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Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, IV. © jmm caminero.
Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, IV[1]. © jmm caminero.
IV, 1.
Ansia la libertad el cepo atado a un pie
Abierta herida de pedernal rojizo de estrellas
Rompimiento de huesos tendones nervios carne
Ha solicitado el vientre la libertad de ser
Abren cavernas de caminos los deseos
Pensamientos llenos de estructuras de células
Abierta la boca por la sed del mundo.
IV, 2.
En la puerta del jardín de la mirada
Se enfrentan las perspectivas de racimos rubios
Entrecortados de espumas abiertas a la espera
Habrían sido horizontes de deseos pulsiones
Solo se quedaron en oberturas al final de la boca
Palabras solo restan y el desaliento del porvenir
Racimos de plumas sillones de pensamientos
Se han encolerizado los dioses con las retinas.
IV, 3.
Cruz de madero Nazareno abierta a la tierra
Gólgota rezumando sangre dolor sacrificio
Curar las heridas de trillones de deseos
Aconteció el cambio del mundo en dos partes
Sol de trillones de estrellas nació en ese morir
Tú solo tienes que recoger sus frutos de amarlo
Ha reventado la historia con esa pasión de Ser.
IV, 4.
Sueñan los humanes en miles de universos posibles
Dejan pasar mientras tanto el presente mundo real
En lo bueno y malo de las raíces de las flores enhiestas
Responden sillones abiertos de espesuras de colores
Contrarios a las realidades de lo invisible carcomas
Acaso el tiempo es los sueños velados y desvelados
De millones de bocas cerebros abiertos al firmamento
Todo ha sido alguna vez idea del viento marrón.
IV, 5.
Se han enturbiado flores revueltas de estiércol de la mañana
Canciones rotas en trituradoras redondas de círculos de naves
Esperanzas cansadas de ser y estar en racimos laberintos de mar
Copas nacidas de pasiones olvidadas en odres rojos de almíbar
Solo queda el momento recuerdo de empuñaduras de sies y noes
Molinos de mil aspas son las bocas sangrientas de soledades
Se han olvidado cruces acompañadas de batines rojos de sueños.
IV, 6.
Quizás un día fuiste y no supiste lo que eras
Quizás un día quisiste ser y fuiste sin saber que eras
Quizás un día seas lo que quisiste ser sin saber que quisiste
Quizás un día serás sin saber que eres lo que quisiste…
IV, 7.
Madera doblada espaldad en trozos
Rezumando sufrimiento penas gotas de ser
Abiertas las espesuras de laberintos troceados
Piel de madera cansada agobiada acostada en su atardecer
Se han roto esperanzas laberínticas de futuros
Ha quedado palabras y posibilidades rezumando viento
Que es la tarde sino un instante resumido de vida
Derrota de otro ser que ha caído en instante desánimo
Hormigas no entienden el ser pero viven el misterio
Del momento retorcidos en las penumbras químicas
Agua recaen destrozadas por arcos de piedra.
IV, 8.
Se siente un verso
Regalarlo al mundo
Solo entiendan palabras
Algo de la música
No el sentido de cueva
Eterna que siembra
Ideas en imágenes.
IV, 9.
El grano es retorcido en la totalidad del grupo
Vaivenes de la estructura que engendra el individuo.
IV, 10.
Serás lo más unido al Ser
Todo corazón alma mente cuerpo carne espíritu
Adorarás al Único Ser
Al que es
No cerrarás un ojo cada segundo
Sin sentir su suavidad.
IV, 11.
Siempre está la figura elíptica detrás
Abuelo abuela madre padre
Real ausente silencioso entrecomillar
Paredes abiertas de nenúfares caídos
Sin teleología de hojas ennegrecidas de sal
Pasiones pulsiones libidos están en la infancia
Epigenética o revulsivos inconscientes
Que hacen al hombre o mujer
Después lo adorna de racionalidad
Volcán vertido en magmas de deseos
Endulzados con cuatro ideas conceptos.
IV, 12.
Tolerancia exige relatividad del instante
Relativismo del todo a la finalidad
Puede cambiar todo según fuerzas y tensiones
Equilibrios de ramas abiertas y cerradas
Evitar los males radicales negruras hediondas
No debilita los males relativos claroscuros.
IV, 13.
Olvidaron al Ser Supremo Único Misericordioso
Han convertido al Individuo o Sociedad o Estado
En el dios de cada día con finalidad e instrumento
Todo cabe en los límites de la conciencia
Doble moralidad del individuo y del todo
Los árboles preñan vacas y nacen ovejas.
IV, 14.
¿Deseamos el bien lo suficiente?
¿Bienes anhelamos lo suficiente?
¿Bien Persona lo ansiamos lo suficiente?
IV, 15.
No comprendo las estrellas de cada instante
No entiendo las voces de los pájaros de los momentos
Existo perdido en aislamiento de ideas
Maremagnum de percepciones conceptos.
IV, 16.
Combinar morales o injertar árboles
Hallar el más fuerte y verdadero y feliz y verdad
Como unir lo individual y lo general
Lo concreto y la totalidad en el bien verdad belleza
La bondad hay que ansiarla y desearla
Valores están en las cosas o en la mente o en ambos mundos
Lo material y lo inmaterial teniendo una cita en cada instante
Existe una escala en todo algo de más a menos
Ante una situación diversidad de caminos de más o menos bien
Bondad es seleccionar los frutos de posibles bienes concretos
Ojo mano mente humana es limitada para todo y para el bien
Pero el bien es el bien que está claro y evidente
Si tu carne y tu mente y tu espíritu lo has ido entrenando
En el maratón de ir abriendo las puertas convenientes
En los miles de días que te han precedido ante este momento
Amasar un pan de ideas y emociones para ansiar valor bien
Saltar las vallas de Kant y Nietzsche y Freud
Y crear y pastar en un prado de belleza con bondad y bien
Felicidad de ser y saber el bien y lo bueno
Limitación de tu conciencia en la captación de lo práctico
Luchan el bien y el valor sabiendo que ambos son lo mismo.
IV, 17.
Un mar tempestad magmática de tristeza pesadumbre
Se cierra el futuro y el presente en lodazales de temores
Hasta dónde la mente y el cuerpo soportarán el sufrimiento
Temor de presente y temor de futuro y temor del pasado.
IV, 18.
Atrae tanto el desbien
Pasiones del desvalor
Instintos libidos pulsiones del no bien
Pulsiones del mal.
Madera doblada o pecado original
Concupiscencia no racionalizada
Irracionalidad sin límites
Desde la prehistoria se conoce
Han cambiado mil nombres
Mil adjetivos hipótesis teorías
Sucumbimos a millones de bocas labios manos
Cada generación en los suyos
Cae la tarde y mañana nuevas galaxias.
IV, 19.
Cuatro paredes rodean bocas cuchillos hielos tempestades
Se viven truculentos dramas silenciosos en ojos abiertos
Rodeados de magma laberínticos somnolientos cercados
Respiran tardes abiertas de esperanzas muertas del pasado
En dados interiores habitadores de humanes se rompen
Ojos lenguas manos corazones piernas almas y futuros.
IV, 20.
Te representas a ti mismo en imágenes colores retratos
Vestido de ámbar o de luz o de negro o de lo que ha sido
Se ha terminado el silencio rodeado de granos de arena
Han permitido ser algo y no ser algo en lo que fue y no fue
Todo parece que se ha alejado del yo y del no yo
Una foto es algo que es y no es en el círculo del existir
Termina la sesión del percibir y de ser percibido en silencio.
IV, 21.
No cuezo palabras e imágenes en verso para que los entiendas
Sino al enfrentarte a ellos se perciba tu imagen interior
No son combinaciones para el autor sea elevado al parnaso
Sino que el lector encuentre algo de sí mismo en sí mismo.
IV, 22.
Millones de bípedos parlantes hemos vivido por encima
De nuestras marcas y manos y modas y soberbias
La realidad de los números siempre golpea al silencio
Refluyen las crisis y rompe corazones y carnes y almas
Poner barreras para que el hambre no termine en balas.
IV, 23.
Se oculta una palabra detrás de otra
Una imagen detrás de otra
Un concepto detrás de otro
Mímesis de encuentro entre besos y conceptos.
IV, 24.
Sabes de todo y no sabes de nada
Es el drama de tu corazón
Tantas tierras has sembrado
Ninguna te ha dado flores de colores
Caminas entristecido por el ser del mundo
No comprendes nada de nada
Solo has metido fracasos en el saco
Tu existir esta perdido en ti mismo
Nadie te reconoce de los suyos
Ni tú ya tampoco de nadie.
