre dos ramas?
¿La tristeza te embarga desde dentro hacia fuera y desde fuera hacia dentro¿
Te sientes perdido en el combinado de mundo
Huido y caído sin saber
Volver hacia atrás
No saber que sucederá dentro de dos lunas
No saber qué puerta debes llamar en su silencio
Perdido en todas las posibilidades
Qué pocos granos de trigo y arroz han surgido
Tanto sembrar, tanto arar, tanto regar, tanto esforzarse
Siempre acabamos en la pared del silencio
Cansado angustiado apenado entristecido fracasado
Te metes en tu rincón con tu sillón y tu pequeño verso
E intentas que la luna sonría tus labios amarillos
¿Qué pierna debes mover?
¡Tantos y tantas con menos trabajo, menos mérito, menos esfuerzo?
¿Menos estudios, menos buena voluntad han triunfado más que tú?
¿Y tú, si tú, parece que eres un coleccionista de fracasos y frustraciones?
¿Siempre perdido y destruido en el mundo?
Las gaviotas se ríen de ti
Esperas que el Buen Dios te sugiera la palabra
Y el camino a andar.
VIII, 7.
Estás metido como gusano en el nido de tu sufrimiento
Apenado en tu pequeña jaula de pesares sin ventanas
Estás rodeado de temores combinados con recuerdos
Tuviste también pequeños y medianos sueños
Qué pocos se han hecho realidad delante de tus ojos
Te comparas con otros seres que también respiran
Y sabes que también tendrán sus frustraciones
Ser humano es siempre no estar contento nunca
Pero tú crees has puesto más bondad y más sudor
Pero casi nunca había una entrada para tu entrar en…
VIII, 8.
¿Qué haré cuando mis palabras versos no gusten a nadie?
¿Los seleccionados de concursos no los estimen valiosos?
¿Olvidaré las rimas internas y conceptos con metáforas?
¿Abandonaré páramo de ríos con mieles que a nadie sacia?
VIII, 9.
Conoces más nombres y biografías de mortales fallecidos
Que seres que respiran en estos momentos a tu lado.
VIII, 10.
No sé la diferencia
Entre lo que creo ser
De lo que soy.
VIII, 11.
Si hubiese llenado los folios de pasiones y deseos
De todos los colores y formas y maneras
Si hubiese llenado los corazones de percepciones
Y sensibilidades para tentar hacia el mal
Habría tenido más oídos que me habrían aplaudido
Mi voz habría sido tomada como liberadora
Y algunos sillones se me hubiesen abierto
Pero como siempre he intentado besar la paz
Con el mayor grado de bondad y verdad
Pues en todo ha tenido que estar la vara comedida
Armoniosa de palabras y deseos y percepciones e ideas
Equilibradora de grupos e individuos
Intentar formar y conformar conciencias en paz
Limitar pasiones y conceptos y vocablos
Construir en sosiego para que el corazón florezca
De forma pacífica y sonriendo a las estrellas.
VIII, 12.
Puse un horizonte en los labios
Un vaso de esperanza en la mano
Todos los días fuiste a sacar carbón
Esmeraldas de posibilidades de ser
Se han roto los cimientos de la tarde
Te encuentras frente a la pared muralla
Cerrada con púas y silencios
Otro proyecto que se ha roto entre los dedos
Te quedas sentado en tu butaca
Diciéndote qué puedo hacer ya con mis ojos
Qué nuevo proyecto debo empezar
Dejo caer las manos a los pies del suelo
Lloro y lamento mi tristeza de fracaso.
VIII, 13.
Volver a encerrarse entre cuatro paredes
Oír los gritos y olores y llantos y voces
Y estar siempre pendiente para que la muerte no les llegue
Volver otra vez a encerrarte
En unos muros de sufrimiento del otro
Intentar sosegar un poco sus dolores y sufrimientos
Poco puedo construir de felicidad
Pero siempre he intentado aliviar un poco
Un corazón de alguien enfermo.
VIII, 14.
Ni tú
Ni tu sabes lo que eres tú
Ni tú
Ni tu sabes lo que soy yo.
VIII, 15.
Solo quería vivir en paz consigo
Solo deseaba estar en armonía con todo
Solo esperaba ser en sosiego con el Buen Dios
Sólo anhelaba morir tranquilo en silencio.
VIII, 16.
¿Para qué un verso más?
¿Para qué un creador más?
¿Si existen millones de poemas?
¿Si existen millones de poetas?
VIII, 17[2].