IV, 25.
Te inunda la tristeza y el pesar
Laberintos de temores de presente
Se cierran puertas de futuro
No sabes como respirar el silencio
Caes en tardes aproximada del yo
Remiras el holocausto de sentimientos
Telón de hierro y cemento inunda emociones
No encuentras la llave de solución.
IV, 26.
La carne se rompe en los huesos
Los huesos se encienden en los nervios
Todo igual desde hace miles de lunas.
IV, 27.
Siente serpiente de la tentación desesperación
No encuentras camino de salida
Retozando estructuras de cemento nervios
Relampaguea el papel hecho letra negra
Avariciosos caminos de nenúfares podridos
Enganchado a la pena temor del presente
Futuro lleno de tormentas de hielos nadas
Ver un ser o dos estar hundiéndose
En abismo de nada de nada de vacío.
IV, 28.
Cae el telón de piedra negra de sufrimiento
No encuentras una rendija de espera
Tantos meses ya de lucha sin término
Ni límites en los cuchillos caninos dientes
Todo puede ser siempre peores ojos palabras
Tropieza la lámpara de la cortina con tus manos
A quién llamar y cómo encender luz de color
Comerse un volcán de tristezas penas.
IV, 29.
Vuelo de pájaros negros de futuro se arremolinan en mi mente
Seísmos de tristezas presentes engrandecidas en futuro
No saber a qué puerta llamar con que fuerza y sonido
Te revientas en el sillón de la duda a gorgoteos de sufrimiento.
IV, 30.
No encontrar agua que alivie tu calor interno
No encontrar sosiego al temor tristeza
No encontrar esperanza a la preñada angustia.
IV, 31.
Sabes que todo puede ir peor en las manos y ojos
Te conforta un poco la sed de espera esperanza
El aguijón de mil nubes de hielo en los labios
Pasan los días y la puerta no se abre del todo
Se va cerrando más y más y la mente claudica.
IV, 32.
Abre las fauces lo irracional inconsciente
Creías que lo tenías dominado hace lustros
Pero el hambre de agua salada enturbia la mente
Se cercena la carne y nervios formando imágenes
Poner límite al desear pensar a edades tardías
Cómo ogros de caverna profunda emerger desean
Sitúas mil trampas para continúen domesticados.
IV, 33.
Todo verso de metáforas palabras imágenes
Son mentiras de conceptos enunciados ideas.
IV, 34.
Seres existen que desean matar la inmortalidad que arrastran
Silencios extraños de ojos ruidosos de volcanes rotos
Aspavientos de brújulas sin norte levantando aires
Desean asesinar lo Trascendente que arrastran dentro
Para ser otra cosa ser solo un muñeco de sí mismo.
IV, 35.
Lo que sujeta la mano a la cabeza
Una impresión de ser y sentir y desear y hablar
El Nazareno espera luciendo bajo la flor de la puerta
Espera tanto esperar y pocos ojos desean unir su alma
A Él engrandecidos los ojos de nuevas miradas.
IV, 36.
¿Para qué un verso más que en ningún corazón anidará?
Palabras abiertas preñadas de imágenes conceptos
Laberintos estertores de lucientes refrigerios de soledades
Se han afincado en piernas cerradas de labios turbulentos
¿Para qué una metáfora más nueva al aire de ningún oído?
IV, 37.
Qué pocos labios
Te dieron el lo siento
Por la perdida
De progenitor
Tú que siempre lo has dado
Si la noticia ha llegado a tus ojos labios oídos
Vivir en un mundo que no entiendes su escritura
Penar constante de un mar de inmensa inmoralidad
Estamos encenagados
Timidez te ha roto la espalda
Y tantos huesos que ya no puedes contarlos
Tanta miseria moral en época
En tanta abundancia de adornos de riqueza.
IV, 38.
Dolor tristeza ambiente temor
Caída la estructura del ser y del sentir
Racimo noria abierta al mar y al azul
Relámpagos de sufrires sin entender
Dónde dije dime ahora digo dile
Se han abierto las lámparas de las sombras
El hueco del corazón muere en rincón.
IV, 39.
No temas tanto al morir muerte
Si existe el Buen Dios
Dispones de una gran esperanza y endogamia
Si no existe nada Después para ti
Existe este mundo como si existiese
En ambas posibilidades abras abierto las dos puertas
Posibles de caminos y laberintos
En ambas partidas habrá ganado.
Solo hay un artículo escrito en naturaleza
Intenta ser seriamente buena persona.
IV, 40.
Abrir un ojo en un horizonte
Arena con pirámide trepana tierra cielo
Bicicleta sobre la mar toda
Mar casi nada.
IV, 41.
Aparenta el mundo
Que los de mejor buena voluntad
Pierden más veces partida del existir
Que los de menor buena voluntad
Aparentan los ojos…
IV, 42.
Tiembla el dedo en mano
Usted no respete al maestro
Puede que mañana su descendiente
Haga lo mismo con usted
Solo es cuestión de tiempo
Tiembla la historia en la boca.
IV, 43.
Venden cuerpo alma mente
Por placer
Por plata
Por poder
Por laureles
Por famas
Por eternidades
Por experiencias
Por dominar
Por…
¿Existirá Cielo y No Cielo?
IV, 44.
Te revienta
Alma carne mente
De pesadumbre.
IV, 45.
Solo existe un tipo de grandes héroes
Llenan el mundo de más color que de negrura
Han curado soberbia lujuria envidia ira gula pereza vanidad
Llevan coronas en templos de madera piedra barro hierro
Ellos se sienten humildes y modestos aunque brillen como estrellas
Los pueblos les llaman santos y santas.
IV, 46.
Se les hace juicios justos y equitativos y deseables
A los que han cometido crímenes desde el Estado
Pero solo a los de un color de bandera
Casi nunca a los que pintaban otros colores
¿Por qué si la sangre que se ha derramado es humana en ambos casos?
¿Por qué si los que malmorían en redes de campos con electricidad
Tienen carne y nervios y huesos similares?
Nacen las estrellas cada noche y nunca viaja la solución.
IV, 47.
Árbol que rodea el mundo
Columna que sostienen las nubes
Cortinas de lámparas que rodean grises
Adoquines de sillones esperando músicas
Tejados abiertos en periódicos de letras
Ver y no decir, decir y no ver.
IV, 48.
Harapiento de glorias y famas
Novedades entroncadas en racimos de laberintos de olmos
Han pasado los vaivenes de la historia mirada
Silencios entregados al instante
Sucede todo muertas las manos
Te queda el consuelo de unir palabras
Imágenes que se reflejan al espejo de ti mismo
Un teclado de letras es tu cerebro.
IV, 49.
Huye el verano de tu corazón enhiesto
Laberínticos momentos de la tarde
Zozobras de fracasos hundidos en ti mismo
Unas gafas es la síntesis de una biografía.
IV, 50.
Lega la mirada de la penumbra de futuro
Te recoge dentro de una silla descifrando
El mundo rodeado de silbidos de palabras
No comprendes lo que es un trozo de piedra
Rellenas los huecos de cabellos blanquecinos
No comprendes vasos vacíos de aire.
IV, 51.
No descubras más palabras imágenes metáforas
Nada llega al corazón del otro
Todo se diluye en árboles de aire de colores
Plazas vacías de ojos humanos escuchan.
IV, 52.
Zumbidos de estiércol rodeado de dulces sabores
Hambrientos rumiantes de experiencias
Se han roto los deslumbrantes caminos de nadas
Libro lleno de mierda de vivencias
Un túnel se ha abierto en tu vientre cansado
Cojines de laberintos de sensaciones
Que la sinfonía del existir no descifra al aire.
IV, 53.
Sentado en tu rincón de hora y lugar
Esperando mano de caricias de viento
Soportas gravedad del instante cíclico
No comprendes lo que eres
No entiendes lo que has sido
Tantos dolores sin necesidad, ni fin
Tanta no bondad, tanta no verdad
Camino llenos de tachuelas de hierro
Sangrantes los dedos de los cuchillos
Se han abierto las luces de la tarde
Para qué otra persona se quede en cuneta
Mirándose lejanías de sinfonías negras
El gallo canta a cada ser que existe existirá
No una cruz sino varias le tocan a cada espalda
Un televisor canta las vacaciones de millones
Tú en soledad miras el resto de la tarde
Del existir en tu morada y en tus ojos.
IV, 54.