Cabeza pincel negro estructura sillón silencio
Azul cuenco si y no ojos verdes lienzo rotura
Pechos cobra sinfonía sol vientre boca mesa
Toro endulzar silaba relámpago ceniciento soledad
Mano bosque medusa cobaya obertura montaña
Hojas barcos lámpara multitudes ordenador olvido
Mesa nube árbol estar viento risas
Música viento tropiezo cera paz último.
VIII, 18.
Tristeza sobre toneladas de tristezas acumuladas de generaciones
Tristeza que paren nuevas tristezas acumuladas de tristezas
Tristezas como sedimentos cada año formando centenas de metros
Tristezas enlatadas color vinagre que ha matado el corazón esperanza.
VIII, 19[3].
Lejos de agua oberturas de luz
De la venida somnoliento en todo
Piedad en paz estiércol
Que se de caída buscando lo que es
Abre rompeolas en todo viento
En pozo se ha enlutado papeles blancos
Horizonte la camisa caballos dormidos
De nenúfar reluciente sillas azules
Constreñido de sed ordenador de pies
De viento el rincón camisa de arco iris
Soledad de botón atravesando huracán
En corazón que enluta lo que nada es nada
De nada la mirada fue un momento
Serpiente se ha alejado acaecida en un mueble
Abierta la paz todo ha sido
En soledad en algún lugar flor amarilla
Qué es sillón se ha alejado el viento
Yo de piedra rezumando frío calor
Racimo gafas un alucinante adiós.
VIII, 20.
Siempre hay un algo más
Detrás de cada horizonte
Siempre hay unos labios
Más allá de cada montaña
Siempre hay una lejanía más
Detrás de cada corazón.
VIII, 21.
Encerrado aquí
En mi sillón
Con los pensamientos
Se caen como hojas
Laberintos de posibilidades
Aquí perdido
En mi mismo
No sabiendo
Qué va a ser de mí
En el horizonte
Se ha alejado
La paz obscura
Que es lo otro
Sino un yo
Olvidado
Que se ha muerto
A sí mismo
Encrucijada de sed
Ser que aparece
Lo que no es
Siendo
No siendo
No siendo
Siendo.
VIII, 22.
Dicen, te explicas a ti mismo
No tienes ningún talento especial
Campanas de deseos solo eres
Acumulador de glorias y famas
De parnasos y literarias y de saber
Acepta el veredicto de los tiempos
Te dices, a ti mismo,
Ni los dioses, ni la naturaleza
Te ha dado una visión suficiente
De un nuevo volcán dentro de ti
Acepta, millones de seres
Se mueren sin aire, ensangrentados
De que te quejas de no tener talento
Tienes dignidad, que es el mayor regalo.
VIII, 23.
Huyes, toda la existencia huyendo
Esta es la historia de la humanidad
Cada uno, de su dolor trauma
Toda su existencia hasta que cae
En el polvo y ya solo al árbol alimenta.
VIII, 24.
Vine el otoño y calienta la mano boca con la desnudez del silencio
Horroriza el camino abierto de ternura entristecida con gafas oídos
Se ha roto la pierna al ascender un año de existencia entrecortada
De flores amarillentas que rebuscan en su interior una razón de estar
Aquí estamos escondidos en el recinto de la posibilidad que emerge
Cómo cantar un verso que pueda servirle al mañana galáctico
Se rompen los huesos troceados de existencia somnolienta verde
Creemos que estamos despiertos solo somos en duermevela constante
Se han roto los raíles del ferrocarril de la existencia empequeñecida
Por ruindades abiertas del pasado que intentan tragar el existir presente
Perdidos en nosotros mismos estamos anhelantes de ser alguna vez
Un algo que sea capaz sobre la roca levantarse y decir soy
Estoy seguro de ser, para siempre, por la bondad del Buen Creador.
VIII, 25.
Recuerdo oír en las noticias que a un pastor le regaló un presidente
Una máquina de escribir porque fabricaba miles de palabras
Miles de poemas. Me pregunto que habrá pasado de ese ser hacedor,
De la máquina, de los versos a docenas de miles, dónde habrán terminado
Aquel vate que la naturaleza creó y la naturaleza olvidó
Alguna frase puede que nos haya descubierto algo de nosotros mismos
Y ahora dormirá en una alacena carcomida de polvo y troceada
Por el tiempo. Recuerdo oír esta historia en la prensa ya olvidada
Cuánto se construirá y cuánto de autodestruirá a lo largo de los ciclos
Miro por la ventana e intento averiguar cual es el canto del silencio.
VIII, 26.