Destino o naturaleza o ambiente o sociedad o cultura
No te ha dado talento especial para nada
O no has descubierto cual es el que te han donado
Llega al último tramo de tu existir
Y moras sin saber lo que has sido
Sin conocer lo que deberías haber sido.
IV, 55.
No es el morir ese instante
Es la tentación de colores
Tantas los seres humanos tienen que soportar
Caminantes de estructuras redondeadas
Laberintos mundos sempiternos
Zozobras en lo que es y no es
Avaricias lujurias codicias como liberaciones
Se han roto las cadenas de racionalidad moralidad
Y en el camino vientres abiertos están estancados
He visto un mar de cuerpos cabezas en fuego eterno.
IV, 56.
Ansiar la unión eterna con la Trinidad Infinita Santa
Estar en este mundo real y de paso y de teatro y veracidad
Extremos se rozan y se separan en condición de nombre
Zapatos vueltos a andar sueltos sin piernas
He sentido infinito camino de pernoctaciones frías
Se levantan murmuraciones contra el menos injusto
Lo crucifican en espirales de palabras y supuestos hechos
Rompeolas de sufrimientos sin sentido a un ser
Todo el mundo le puede enseñar moralidad y equidad
Cuando sus manos y lengua no están manchadas
Temerse que siempre los caínes parece que ganan a los abeles
Pero la historia siempre va hacia el bien y el Bien y la Bondad.
IV, 57.
Desde mi rincón
Silencioso y pequeño
He deseado contar el mundo
Desde mi sillón.
IV, 58.
Una rama se ha roto dentro de uno mismo
Empequeñecidos caminos abiertos de solturas
Siempre se han destrozado vaivenes de esperanza
Escuadrones huérfanos de percepciones sin concepto
Han abierto cajas de Pandora para obtener beneficios
Ansían dominar sobre cuerpos mentes de otros
Soberbia es el príncipe de los males agujereados
Rompimientos de nenúfares al amanecer.
IV, 59.
Mienten labios volcanes de magma
Medias mentiras medio temores
Enloquecidos caminos serpenteantes
La naturaleza no da todo a todos
Selecciona recursos variables talentos
En la cima de la verdad está el silencio
Se han enloquecido los caminos de la mirada
Lo bueno queda como obscurecido
Lo menos bueno como abrillantado
¿Estamos asistiendo al final del yo bondadoso?
IV, 60.
Tiempo nada silencioso retumbar de estrellas abiertas
Se han secundado los caminos de flores rezumando fiestas
Agrietando caminos de perezosos silenciosas avenidas
Tuercas abiertas de pámpanas celosías de maderas
No se entienden las sensibilidades de oberturas
Sinfonías relampagueantes de deseos pulsiones
Incontrolables por una moralidad incorrecta
Necesitas un ejército de racionalidad suficiente
Se han abierto ordenadores de sufrimientos pesares.
IV, 61.
Se cruzan letras y números en el cerebro lucientes
Te han llevado al desierto del rincón de tu ser
Han ido alejándote de la vida histórica
Cansado te has refugiado en ti mismo en un sillón
Ver pasar los árboles del camino
Esperar sin desesperación que la campana muerte
Arribe a tu carne y descanses en el silencio eterno
Si existe el Buen Dios con él a su derecha
Si no existe el Ser Infinito Personal el olvido
La vida te ha vencido y te ha destruido
La mediocridad malvada de tantos te ha echado
A las cunetas del olvido de la historia.
IV, 62.
Hemos llenado botellas de palabras y colores
Para que otros sean más sonrientes en sus minutos
Tanto dar de tu arena y campo
Sin agua se ha quedado tu mente y carne y alma.
IV, 63.
Nos hemos mirado dentro de una luz casa
Enhiestos árboles de trufas rodeadas de silencios
Relámpagos abiertos de carnes sempiternas de deseos
Glorias y famas que jamás respirarán cimientos
Se han olvidado gafas y tornillos en las estanterías
No comprendes estos versos hijo hermano humano
Están pensadas para el silencio del alma
Emerjan de ti otras palabras recuerdos
Y ese es el verídico verdadero poema de tu alma.
IV, 64.
Solo sé de fracasos
De la carne
De la mente
Del espíritu
Solo sé de frustraciones de casi todos los colores
Abiertas en el tiempo
Casi todos han sido muros
Tú, tú sin ser perfecto
Siempre has ido con buena voluntad
Buenas palabras
Buenas intenciones
La silla vacía siempre estaba para otro ser
Solo has aprendido la ciencia del fracaso.
IV, 65.
¿Cuándo los robots aprendan a pensar?
¿Imaginar y crear y diseñar futuros posibles?
¿Qué será de nosotros humanos biológicos?
¿Daremos el salto de mitad humanos y mitad robots?
¿Se abren nuevos horizontes al yo colectivo?
¿La luna y el sol tendrán otro significado?
IV, 66.
Tienes ideas y conceptos y experiencias y vivencias
Con ellas organizas tu mundo y el mundo de los demás
Pero has pensado alguna vez de dónde son esas convicciones
Qué o quienes te las han grabado a hierro y oro y sangre.
IV, 67.
No sé hablar
Porque ante una palabra frase idea
Se me abren distintas posibilidades mentales
Y no existe tiempo para dilucidar la correcta
Se han alejado los yoes de la paz.
IV, 68.
Cansado amaneces
Derrotado atardeces
Una luna y otra
El pasar de tu existencia
Te dan envidia los seres irracionales
Que sufren pero no comprenden su dolor.
IV, 69.
Todos hablan de justicia y de verdad
Pero todos tienen una puertecita
Escondida para saltarse los principios
Siempre hay un razón para ello
Y siempre tú te quedas detrás rezagado
Para ti nunca existe la copa del premio
A tus esfuerzos trabajos estudios
Tú no perteneces a ninguna nómina
Has perdido tu vida en la vida
Y ya no sabes que camino debes andar
Cansado esperando las últimas bocanadas
En un mundo que es más irracional que racional
Más teatro que realidad de verdad bondad
Cuántos beneficios se obtienen de palabras.
IV, 70.
Desearía que esta fuese la última frase buena o mala
Último dibujo pintura que mis manos hiciesen
Porque ningún oído mente le interesa mis palabras
Muero en la tristeza de haber sido un ser que respira
Caer en la desesperación es pecado mortal
Huyo de la desalegría y desfelicidad del desaliento
Pero ha caído una montaña de sufrimiento sobre mi alma
Acumuladas plusvalías de derrotas y banderas rotas
No sé como andar un día más en los muros del mundo
No pierdas la sonrisa esperanzada en todo
¿Será bueno conmigo el Buen Dios al final de este camino?
IV, 71.
Parece ser que ni la naturaleza
Ni el Buen Dios Infinito
Me ha dado talentos de filósofo pensador
Escritor artista
Soy un mediocre que ha aspirado al Parnaso Glorioso
Tantos campos has arado y sembrado
Solo nacen viñas medio enfermas y medio sanas
No tienes creatividad ingeniosidad excelencia
No te machaques
No te martirices por ello
Pero el tiempo ha pasado
Ya no sabes el lugar bajo qué sombra y bajo que flor
Tienes que refugiarte tus últimos soles
Aún tienes deberes ineludibles que sembrar recoger
Pero no tienes fuerzas para soportar el peso del aire
La gravedad de la vida que te aplasta en tu silencio.
IV, 72.
Estás en tetralemas de tu existir
Qué hacer cuando aterrice el final de junio
A qué sombra acercarte
Qué cartas abrir
Nunca has tenido inteligencia práctica emocional
En casi todos los renglones te equivocas
Solo sabes de preguntas conceptos
Duermes tu alma adornada en pena.
IV, 73.
Tu mundo se ha hundido en tu carne
Tu mundo ha muerto en ti mismo
No sabes si podrás soportar más años
Solo tienes obligaciones y trabajos y penas
Para una pequeña alegría cien infelicidades
Para una pequeña felicidad mil tristezas
Para un pequeño descanso mil preocupaciones
Temores de deberes y caminos sin salida
Esperar que personas vean la realidad
Y no llega el momento solo temor más temor
No sabes si vas a soportar más años la sonrisa.
IV, 74.
Tus coetáneos racionales humanos
No les gustan tus novelas cuentos poemas
Aforismos ideas ensayos pinturas dibujos
Nada de lo que fabrica tu mente y sanare
Les parece con un nivel suficiente de calidad
Innovación profundidad creatividad veracidad
Tú te mueres de tristeza en la amargura del silencio
No sabes a qué tecla dar y qué color presionar
Qué pregunta responder y qué concepto defender
Te has perdido en tu mundo silencio de silencio.
IV, 75.
Colecciona tu alma demasiados fracasos
Tus ojos y carne demasiados proyectos
Tus pies y ojos demasiadas esperanzas rotas
De sobra sabes que cientos de millones de ojos
Viven en una indignidad miseria enorme
Y tú no
Tú agradeces la enorme fortuna y suerte
Pero en todos los tambores que has puesto tus manos
Todos se han roto en mil pedazos.
IV, 76.
Te sientas en tu sillón
Intentando de la tristeza
Amasar un pan de alegría
Te sientas en el silencio de la mirada.
IV, 77.
Se rompen las palabras en la boca
Las ideas se estrellan en la lengua
Un mundo interior lleno de prisioneros
Sin poder emerger a la libertad.
IV, 78.
Baldosa de piel
Jugaba un clavo sonriendo el último centímetro
Avispero de ideas con emociones silenciosas
Se han destrozado los ojos
Intentado captar misterio
Y enigma.
IV, 79.
Entramos en infiernos de nosotros mismos
Experiencias o vivencias de peldaños de oro o caramelo
Por probar un nuevo color o una nueva sensibilidad
Nos matamos a nosotros mismos en algunos recovecos
No nos importa pasar aquí purgatorio y mañana infierno
Dictadura de la vivencia experiencia placeres
Poderes de todo tipo vendemos el cuerpo y el alma.
IV, 80.
No todo lo posible debes saborearlo
Existen hojas dulces que después son amarguísimas como el cólera
No todo debes probar en el silencio de la tarde
Ninguna campana te dirá que estás en veredas de mal
No tendrás ningunos ojos que te mostrarán error
Pero no todos los guijarros del camino
Sirven para alimentar tu cuerpo, ni tu mente, ni tu alma
Pascal Unamuno recuerda sus enigmas
Vive como si existiese el Buen Dios
Porque si existe acertarás y si no existe también.
IV, 81.
Una mirada
Un cosmos
Un mundo en un grano de arena.
IV, 82.
Gafas que cierran la voz
Cristales que abren las pulsiones
Rezando para superar tentaciones
Un día y un camino nuevo
Retozan las palabras en los deseos
Saltar el mar azul gris dulce
Un paso más hacia la verdad real
Todo está lleno de máscaras
De juegos de ser no ser irreal
Hemos visto tantos cuerpos almas
Rotas en los caminos
Tantos deseos pasiones pueden rellenarse
Hoy en cualquier esquina del camino
Siente el silencio para caminar ser…
IV, 83.
De noche el silencio cosía ideas
Trenes de deseos se imponían realidad
Zozobras de posibilidades
Al amanecer, a veces, volvía la cordura.
IV, 84.
Un número
Signo y señal y símbolo
Realidad mental
O cosa.
IV, 85.
Para alguien que cree que el lenguaje natural es muy defectuoso
Cuántos millones de palabras escritas ha estampado en superficies
Blancas o electrónicas o pinturas o dibujos o papeles
Para alguien que cree hay que inventar algo más eficiente y perfecto
Ha pasado todos los días de su existencia coloreando vocablos.
IV, 86.
Poner armonía en la mente
En la mirada
En el oído
En el silencio
En el alma.
IV, 87: Mesa:
Silencio horizontal.
IV, 88.
No comprender casi nada
La mente se ha roto de tanta agua acumulada
En el horizonte tetralemas posibles
No saber que sendero caminar
No entender casi nada.
IV, 89.
Creías que te querían en algo
Creías que te estimaban en algo
Creías que te amaban en algo.
IV, 90.
El pensamiento tiene fuerza sobre la realidad
Lo real tiene atracción sobre el pensar.
IV, 91.
Miras la plaza redonda y silenciosa
Verde y piedra
Quijote y hierro
Te miras en el círculo exterior tu interior
Tu carne va envejeciendo
Quedan menos duplicaciones de células cada día
No temes aún la muerte
Pero temes que exista el Buen Dios
Y caigas en el lado negativo de la eternidad.
IV, 92.
Ningún relato, ninguna novela
Que tus imaginaciones neuronales han preñado
Es aceptada por los seleccionadores de cultura
En tu rincón silencioso y lloroso sin lágrimas
Te preguntas tan poco talento y creatividad
Tienen mis ojos, mis manos, mi mente
Y ya no sabes si es mejor emborronar una línea
O en el sillón con café sentarse ante un film
Ya has perdido la batalla de la creatividad
Los que gestionan los veredictos de las musas
Han sentenciado que tus miradas ideas colores
No tienen valor suficiente para ser recordadas
Y tú, tú te vas muriendo en el silencio de las tardes.
IV, 93.
Tantas personas has conocido y has hablado con los labios
Ya no sabes si has importado de verdad a más de diez almas
En este trajinar de mundo y de tierra y de aire y de cemento
No sabes si de verdad tu mirada a algún ojo le ha confortado
Si tus dolores y penas a cuántos de bondad les han hecho llorar.
IV, 94.
Se ha roto algo
Entre dos seres
Que parecía iba a crecer
Tú desde fuera y algo desde dentro
Solo deseas en tu corazón lo mejor para los dos
De momento te has quedado más en soledad
Mirando la rotura afectiva de dos mentes cercanas
De dos en un posible proyecto vital
No puedes decir nada
Solo esperar y reesperar
Semanas y meses vendrán de nuevo preguntar
Que el Buen Dios sus dedos ponga en esos ojos
Y la paz y el bien lluevan sobre esas dos carnes.
IV, 95.
Canción de la noche el arpa seduce al violín
Ambos rezuman esperanza y deseo
Placer y noche y somnolientos caminos
Estructuras del ser y del estar alivio
Cantan nenúfares en la tarde de la vida
Atando la soga del yo a otro ser
Instante mediador de copas relucientes
Se aleja el ser del estar: noche.
IV, 96.
Canta la garganta al arco iris del vientre rezumando vino dulce
Se abren mejillones de esperanzas terrenas en momentos silenciosos
Rezuman perfumes abiertos de colores en las miradas de ojos pintados
Hojas de libros con letras de oro y sangre con puertas al firmamento
Se han oído estructuras de volcanes sísmicas de percepciones momentáneas
Todo ser anhela su cerebro reptiliano placeres de millones de años
Inscritos en lo más profundo del estar del ente cavernícola profundo
El neocortex intenta poner orden en la barahúnda de deseos y palabras
Lucha que dura hasta el último segundo de respirar bajo esta tierra
Unos triunfan y otros pierden batallas y banderas en los caminos del ser.
IV, 97.
Casi diecisiete soles disponían mis carnes en esta tierra
Y tuvieron los humanes el don de otorgarme un pequeño premio de poesía
Cuatrocientas o quinientas pesetas si la memoria no olvida
Desde aquella lejana mañana solo he recibido silencios y naderías
Nada. Ahora en esta tarde de santo viernes. Recuerdo. Solo recuerdo.
Volverán otra vez las pequeñas glorías ocupar un lugar en el Parnaso
Dormirán mis palabras con verso y sin poesía en la memoria humana
Todo se olvidará y se romperán los cántaros con agua o sin agua
Espero la sentencia de los seres humanos con sus sinfonías de razones
La tristeza ha habitado mi carne mente alma porque todo ha sido fracaso.
IV, 98.
¡Crucifícalo, crucifícalo!
Y un ser que respiraba daba sus últimas gotas de oxígeno
Tuvo una historia
Tuvo unas miradas
Tuvo unos silencios
Tuvo unas ideas
Millones han sucumbido al caínismo
Por un color o por otro
Pero Crucifícalo, crucifícalo era
Es el Rey del Universo por la Eternidad Infinita
Y Pilato sitúo INRI
Yo soy un Poncio también
¿Y tú?
IV, 99.
Todo blanco caverna externa salvo color de la piel
Todo gris piscina interna salvo color rojo de venas.
IV, 100.
Canta la sombra
Avarienta de ser
Estiércol hecho ansía de oro
Peldaños hacia la batalla soledad
Rompen los huesos
Al atardecer del vivir
Preguntas qué he hecho.
IV, 101.
Grieta caída de escalera obertura de arco iris
Retumban las palabras
Te han engañado tantos a los que amabas
Rompen las olas
Tu cabeza corazón mente se hace añicos
Solo querías un gesto
Codicias envidias maledicencias han matado
La sangre de lazos
Montaña se levanta negra de dolor en año bisiesto.