Aquí sentado con el peso del aire sobre la frente
Arrinconado con la masa de la gravedad sobre el vientre
Temeroso del futuro que se puede avecinar con dolores de parto
No saber qué camino recorrer en la ventana del día
Aquí rompiendo mi conciencia averiguando la opción
Esperando que el Buen Dios me sostenga las manos
Pueda acertar alguna vez qué flor es la de mejor olor presencia
Y pueda seguir existiendo en este mundo con el color de la dignidad
Se han abierto rocas enhiestas de petunias con olor a caramelo.
VIII, 27.
En, dentro de una cámara
Pasan las horas
Silencioso de percepciones
Esperando que mañana
Sea mejor
Que el de hoy
Y un ser no se pierda
En los torbellinos de la conciencia
En un sillón
Se desarrolla toda la lucha
Toda la historia del pesar
De un ser arrinconado
Por las circunstancias
Las bondades y maldades
Que fabricaron otros
Y ahora tumbado
Por el penar del sufrimiento.
VIII, 28.
Languidece el viento mirando los escudos de la existencia
Mentes se retuercen buscando deseos perdidos en la memoria
No hemos sido lo que hemos deseado pero hemos deseado ser
En el acontecimiento de la tarde del existir miras de reojo
Como un mundo se va destornillando en cemento de papeles
Se ha ido la memoria y el recuerdo se aleja de tu vientre cerebro.
VIII, 29.
Te vas hundiendo
Más y más en la tristeza
Cada día un poco más
Te vas cayendo más y más
En un pozo sin fondo
Y a quién le cuentas
Tu dolor y tus pesares y tus penares
Vives porque tienes que respirar
Tienes que seguir viviendo
Pero es una losa cada día como tonelada
A nadie puedes contarle nada
Tanto esfuerzo de tantas décadas
Vives en la soledad de tu mirada
No comprendes nada del mundo
Caído debes seguir escuchando
Levantarte otro día y empezar
Hacer bien tu deber pequeño o grande
Juntar palabras con sonrisas
Que nadie note las cruces que te atraviesan
Esperando la piedad del Buen Dios
Te faltará alguna sustancia bioorgánica
Y las ramas de la esperanza esperas
Millones malviven mil veces peor que tú
Y sonríen por qué tú te debates en tristeza
Crees que has puesto mucho en el arado
Y has recibido poco salario de recompensa
Solo silencio y silencio y silencio y trabajos.
VIII, 30.
¿Para qué un poema más en el mundo?
¿Para qué una sonrisa más en el orbe?
VIII, 31.
He perdido ya tantas batallas
No sé cuánto tiempo aún me calentará el sol
Solo intentaré cumplir mis deberes de estado
Mis deberes con el Buen Ser
Miraré al mundo y lo intentaré pensar
Comprender
Sentir
Entender
Percibir
Soñar
Y pasaré a pensamientos, poemas, pinturas
Algo de todo ello
Lo mostraré al mundo
Y ya sé que la respuesta será el silencio
Y la nada de la no existencia de esa mirada
Después iré al Juicio Particular del atardecer
Y esperaré en la infinita misericordia
De la Bondad Infinita.
VIII, 32.
Antes que yo
Después que yo
Han pasado
Por estos caminos
Miles de millones de ojos
Pasarán
Yo no los conozco a ellos y ellas
Ellos y ellas tampoco sabrán de mi existencia
Pero todos habremos respirado este aire
Llorado y reído
Vivido y muerto
Todos habremos sido nada
Antes
Para después ser
Ser un algo humano
Y al final
Unos dicen que solo volvemos al polvo
Y otros creen que tenemos una eternidad.
VIII, 33.
Si hubiese cogido aquella puerta
Dónde habrías ido
Si no hubieses entrado por aquella ventana
Dónde estarías ahora
Pero estás dónde estás
¿Y mañana qué muro tienes hoy que levantar?
VIII, 34.
Acepta el veredicto de tus coetáneos
No tienes suficiente calidad
Ni ingenio, ni creatividad, ni innovación
Ni como escritor, ni como poeta,
Ni como artista, ni como pintor,
Ni como pensador, ni como filósofo
Humano acepta la sentencia de los otros
No te engañes más buscando nuevas razones
Asimila la realidad y al menos vive en paz
Vive en la tranquilidad del espíritu y mente
Y alma y carne y cuerpo
Los dioses, el ambiente, la genética, la educación
Te han dado la creatividad e ingenio suficiente
No es un delito ser un mediocre artista
Un mediocre pensador filósofo
Un mediocre escritor poeta
No es un delito tener el color de piel o la altura
Que la naturaleza te ha proporcionado
Soporta y limita tu ambición
Creías y querías ser un nuevo Hegel
O un nuevo Miguel Ángel o un nuevo Homero
Pero no eres nada de todo ello
Sino un simple ser humano
Que deseo pasar a la historia de la cultura
En alguna de esas facetas
Y que tarde se ha dado cuenta
Que debería haberse dedicado a comprar y vender
Algo, de alguna cosa, sean tangibles o intangibles
Pero no ideas, no pinturas, no pensamientos, no filosofías
¡Pero la vida ya está pasada en más de la mitad!
¡Y ya no se puede rectificar los ojos del camino!
Ya no sabes nada más que hacer poemas insufribles
Pinturas indigestibles, ensayos filosóficos pésimos
Solo tus ojos y mirada sirven para esos menesteres.
Confórmate e intenta respirar en paz el aire que te queda.
VIII, 35.
Ni has ganado el reino del cielo en la tierra
Ni el reino de la tierra en la tierra
Ni en la tierra sabes si ganarás el reino del Cielo
Ni frío, ni caliente, ni fuego, ni hielo
No has servido para nada
Solo sabes sonreír y sufrir la sonrisa
La mayoría de los seres de tu entorno
Han triunfado más que tú
Han disfrutado más que tú
Han trabajado y esforzado menos que tú
Tú solo has estado llevando trozos de piedras
Y tierra de un lugar a otro
Nunca construyendo nada
Nada que a otro ser le sirva para algo
Has vivido en el sueño despierto.
VIII, 36.
Todos alaban la cultura
Todos los versos
Todas las pinturas
Toda la filosofía
Todos los ensayos
Todos alaban siempre
La cultura de los otros
Nunca alaban ni un verso de tus manos
Ni un dibujo de tus ojos
Ni un aforismo de tus labios.
VIII, 37.
El pensamiento se rompe en trozos en la espalda de la mente
Rodeado de arpas que atan percepciones a deseos y conceptos
Se lee a sí mismo para intentar comprender el misterio del mundo
Todo se ha alejado de una voz hambrienta de rocinantes esperas
Se ha endurecido los ojos intentando comprender un alma
La propia o la de otros. En ese camino se ha muerto a trozos.
VIII, 38.
El mundo es la totalidad de trillones de entes con trillones de funciones
El acaso del ocaso de todo lo cruz y raya con línea abierta al infinito
Posible de relámpagos que se entremezclan entre sí: lo otro es la mirada
Moebius y su cinta es el universo, millones de universos posibles
Solipsismos que se entremezclan con los que han sido permutas de sillón
Todo ser que respira anhela y lamenta, se entristece y se alegra al ser
Pero los ríos de los seres desean anhelantes estar en el mundo del yo
Tú que estarás bajo las nubes un tiempo espacio sientes el lodo y gloría
Se han reído de ti mismo cada organización de moléculas y átomos
Perduran los vientos entristecidos que se doblan en los volcanes
De la mismidad que se acontece en cada solución de momento, hoy.
VIII, 39.
Se han roto las fresas del corazón
Han entumecido las piernas
Matado las esperanzas del estar
Existe el bien y existe el no bien
Nos hemos tropezado rompiendo
Uñas de caracolas de cadenas
Reheléenlas de combinados
De deseos entumecidos por el tiempo
He olvidado lo que podría haber sido
Sentado en un sillón buscar verdad
Bondad, verdad bondad, bondad verdad.
VIII, 40.
Río húmedo
Abierta alma
Senectud de silencio
Con lo enternecido
De las primarias
En número obscuros.
VIII, 41.
Aguzados pies en laberintos de palabras
Rodeando la cabeza seduciendo deseos
He visto tantos conceptos bailas en cabeza
Que ya solo intento comprender hechos datos
Me estoy durmiendo de esta vida
Cansado me estoy alejando a cuarteles de invierno
Estar abdicando de la vida
Cada día más silencio va rodeando los ojos.
VIII, 42.
Escribes y llamas a la puerta
Deseas una exposición en lugar público
Relleno de libros y conceptos
A vuelta de electricidad
Te indican que ese proyecto es negado
Y tú miras a la pared y te dices
Qué hay que tener en este país
Para que te abran algunas puertas
Ni siquiera donde duermen los libros.
VIII, 43.
El bidón
De la tarde
Reúne palabras +
Imágenes
Que se pelean
Por ser y estar
En la mente
De muchos.
VIII, 44.
Acontece luz
Desparramada. Vientre y mano
Endulzada
No eres tú
Si eres una imagen
Te has perdido en
Existir. Existencia.