IV, 102.
No me enseñes tantas veces la bandeja
De que no me has querido
Siempre mi palabra era el último
Tus traumas y complejos nacidos en infancia
Han roto tantas veces las manos corazón
De quién solo quería quererte
Pero tan sorda estás en la tarde mañana noche
Que el mar salado de vinagre
Ha matado la esperanza del amar.
IV, 103.
Nunca sé lo que dicen las palabras
Tienen su independencia
Buscan ellas metáforas e ideas
Y las lanzan desde lo profundo
Al exterior del volcán y cae en lago
Tú te detienes mirándolas sin comprenderlas
Un pájaro vuela al lado y te mira
Se ríe de la escena de los mortales.
IV, 104.
Soy animal pero no sé que especie
Soy racional pero no sé que especie
Soy animal racional pero no sé que especie.
Soy animal racional con alma pero sé que especie.
IV, 105.
Estaba despierto
Violín de sinfonía arco iris
Visité con la mirada su realidad
Comprendí que no comprendí nada.
IV, 106.
El Buen Dios me tiene que tener un lugar bajo este sol
Todo mi aliento ha sido encontrar ese viento calor
Nunca he sabido qué silla o sillón era mi descanso
Pasan décadas y llega ya la espada curvada
No sé cual era el arado talento que debí esculpir.
IV, 107.
No saber si el hierro cura o mata. Esperando luna
Que abre las piedras del desamor. Siempre nube
De hojas encarriladas al firmamento. Obscuras ruindades
Atraviesan el alma recuerdo. Se ha oído la firma
De la tarde que abre el corazón. Candado de piedras
Memorias y aspavientos sencillos. Se ha roto las piernas
No conocemos el mar del mal. El bien se aleja
De la mirada cambiante del deseo. Tú has sido.
IV, 108.
Gusanos rotos en la mente interna del dolor pasado
Quieres anular esos recuerdos que trepanan tu cerebro
Día y noche y mañana bisiesto y no bisiesto
Recorren las agujas de tus dientes que te matan a ti mismo
Cómo has sido tan ignorante que todos te han engañado
Ahora tú vives en el silencio del abismo de la derrota
Otros subieron sobre tus hombros y besan la luna del éxito
Araña con telares de oros y brillantes recorren ojos
Se han abierto torres de campanas de hielo con agridulces
Caramelos de posibles y tú te vas muriendo en la piedra.
IV, 109.
Soy como un asno que atraviesa la calle con peso y palos
Sin entender ni a los amos, ni a los dueños del mundo
Ni a vecinos, ni a otros que como yo son asnos
Pero se creen hombres racionales con sentido común
Ando sin entender como las emociones controlan las manos
Procesiones por dentro con tambores de roturas negras
No tener donde reposar cabeza sino en varias cruces.
IV, 110.
Todo está en silencio de palabras
Ver como llega el temor de futuro
Al presente rozando el hambre
Círculos abiertos negros de fauces
Sempiternos caminos de espera
Que será de nosotros mañana
Si en el ahora no cumplimos
Con el deber de hoy cada día.
IV, 111.
Niebla y nube
Abierta el alma
Rompe huesos
Pernoctar tiempo
Obscuros sueños.
IV, 112.
Carros de colchones abiertos esperanzadores
Se han alejado en viernes de noches días
Son los que se han oído árboles sin voz
Pensamientos enhiestos de nubes
Caminos asados de seres de penas
Hemos visto tantas utopías blancas negras
Unos caen en un hoyo, aquellos en otros.
IV, 113.
Absoluto es el tiempo, absoluto es el espacio
Totalidad de las noches abiertas en trozos partes
Cantos en el futuro roznado cimientos aires
Estructura gafas huecos pozos simientes
Torbellinos de peldaños tresillos de deseos
Cascadas de aberturas a futuros inciertos
Ver como un ser se va destronando en sí mismo
Perdido en bosques de pasiones y pulsiones
Perdidas en el camino de nenúfares somnolientos
¿Dónde ha quedado la bondad armonizada con razón?
Siempre intentando dirigir la mano en la bandera
Se han abierto las penas de hoy y las penas del futuro.
IV, 114.
Musgo rodea mi alma de tristeza
Sé que hay esperanza eterna
En Nazareno abierto a inmortalidad
Pero el surco de hoy es ácido amargo
Salado de penas endurecidos
Vientres caminos de esperanzas pies
Han sucumbido las palabras en desalientos
El Buen Dios pido sea mi paraguas de pararrayos
Una luz se percibe en el fondo horizonte
De la caverna abierta en obertura en soledad
Esperando y esperando en presente largo.
IV, 115.
Es dueño el ser del sentir
O el sentir del estar
O el estar del ser
Huyen las manos alejadas de la nada
Pero la nada se convierte en Big-Bang
Todo se aleja y todo se acerca
Todo será esperanza después del huracán
La lluvia ha quedado olvidada en memoria
Huir de uno mismo para hallarse en uno mismo
Vehículo de lo que es y ha sido
Existimos en una tormenta de no entendimiento
Pero la sonrisa no se pierde de los árboles.
(12 Marzo – 30 Marzo13 Cr).
[1] - 1ª Edic.: D.l. Cr-360-2015. Título: Epopeya. Poesía. Antología.
- 2ª Edic.: D.l. Cr‑541-2015. Título: Epopeya, XI, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII.
Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, III. © jmm caminero.
Epopeya Filosófica, XXVIII. VERSOS, III[1]. © jmm caminero.
III, 1.
No engaño
Busco gloria terrena
Con palabra metáforas ideas
Versos.
III, 2.
No deseo confrontaciones
De ningún color
De ninguna forma
De ninguna manera
No deseo peleas dialécticas
Solo deseo mirar una flor en silencio
Solo deseo observar una silla, callado.
III, 3.
No sirvo para nada
Ni poeta, ni escritor, ni pensador, ni artista pintor
Nada de lo que surge de mis labios manos boca
Atrapa ninguna nube de racimos blancos
He intentado hacer un palacio con neuronas sin cemento
Todo el edificio se ha caído en el susurro de la tarde
He puesto la mano en algo
Muchos algo ya a lo largo de décadas
Casi nada ha florecido
Parece que el Buen Dios no le gusten mis rebaños
¿Me ha abandonado el Ser Supremo?
Casi toda el agua que hecho en la vasija se derrama.
Creo que su mano es misericordiosa conmigo
Y contigo.
III, 4.
¿Qué es la conciencia?
¿Qué siente la conciencia?
¿Qué piensa la conciencia?
III, 5.
Tenía la voz como huracán en torbellino
Hueco de cántaro y altisonante de animal herido
Pero sensibilidad de microsegundo
En silencio retomando la paz de nada
Miraba por la ventana el árbol sin hojas.
III, 6.
Quisiste ser poeta
No eras consciente
De que no se puede intentar ser
Sino ser o no ser
Como una tragedia.
III, 7.
Todos queremos que todos los estómagos tengan comida
Todos los cuerpos ropa
Todos los huesos cobijo
Todas las manos trabajo
Todos deseamos esa bandera
¿Pero quién sabe como ascender esa cumbre?
¿Si alguien la conoce nos diga su secreto?
III, 8.
Siento cercano el silencio en el hoyo
De Pessoa, Kafka, Dickinson…
Me siento cercano a su soledad
Pero debo admitir que los dioses
No han coronado mis neuronas
De esa sabiduría genialidad
Solo sentir sus lamentos.
III, 9.
Cada vuelta al sol
Sientes habitar peor
Este planeta.
III, 10.
No puedes entender
A quién sin dejar de esforzarse cada día
El mes siguiente vive peor que el anterior
No puedes comprender a quién sin dejar de sembrar cada día
Cada nueva luna tiene más problemas que la anterior.
III, 11.
Qué pocos te han dado una llamada de lamento
Por duelo y desaparición de este planeta
De un ser tan cercano a ti
Tú cuándo has sabido de alguien de esta clase
Has dado con palabra el “lo siento” y pésame
Porque siempre lo has sentido
Aunque comprendas que es ley de naturaleza
Qué pocos han tocado tu puerta con el lo siento.
No crees haberte portado tú tan mal
Con cientos de personas que se han cruzado con tus ojos
Llevas décadas de casi monje
Solo durmiendo y cumpliendo tus deberes
En la soledad y silencio del desierto de cemento solo
Habrán pasado muchas lunas y muchos duelos
Y si no has dicho que esta voz es tuya
Es porque no has conocido la noticia
Esa es la diferencia entre tú y la mayoría.