Olvido de ti.
De todo.
VIII, 45.
Los de la cruz
Siempre soportando violencias
Sacrificios mártires
En todas las épocas de ojos
Siempre hay una bandera
Que quiere levantarlos en maderos
Alguna razón suave o vinagre
Para encerrarlos en la tierra
Por dentro.
VIII, 46.
Se enturbia la mirada
En el foro electrónico
Serpenteando pensamientos
Deseos donde caminan los vientres
Tu puesto es el silencio observador
El sillón es lo que permanece.
VIII, 47.
No comprender nada, ni entender nada
Estar perdido en el mundo
Pones un calvo y se desclava
Entregas pan y lo tiran a la cara
Regalas ideas con colores y las pisan
Tirándolas a la ciénaga de la basura
Estar perdido en el huracán del momento
Caminar solo al féretro.
VIII, 48.
Preguntar para vaciar soluciones
Responder con nuevos edificios de preguntas
Millones de cabezas pelean por unas treintena
De ideologías que no se entienden
Desde siglos, milenios que muerden
Y el mar lo convierten en rojo de hemoglobina
Natural
¿Dónde la solución paz?
VIII, 49.
La campana del mal suena más fuerte
Que los truenos de millones de bienes
Bondades y sonrisas
Se silencian en su bondad.
VIII, 50.
Amanecer noche
Tomas el círculo de cuatro ruedas
Languidecen ojos: Malagón, Fuente Fresno, Yébenes,
Orgaz, Mora, Villamuelas, Villasequilla, Añover
Recorre tu espalda ideas a la mente
Intenta enseñar conceptos y valores
Cansado con calor y frío según el sol
Vuelve de vuelta en tus pensamientos
Al hogar.
VIII, 51.
Te quitan la fama
Luego te llenan de espinas
Y cadenas
Para anularte
Robarte algo
O la vida.
De quién menos te lo esperas.
VIII, 52.
Jugaba a intentar comprender el mundo
Cuando creí que entendía algo
Se me estaba terminando.
VIII, 53.
Cada día la caída
Más pena angustia desesperación
Troceada de melón de alguna realidad
¿Qué hacer? El vientre se rompe
Respirar sin apenas esperanza
Pudo ser algo rutinario y normal
Lleno de amor y las penas normales
Pero desde el principio
Fueron al degüello de las miradas con besos
Ahora el mal ha pasado a otra generación
La pena del desconocimiento del futuro
Enfermedad y dolor que hunde los huesos vivos
A nadie puedes contar nada
Seguir bebiendo el silencio
Y que el Buen Dios ponga el paraguas
Pudimos haber sonreído pero destrozaron
Las caricias.
VIII, 54.
¿Para qué un poema con caracol abierto?
¿Qué a nadie sentirá la emoción concepto?
¿Para qué una línea más de alegría llanto?
VIII, 55.
Se acerca el fin de una escalera
Etapa de tu pequeño ser
No sabes que habrá después del horizonte
Te has caído en el umbral de la nada tarde
¿Qué ha sido del viento alegre?
Los pájaros no sabes como volarán
Dentro de dos meses…
Después.
VIII, 56.
Reuni9stes millones de palabras
Imágenes de un mundo interior
Exterior de brezos y laberintos
Millones de cuestiones
Nadie ha deseado beber de esa agua
Se han roto los cimientos de
Civilización abierta en tus ojos.
VIII, 57.
Lloras lágrimas de palabras
Al Buen Dios Trino
Intercediendo por todos
Beatos y santas
Esperando que sea desierto
El dolor.
VIII, 58.
Se abrió posibilidad puerta, futuro
Te tiraste por hueco volcán del vivir
Caíste en rincón de tu alma
Te perdiste en ti mismo y en ambiente.
VIII, 59.
Tantas vueltas ha dado la peonza
Que has olvidado tu yo
En miles de conceptos deseos
Miras como cobaya el mundo
No entiendes sus instrumentos
Creíste que la bondad y la sonrisa
Te abrirían las puertas
Pero nunca has tenido mentor
Y siempre te has encontrado
La pared laberinto sin puerta
Quién sabe si mañana el paredón.
No quieren ojos libres con límites
Solo desean tener siervos súbditos
De ideas como papagayos loros
No desean la paz del alma mirada
Solo esclavos que sigan consignas
Todas las banderas y ejecutantes.
VIII, 60.