III, 12.
Muchos olvidan
Que por muchos obispos que tengas en el lecho de muerte
Y te absuelvan unas mil veces en cinco días
Muchos olvidan
Que efectivamente todos tus errores son perdonados
Muchos olvidan
Que aún les espera
Nos espera la última tentación del Tentador
Que es recordarnos ya sin tapujos
Exagerando y mintiendo y engañando incluso
Lo que hemos hecho y dejado de ser
Con claridad y con exageración muchas realidades
Muchos olvidan lo que antes se decía
Que muchos no seremos capaces de superar esa tentación
La tentación de desesperación
Porque entre lo que nos recuerden de verdad
Y lo que se exagere
¿Cuántos habrá que serán capaces de no caer en angustia última
Desesperación plena y olviden la infinita misericordia perdón
Del Buen Dios?
Si los grandes santos sufren
La mayoría grandes tentaciones en sus minutos y horas últimas
¿Por qué tú vas a ser menos que ellos en comparación?
¿¡O estas palabras son erróneas!?
III, 13.
Vivo en una tierra
Que el deporte nacional
Es envidia y lujuria y codicia avaricia
Unos de una manera y otros de otra
Unos mienten y engañan con unas palabras
Y otros con gestos
Unos porque se dicen ateos agnósticos
Otros porque están los días en servicios religiosos
Se unen tres ogros dragones serpientes
De lujuria codicia envidia
Y matan a millones de bocas almas mentes
Ahora y después del Ahora.
III, 14.
No corriges las palabras frases acentos ritmos
Cómo crees puedes perfeccionar una idea emoción
No tienes la paciencia del repaso perfección.
III, 15.
Se rompe un gran trozo de cuerpo alma
El futuro se rompe a trozos
Pena angustia llena de temores rellenan cerebro
Angustia sobre angustia peinando el momento
Te golpea la vida muerte sin muerte.
III, 16.
Huevo ha nacido roto
Con pájaro de cinco picos
Se ha levantado la tormenta de tristeza.
III, 17.
Se tropieza la boca
Con pared de mármol
Frío y ausente.
III, 18.
Dos horizontes
En el camino
No saber cual pisar.
III, 19.
Aquellos hace unas décadas de lunas resplandecientes de glorias
Laureles abiertos al infinito no olvido de siglos
Hoy sentimos se pierden sus colores en nublados de olvidos
Parecían que eran Virgilios y Homeros sus palabras serían de hierro
Piedra mármol tungsteno carbono más duras eternas que soles
Humildad y modestia el mar está tragando sus nombres imágenes
Se creían inmortales tocados por dioses de genialidad
Atrapa una generación más el amanecer sus nombres se van olvidando.
III, 20.
Sientes una uña
Percibes el color dolor
Modesta parte de tu ser
La miras e intentas comprenderla
Ella te dice: Soy de tu vivencia
Nunca te fijas en mi olvidados fines
También existo en la totalidad de tu mundo.
III, 21.
Superficie blanca
Embarazada de signos
Palabras e imágenes e ideas
Pueden cambiar mundos.
III, 22.
Quise ser famoso por los milenios
Juntando palabras símbolos
Descubriendo otros mundos en éste
Caí en orgullo vanidad soberbia
De intentar pasar al recuerdo de siglos
En hombres y mujeres y niños y ancianas
Algo de mi ser permaneciese en ellos
Caí en el fuego petulancia que no me olvidarán
Empecé mil caminos vocaciones
Buscando laureles de plata
Ahora al lado del calor de noche que llega
La meta fin de mi existir
Comprendo he perseguido nube sueños.
III, 23.
Tanto cultivar el campo de conocimiento cultura
Apenas me ha regalado alegría de aceite pan.
III, 24.
Caballos que destruyen la luna
Huracanes cenicientos de pasiones
Los menos buenos ensucian la sal
Tristeza empaña los menos malos.
III, 25.
Nubes embargadas de tristezas
Bondad se rompe con maldad
Pero el bien nunca muere
Los males se van hundiendo en túmulos.
III, 26.
Dolor de la vida
Vida de dolor.
III, 27.
Desaliento abierto en temblores con racimos en noche
Silenciosos aspavientos de nubes abiertas de melocotones
Cangrejos que recorren bocas cerradas de dientes
Esperas en arco iris subiendo por descendimientos lúgubres
Ansiando atardecer relámpagos ennegrecidos de ojos muertos.
III, 28.
Siempre hay una guerra que te espera
Siempre aunque huyas con vientos de nada
Siempre hay una muerte que te desea
Siempre aunque corras la tuya.
III, 29.
Cae un rincón en un lugar
Mira el tiempo de lo que ha sido
Relámpagos de recuerdos
Tormentas de ser y estar
Dioses nos creemos condenamos
A otros al dolor de décadas.
III, 30.
Se abre el vientre el monte de las células
Aparece un pensamiento que hay que esconder
Rezuman vientos de estercoleros negros
Arrastramos un pozo de obscuridades
Arropamos un pozo de enorme luz
Todo ser tiene que seleccionar su camino
Entre dos puntos que se repelen y atraen
La mano acaricia el aire de la mañana.
III, 31.
Una sala te enseña el ser del estar
Te muestra el estar del ser
El teatro que ocurre en medio
Es cosa de dos mentes o de solo una.
III, 32.
Produces palabras e imágenes y sonidos
Recambios de la pestaña caída en la sombra
Se ha alejado el miércoles de las nubes
Y tú en medio no sabes qué hacer
La sociedad no te da un producir algo
Y te sientas frente a ti mismo
Rodeado de viernes infinitos
Esperas que los sabios de este mundo
Otorguen la dignidad para comprar pan
Con el sudor de tu frente abierta en canal.
III, 33.
Se les llena los dientes y lengua
De discursos de abrir nuevos horizontes
Llegas tú con tu pequeña esperanza
Colección de palabras
Y te niegan pan y sal y tierra para enterrarte.
III, 34.
Para escribir la esencialidad de una imagen concepto
Verso
No necesitas que mil te alaben las florituras de los sonidos
Solo encontrar lo profundo de lo profundo.
III, 35.
“Poesía y poema”:
Uniendo versos que entrelazan esencias
Sumando ecos de lo inconsciente
Lo no conocido se expresa en retablos de matices
No es literatura es ir más allá del nombre
Del hombre o mujer
Más allá de los ojos conceptos imágenes emociones
Unir lo no y lo sí
III, 36.
Pesábamos el espacio
Pesábamos el tiempo
Nos pesábamos a nosotros mismos
No encontramos la esencia del yo.
III, 37.
Nieve que destruye la palabra
Hoy ha sido otro hoy
Nuevo y perdido en el piano de las miradas
Estás
Soportas lo que hoy vendrá
Temor de presente futuro
Han abierto las fauces sandías rellenas de alientos
Han mordido las fauces las tristes realidades.
III, 38.
¿Para qué un verso más?
En un mundo sin empatía profunda
El otro es un objeto para ti
Para la mayoría de ojos el otro es un instrumento de medios
Te han cosificado tantas mañanas
Se han abierto las piedras en sangre.
III, 39.
Teclado de ojos mirando a cuerpos sin cuencas
Retoman vientres abiertos por esperanzas de paraísos
Tierras rellenas de afilados dientes de oro espadas
Con grandes lemas han llenado paredes de barricadas
Millones de manos cortadas en campos con púas
Las grandes ideas acarrean también mares de sangre.
III, 40.
En un rincón metido y escondido miro el aire
Asustado de ser y de estar comparto dolor y nube
Huido de mi mismo y de todos y los otros
Serpiente de temor ata mi alma al momento
Temor de mañana y temor del hoy
En un rincón con sillón te mueres de pena.
III, 41.
No matéis a los dioses buenos y morales y justos
Porque asesinareis grandes zonas del corazón humano.
III, 42.
Cada rostro lleva en su cartografía geografía sus alegrías y penas
Cada uno en sus vivencias historias pasados y presentes
Atan las mieses de lo que pudo ser y no fue
De lo que fue y no deseaste que fuese
Te engañan las palabras propias y de los otros
Y te encuentras con actos y vivencias
Que pesan como montañas en tus frágiles hombros
Hombres encierran a hombres por mil taxonomías
Y tu perdido en este mundo no comprendes nada
Te obscureces en tu esencialidad y accidentalidad
Acabas yendo del trabajo a tu casa
Esperando que la nada o el Todo te rodee pronto.