Te preguntas qué pintas en este local mundo
No sabes por qué han nacido tus pulmones
Miras a las estrellas y les dices que te digan
Tu nombre y cual es tu camino. Callan
Pero si una piedra tiene razón de ser
Tú pequeño saltamontes tendrás más destino
No pierdas la confianza y lucha con el aire
Porque tú, tú, si tú, también eres ser.
VIII, 61.
Degustas una galleta
Trigo y azúcar, historia
Valorarán ya estos versos palabras
O será otra campana
De fracaso
Y ya te retirarás a tu rincón sillón
Para siempre
Olvidando que hubo un observador
Pensador escritor.
VIII, 62.
Una versión del yo
Cada luna mañana
Un tropezón en ti mismo
No sabes ya qué es máscara
Que es piel.
VIII, 63.
Ando y respiro
No es ningún mérito
Me salen de dentro ideas versos
Rimas de profundidad libres
No soy más que tú, más que nadie
No sé abrir un enchufe
Surgen metáforas imágenes visiones
A borbotones
Naturaleza cultura me ha hecho de este color
No tengo soberbia engreimiento
Es mi perdición destino
Pero ningún labio oreja
Se siente sentido
Es una tonelada de palabra en la cabeza
Roturan colores en los labios
Para olvidarlos se escriben en la pizarra
Dejar brotar otros
El agua del pozo no se agota.
VIII, 64.
Tanto tiempo has contenido
Gas en las entrañas
Adornado de nombres y colores
Has abierto un pequeño pozo
Y todo ha reventado en mil colores
Tú miras, sin comprender
Los racimos de sentidos.
VIII, 65.
He estado
En algún lugar
En un tiempo
En un espacio
Has estado.
VIII, 66.
Un proyectil
De futuro
Se dirige a tu alma.
VIII, 67.
Tienes el alma y cerebro y carne y mente
Agotada, centrifugadora
Derramada, triturada por
Los hechos
No encuentras la luz
A todas horas temores sufrimientos
Y tienes que mantener
Sonrisa.
VIII, 68.
Mi yo
Y el cobaya
En el mismo espacio
Yo intentando pensar futuros verdaderos
Él es un misterio
Para mis ojos
Qué recorrerá sus neuronas
Mentes de bebé que come solo
Anda mirando sin mirar
Dos mamíferos que están
En el mismo hueco del tiempo
Dos soledades en silencio.
VIII, 69.
La mente no memoriza
Datos
Perdido en la tristeza
Resquemor de pena
No graba conceptos
Y cada día más angustia
No eres capaz de saber ideas
Entretejidas de orden
No comprendes
A casi todas has buscado nuevas explicaciones
Nuevas preguntas
No eres capaz de memorizar la suma.
Se ha rebelado la mente
Se ha puesto en huelga
Tantas décadas sin descanso y sin ocio
Siempre abriendo un nuevo muro
A una nueva posibilidad.
Ha dicho ya basta
Y el caballo se ha destrozado el vientre
En la subida de la escalera.
VIII, 70.
No encuentran sosiego
Tus ojos, tus manos
Tu alma.
VIII, 71.
¿Qué sucederá cuando
Los mil poemas
Respondan otras voces
Con el silencio
De la nada?
¡No serás capaz de unir
Más palabras imágenes!
VIII, 72.
Cada edad un mapa de pensamientos
Cruzamientos de gafas de posibilidades
Se han limpiado los ojos en lágrimas
No comprender nada. Sufrimiento
Chaquetas abiertas de nuevos sistemas
Han reducido largos caminos lo que es
Enternecer simpatías de las miradas
Muslos se alejan hacia las estrellas.
VIII, 73.
Pies enternecidos de soledades
Acortase
Lámparas de cuellos relámpagos
Embestidos
Pero las palabras mito relucen
Sillones
Libros llenos de sangre vomitiva
Palabras
Violetas de plantas con soledades.
VIII, 74.
Generaciones
Abiertas
Soledades
Con los cruces
De las flores
Banderas
Olvidadas
En ojos murientes.
VIII, 75.
Tanta alegría, tanto sufrimiento
Mundo
Rodeado de volcanes deseos
Cojines
En lo que sucede la vida somnolienta
Belenes
Esperanzas que se han abierto flores
Libros
Cada guerra causa tanto dolor
Zapatos
Como reducir los vientos del mal.
VIII, 76.
Horca
Reducida
Todo viento
Entristecen palabras
Recorremos aguas
Vientos azules
Torpedos de soledades.
VIII, 77.
Cae una tonelada de tristezas sobre tu débil cuello
Demasiados años acumulándoos penas sin sentido
Producidas por la maldad, no la necesidad de la historia
A nadie poder contar los números de lágrimas sin agua
Subastas de nuevas angustias al día siguiente, en silencio
Ver la soledad de la tragedia y el abismo del futuro.