III, 43.
Dar aliento y esperanza
A los otros ojos
Que sus dientes rezuman sangre y sufrimiento y pena y desaliento
Un verso que tranquilice un alma
Y permita que sonría un día más.
III, 44.
Saboreas un chocolate de cacao en la tarde tranquila como otras
Sentado en silla detrás de una mesa de mármol blanco de siglos
Comprendes y entiendes como han ido pasando generaciones
Civilizaciones y culturas y siempre hay un ser con ojos y labios
Que en un rincón de su pequeña existencia degusta un sorbo.
III, 45.
No sé nada más que juntar palabras
Combinadas con ideas y colores
Solo sé fabricar artilugios de ese tipo
Lo llaman Literatura y Filosofía y Pintura
Solo sé preparar esos platos de todas las maneras y formas
Pero nadie da un dólar por una pequeña ración.
III, 46.
Miro al frente
Y atrás
He fracasado con los ojos
Al crear un mundo de cultura
Ninguna mente
Le gustan mis imágenes y espejos
Del mundo.
III, 47.
No sabes si dentro de dos vueltas de la tierra alrededor del sol
Tendrás metal para cambiar por utensilios e instrumentos para vivir.
III, 48.
¿Para qué la naturaleza te ha dado tanta riqueza cognoscitiva y mental?
¿Si el resto de ojos y bocas y labios no les interesan tus producciones?
¿Para qué la naturaleza te ha otorgado ese hambre infinita de saber?
¿Si el resto de comensales jamás les interesa coger una cucharita de tu comida?
¿Para qué Dios, la naturaleza, la sociedad, el ambiente, tu familia
Te ha hecho diferente de los demás con un ansia enorme de creación
Para que mueras en la tarde de décadas en silencio
Llorando con tus creaciones e investigaciones que a nadie alimentan?
¿Para qué crear seres de ese modo y ese lugar para que sufran setenta años?
III, 49.
Lámpara encendida
Encima de la mesa
Calentando un trozo de silencio
Miras el aire y su espesor
Envuelve tus minutos.
III, 50.
Haces lo que tus deseos te señalan
Bueno o malo o regular
No pisas un templo sagrado
O estás dentro de él todos los días
Pero olvidas el dolor que causas
Tus antiguos traumas rodeados de aire
Pronto ya te enfrentarás al Juicio.
III, 51.
Si tus palabras y pinturas no te dan la gloria en este mundo
Que no te conduzcan a la no gloria en el Otro Mundo.
III, 52.
Días rompen la espalda del sollozo
Argamasa de sarmientos clavados
Corazón de almas hambrientas de Sed
Negrura del alivio amanecer
He oído el susurro de esperanza.
III, 53.
No saber que pasará mañana
Dentro de ciento veinte días
Eternos recodos de pies manos envejecidos
Se han ido alegrías buscando la noche
Los pies y manos y cabeza sin producción.
III, 54.
Una manta de tristeza y temor embarga la mente
Carne y alma unidas buscando rendija de luz
Comen los pensamientos a los mismos pensamientos
Mesa ha caído rota con gafas púrpuras
¿Has reventado tu pasado arando la mar?
Sueños de todos los colores has adornado
Se han visto zozobrar aquellos caminos
Reventadores de racimos verdes y grises ácidos.
III, 55.
Has dejado media vida por hallar un verso perfecto
Ahora tú eres carne y necesita dólares como todos
Aquellos solo buscaron la plata y ahora la tienen
Tú dormido en laureles la gloria eterna cultural
Ahora ni tienes parnasos ni plata
En el hoyo del sufrimiento te mueres en soledad.
III, 56.
No tienes teléfono para llamar a nadie
Se han borrado los números de todos los vientos
Muecas abiertas de luces bohemias relanzando nubles
En el camino trozos de dedos rotos
Ansiaste amistad pero tu cara y lengua
No gustaba a casi nadie
Por mucha moral y respeto que siempre ofrecías
Ni murmuraciones y siempre te silenciabas
Tu piano no desentonara de la media
Has dormido bisiestos a bisiestos en hueco del árbol
El aire y las flores te miran con sonrisa
La naturaleza te consuela de tanto en silencio soledad
El cajón del existir se ha roto en espalda.
III, 57.
Pides poco
Siempre has solicitado poco
Te han dado menos
Casi nada.
III, 58.
Buscas algo nuevo
En tus ojos miradas
Silenciosas de nenúfares sin flor.
III, 59.
Queda la cantidad
Se ha perdido la cualidad
Resta la cualidad
Se ha olvidado la cantidad.
III, 60.
Un buitre en la memoria
Cadáver de recuerdos
Somnolientos de miradas
Han acontecido campanas
Retorcidas sin llaves.
III, 61.
Se han roto las vestiduras del yo
Firmamento con estrellas cayendo al mar
Te has perdido en ti mismo
No encuentras el hilo de Ariadna
Que te conduzca a tu hogar
A ti mismo mirando desde el sillón.
III, 62.
Notas en sus palabras
Alguien que no ha pasado de la adolescencia
Tanto odio e inquina al ser humano
Al otro
Camufle de sonrisas o de dolor
Que pide al destino que no le otorgue un alto cargo
Alta responsabilidad en el futuro.
III, 63.
Superficie blanca y lisa
Mesa de nenúfares y naranjas
Sonríe el alma al oírla.
III, 64.
Nace el diluvio volcán de dentro
Obscuro y blanco
Si no controla su poder
Agrandas lo claro y reduces la sombra
Te comerá y deglutirá
Destruyendo mucho bueno de ti
Y sus olas como seísmo atraparán
A otros ojos inocentes.
III, 65.
Nuestro silencio
Es tu voz.
III, 66.
Sueño de árboles abiertos en canal esperando el firmamento de estrellas
Rodeados de túmulos cabestros encerrados en sistemas de pensares
Laberintos que ansían desvelarse a los ojos de mente de nada.
III, 67.
Poder y deber
Deber y poder.
III, 68.
Canto al ser que respira
No importa el color de ojos y piel y cerebro
Habite en un trozo de tierra o de agua o de mar o de aire
Canto a cualquier boca.
III, 69.
Pude tomar muchos caminos estéticos
Muchas fondas y muchos dilemas
Hice lo que deseé era más verdad y más bondad
He pagado un alto precio de dolor quemado al aire
El tiempo si permanece dirá si tiene algún valor.
III, 70.
No pienso ya solo en mi terruño
Canto a todo ser que bucee en el mito de Europa
Un día seremos un Estado
Todos los colores de sus playas y montañas
Formando una unidad en un horizonte de futuro
Tantos siglos de deseos de una unidad
Tantos milenios esperando ser un Algo Unidos.
III, 71.
Besé miles de páginas con miles de imágenes pinturas
De ambos nació una arquitectura conceptual cultural
Se han roto las mieses de todos y nadas
Ver el silencio abierto en canal estrecho de tarde.
III, 72.
Te encadenan tantos brillantes clavos de blancos cordeles
Ideas aspirando a ser y estar en trozos de pensamientos
Laberintos abiertos de la tarde rezumando fríos escorias
Se han alejado miércoles de estufas abiertas en redobles
Camina la flor perdida en su esencia de ser estar.
III, 73.
Compongo palabras conceptos con aires de nadas y todos
Ya es tiempo de no pensar sentir en laureles parnasos
Solo expresar algo de algo de una mente con una neurona
Besándose los ojos con las vivencias de experiencias
Posibles caminos de ser en los caminos de los otros.
III, 74.
No comprendes imágenes palabras conceptos colores
De estas palabras llenas embarazadas de posibles
Se han roto las luciérnagas en caminos abiertos
Tú no los entiendes pero tu cerebro sí
Hablo a las neuronas inconscientes de tu cabeza
Al consciente ya recibe tantos millones de pasajes
Tiene demasiados emisores solo busco el silencio
De tus labios abiertos en unas gafas preñadas al sol.
III, 75.
El junco cae destrozado por la circunstancia
Aire o hielo o fuego o sequía
Ha destruido un tiempo y un espacio.
III, 76.
Me duelen los escándalos en las altas coronillas de carmesí
Seres de buena voluntad y buena inteligencia y sin hijos legales
Si estos algunos caen en las tentaciones
¿Es que es tan malo el ser humano?
¿Si los buenos tropiezan en tantos árboles con hierros en sus púas?
¡Dios, dios que no saboreo el aire!
III, 77.