VIII, 78.
Se enciende una
Luz
En el rincón
Te acercas a ella.
Se abre un
Hoyo negro
Volcán de pena
Incertidumbre
Una montaña
De pesar
Endurece tu mente.
Alejarte desearías
El tumulto
Se ha caído en
El Ebro.
VIII, 79.
Verde sobre marrón
Cerámica
Se yergue
En laberinto frente
A los ojos.
VIII, 80.
Nunca has comprendido
Una flor
Ni una sonrisa
Solo la percibes
Y mueres en ella.
VIII, 81.
Dickinson, Pessoa, Kafka
Tú
Y yo
Silencio sobre silencios.
VIII, 82.
Se pueden caer las piedras
Construir catedrales
Enterrar vidas.
VIII, 83.
Francisco de Asís, Martín de Porres, Pío de Pietrelcina, Felipe Neri,
Y cuatro mil más
Los Everest de la moralidad
Lo humano puede volar muy alto
En campo de bondad y bien y
Utilidad
Sus rostros se pierden en la memoria
Más lectura de ellos/ellas
El mundo daría vueltas más armónicas.
VIII, 84.
Soy algo
Que siempre está buscando
Una razón de aire
Y piedra
Dentro
Y fuera de este mundo.
VIII, 85.
Infinita Bondad
Rezuman sus dedos en átomos y universos enteros
Desear que exista
Millones de generaciones afirmándolo y buscándolo
Tú sentado en tu pared silla
Silencio retumbando el acontecer
De nada y todo
Se ha olvidado en los ojos
Lágrimas de pasados
Cojín roto
En cimentos de cada día
El Sumo Ser te espera cada segundo.
VIII, 86.
Te borras
Cada día
Aparentando ser y no ser
Bocanadas de aire
Tanto has esperado
Que ya cansado te arrinconas
En el mueble de tu pensar
Y esperas sin esperar
Estás sin estar.
VIII, 87.
Tejados han caído
Afirmando que han sido
Durando más tiempo que tu existencia
Zozobras que han estado
Seguirán después
De ti.
VIII, 88.
Todo tiene un sentido
Instante y permanencia
Cambios siempre
Rodeados de revueltas siempre
Comprender explicar
Árbol enternecido de movimiento
Opuestos y contradicciones y contrariedades
Complementarios
Racionalidad del silencio
Observación de la razón
Espíritu y alma, eterna lucha de búsqueda
¿A qué te dedicas en tu futuro desde ahora?
VIII, 89.
No puedes pensar todo
Todo lo que se puede pensar
No todo lo que se puede entender
No todo lo que se puede comprender
Cada mente aumenta algo el pensamiento
Un bolso lleno de ideas
Uno.
VIII, 90.
Zapato relleno de huesos
Mujer rosa con flor y gato
Pájaros con piel de zanahoria
Piscina en blanco con verde fondo
Hielo silla tumbada en agua
Florero arico iris con piernas
Vehículo de mil colores verdes
Ducha de cabeza con pies de arroz
Montaña enturbiada de racimos
Mil tonos de azúcar en montaña
Agua volando hacia arriba fuente
Cortina de colores de muñecos
Simientes rosas de papeles rojos
Edificio construcción de palabras
Stop al silencio verborrea amarilla
Cojines con caballos sentados
Hambrientos de árboles olvidados
Terciopelos con gafas azules
Mesa con ojos abiertos sensualidad
Libros que comen cabezas humanas.
VIII, 91.
Tierra verdosa negra marrón gris azulada en la ventana de los ojos
Geranios terrosos con cobayas abiertos los ojos a galaxias azules
Olimpo de ahora, materia de materia, ocres verduras de pensamientos
Luces obscuras, mármoles de pinturas, teléfonos unidos a mares verdes
Billetes dinero, recogidos de mil maneras, estructuras calientes, ventanas
No olvides al Buen Dios, escultura de piedra azufre alargada como árbol
Seco, piedras que recogen firmamento, estrellas que enturbian el momento
No sabes lo que eres, no sabes lo que has sido, no sabes lo que podrías ser
Luz con rejilla, abertura y obertura en silencio, cantando la noche tarde
Cabeza redondeada de velas, con sillones pintados de tanques y armas
Se ha ensombrecido en árboles de mil metro de troncos azules negros
¿Pero qué es lo otro? ¡Un reflejo de ti! Nube aire hielo de carne y sangre
Campos revestidos de flores cantadas sin ser y sin estar abiertas a lo otro
Campos de alambres revueltos para exterminar ojos con cráneos de vida
Ataúdes flotando por miles en mares de sal agrisados de estucos espejos
Dos vías que caminan a flor de aire gas, muerte de inocentes, sin sentido
Maldad con cuña rota por la temperatura del viento. Siempre llegamos tarde
Más bocas que alimentar que trigo, siempre una nueva revolución con banderas
Y miles, millones, rotos los ojos sin cuencas, en algún lugar bajo la luna
Libros de hierro apiñados con estuches de puñales en dedos, piedras verdes
Cuadrados redondos en medio de plazas con tumbas de mil guerras
Se han visto las esperanzas truncadas de cuerpos caídos algún día
No tenemos suficientes teorías y conceptos verdaderos para tantas bocas
Siempre es la misma historia. Flor cansada de buscar verdades bondades
Utilidades más profundas esenciales. Vestido de novia. Aparecidos relámpagos
Corte de espinas en barcos de papel cemento flotando en calle del siglo cuarenta
Ha enmudecido una escalera ascendiendo mil metros y sentándose en nube pan
He oído lo que ha sido un rizoma. Por lo que otros han estado. Altar de vida.
Volcán que duerme debajo de una cama con dos cabezas de setenta años
Humano solo bajo las estrellas, explotando millones de rayos gamma, olvidados.
Protección de palabras rodeando viernes saludables de manzanas pomelos melones
Se han alejado los vientos de salidas venidas a menos. Qué ha sido. Sino lo otro.
Nunca has entendido a los hombres. Demasiado a ti mismo. No comprendes.
Pantalla de ordenador refleja otra. Huyes de ti mismo. Esa es la historia
Emigrantes de todos los lugares tiempos. Torres de mármol sin huecos rojos
Koan sin comprenderlo. Lago azul del que emergen cien catedrales flotando
Creación y destrucción eternas, en ciclos de miles de millones de eones.
Nacen y mueren trozos de universos con millones de sillas en el vacío
Acontece algún lugar con árboles flotando bailando en ritmos de sonetos
Ha acontecido. El temor se ha convertido en carne tiempo. Vestido de novia
Roto por mil maneras de sentimientos. Todo/as las miradas desean oír paz
Alegría con racimos de nenúfares calientes. Cajas redondas con corazones rotos.
Cuatro garras que sientes laberintos de gatos perros monstruos osos sin color
Nunca estuvimos en aquel lugar, habiendo sido en aquel lugar, chuletas mesas
Esparcidas lunas que se ronronean en tropiezos de obscuros mares que flotan
Millones de ideas y cuadros que jamás saldrán de un mar de neuronas en redondez
Libros cerrados con sillas, sentados en ojos de conejos que Alicia busca
Se han ido. Rostros sin ojos con medusas de orejas y balancines de narices
Dos tinajas en dos sartenes metidas con mil pepinillos de tomates rosados de vino
Se ha vertido la espalda en la historia del momento, un mar de sopas de esperas
Esperanzas, movimientos tectónicos del alma, con caracoles de paellas azules
Líneas sin formas que acontecen, con pinceles de pensamientos sin lienzos
Barcas que flotan en la sopa de un minotauro que busca controlar las partes
Laberinto de toro incrustado en una galaxia y punto negro masivo de ideas
Plaza de toros como monumento de entierros de millones de almas
Existe el infierno. El purgatorio. La nevera de la frialdad sin Dios.
Ostras obscurecidas en bocas sin alientos. Sin palabras. Mueren los hombres.
Viven los hombres y mujeres. Entendiendo desear un lugar en algún tiempo.
Ha permanecido la tarde rota de sillas. Acontecidas las partes del sí y del no.
¿Qué ha sido y estado el mundo? Tropiezos de vaivenes acontecidos de algo.
No tener palabras en la mente. Solo imágenes y conceptos. Se ha ido el viento.
Melones que desean ser estrellas. Laberintos de palabras buscando estrellas.
(c) autor: jmm caminero (28 Abril - 18 mayo 2013Cr).
[1] - 1ª Edic.: D.l. Cr-360-2015. Título: Epopeya. Poesía. Antología. (1 Dvd. 502 pág.)
- 2ª Edic.: D.l. Cr‑541-2015. Título: Epopeya, XI, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII. (1 Cd. 516 pág).
[2] Leído o sentido este poema en vertical o, y horizontal o, y diagonal.
[3] Se puede y debe leer este poema en vertical cada columna o en horizontal o diagonal.
0 comentarios