Labios que abren esperas esperanzas
Se detienen las pasiones inconfesables de ser
Tentaciones deseos emocionales escondidas
Creáis que todo lo tenías metido en latas controladas
Ahora comprendes que se han muerto tus paredes
Hombre es un volcán magmático de deseos de todo
Lava con agua de hielo el interior que no explote
Te mate tu ser ahora y en flores de eternidad
Creías que todo estaba bajo los diques de racionalidad
La ventana de la moralidad puede hacerse añicos
No desees y no percibas y no pienses
Átate a la cruz madero clavado del Nazareno
Soporta los seísmos de la interioridad
Que desea clavarte el clavo de las pasiones.
III, 78.
Siglos
Malaria
Aire fuego
Viento
Racimos
Uvas negras y blancas
Enrojecen ojos
Estrella amanece.
III, 79.
Nadie enseña verdad con bondad belleza
Pasión de deseos volcán bomba
Cómo poner paredes de moral al río de lava
Fluyente desde el interior
Dormido creías el pájaro de pasión
Entrecortada de voces laberínticas
Décadas has controlado el fluir de todo
Ahora que está muriendo la carne
El espíritu alma lucha en muerte mortal
Para que antiguo asno no mate al ser futuro.
III, 80.
Patata caliente obertura de boca abierta
Esperando deseos imposibles
Imaginaciones olvidas imaginarias de árboles
Con frutos de colores y despertando lo hundido
Comprendes ahora como tantos han caído
En sinfonías de todos los sabores y gustos
Ahora te haces más humano sin piel y con nervios
Te caes del pedestal sin probar nada
Solo sufriendo la tempestad de la irracionalidad imposible.
III, 81.
¡Qué futuro espera a ese ser?
¿Si no estudia y no trabaja la mente?
¿El temor se adueña de tus pensamientos profundos?
¡Pides a Santísima Trinidad que abra su corazón mente!
Día tras día la derrota es tu postre del atardecer
Retomas cada mañana al Nazareno más súplicas
La pena te embarga meses y años y dúos de años
Esperas el día del milagro del cambio de voluntad.
III, 82.
¡Cuánta angustia dolor tristeza pena sufrimiento remordimiento!
Se derraman lunas y lunas sin color
En horizonte.
III, 83.
Gafas abiertas a las estrellas
Rompedoras de cristales
Encontrando hallando el misterio del mundo
Acercas la mano al saber de palabra
Se olvidan los cimientos de las nubes.
III, 84.
No es este poema lo esencial
Es tu mente que se enfrenta con esta montaña
De imágenes palabras conceptos colores
En esa batalla de campanas resuena
Un labio suspiro de ser
Tu interioridad
Ese es el verdadero verso de tu ser.
III, 85.
No temas la censura
Nadie te cortará una palabra o un color
No hay ningún ojo que saboree tus palabras
No tienes ningún ojo que aplauda o lamente o critique.
III, 86.
Coloqué un nombre modesto de paja
Cuadernos
Allí metidos están tantas miradas.
III, 87.
Dolor mal
Qué lugar y flor enseña al mundo
Brillo y bien y bondad es todo
Lo negativo solo es un traspié tentación
Lo inmenso blanco es infinitamente más mejor
Que lo negro punto
Metidos en la piel sobrevaloras lo frío negro obscuro
Pero la Infinidad del Calor Luz Absorbe Todo
Ganará la inmensidad partida del universo
No lo dude tu corazón alma carne.
III, 88.
No sabes si dentro de 120 amaneceres
Si volverás a recibir un salario por tu sudor
O ya en el silencio de esta vida dormirás esperando
Nadie querrá ya tu poco saber
Nadie que tus manos realicen un algo
Que sirva a otros en el silencio anónimo de millones de bocas
Han cruzado los vientos de soles
Tantas piernas cruzaron sus huesos para que cayeses
Para que recordar tantas maldades de infamias de tan pequeños seres
Que pequeñas manos rompieron muchos de tus huesos
Tú no eres perfecto
Pero la buena voluntad y buena intención y buen corazón
Jamás se te ha roto en otros vasos
Pero tanta miseria moral has conocido en tantos ojos
Tantos labios dulces que chorreaban maldad en pequeños borbotones
Han tropezado tu corazón en las púas de otros ojos
Has perdido tantas batallas guerras que no has buscado
Casi siempre has ido a recoger el pan
Y dentro estaba la amargura del fracaso
Había uno más esperando detrás de la puerta para ti
Tanto esfuerzo y semillas se quedaban paralíticas sin agua
No entiendes por qué tanto alejamiento de la sonrisa del éxito
No quieres romper los huesos de nada nadie
Solo deseas que el arado produzca frutos también para tus labios.
El Buen Dios también te ama a ti pequeño lamento
Esa esperanza luz te hace respirar un nuevo minuto.
III, 89.
Quería plantar solo un árbol libro
Con miles de hojas páginas
Miles de Conceptos e imágenes pinturas
Críe un solo árbol
Enorme se convirtió con millones de palabras dibujos
Pero nadie deseaba sentarse a su sombra
Ni que sus frutos le calentasen el estómago
Y el criador del árbol mirando desde lejos
Sentía una enorme tristeza pena desaliento ahogo
Caía doblado por tormentas fuego agua piedra
Miraba desde la tierra de barro agua
La sombra que las hojas tapaban las piedras.
III, 90.
No desees la carne que no te pertenece
Olvida tentaciones y miradas
No desees los huesos que no te ha dado la Providencia
Olvida instintos y libidos y pasiones
No desees los nervios que no te ha dado la historia
Olvida pulsiones y la animalidad de tus cuevas magmáticas.
III, 91.
Un día te pesarán el corazón
Frente a la pluma
¿Y hacía donde rodará el plato?
III, 92.
Te obsesiona en la cabeza
Te martillea por dentro
Creías que habías superado esos laberintos
Te destroza las neuronas
Recuerdos y olvidos se destruyen
Salir a la playa de tranquilidad sosiego sol
Lucha interna de bien y no bien y de mal y no mal
Creías que esas fauces de dientes ladrillos tiburones
Estaban sosegados desde hace bisiestos
Pero las púas detrás de la tarde han caído
No son reales solo pensamientos deseos tentaciones
Te rompen la mirada
Sabes que está detrás el Malo
Conoces ya sus dedos y garras y garfios
Un viejo conocido de tantos recovecos
Ya entiendes algo de sus viajes y sus colores y pecados y pesares
No eres ya el adolescente imberbe sin experiencia solo con ideales
Ahora ya conoces sus engaños vestidos de bienes o temores o males o deseos
Pones tu luz en el Altísimo Crucificado Eterno Dios
Y miras hacia Él para que te caigan sus lágrimas y sangre
Te cure por dentro las neuronas y por fuera de la piel y el exterior de los cabellos
Y esperas
Esperas el próximo dilema tentación
Siempre hay uno
Uno más que te espera detrás de la curva de la tarde puerta
Hasta el último suspiro
Que vendrá en forma de desesperación y escrúpulos
Y tú tendrás que atarte a la Inmaculada que te lleve con su rostro
Al Señor Eterno Inmortal Infinito Santísima Trinidad
Te acoja su misericordia como escudo y tape tus ojos de la caída.
III, 93.
Acoge una mano
A un pie
Y ambos luchan
Por contarse quien es el más esencial
Pero ambos cansados caen cada noche
Siempre amanece una nueva contienda.
III, 94.
Algún día tuvieron buena voluntad
Buenas intenciones y buenas obras
Son altos personajes del misterio
Tienen más inteligencia que la media
Saben más conceptos que la mayoría
Pero han caído en tentaciones de diversos colores
¿Es que los humanes somos tan malos?
Detrás está buscando a quien reventar y deglutir en sus fauces
Recuerdas y entiendes y comprendes
Que no puedes alejarte del árbol de cruz Salvador.
III, 95.
¡¿Qué he sido!?
¡¿Qué seré!?
¡¿Qué he sido hace veinte años!?
¡¿Qué he sido!?
¡¿Qué he sido hace mil años!?
¡¿Qué seré dentro de mil años!?
III, 96.
Se rompe la estructura de la ropa
Aspavientos de carne y sedientos de aire
Rezuma el viento la fragancia de lo que fue
O la negrura del recuerdo
Siempre ha sido el ocaso de un tiempo
No de un ser que admira las estrellas
Cambian las penumbras de las tildes
Te encuentras perdido en ti mismo
Todos son yoes que quieren entrar
En la historia del mundo
Unos con un clavo otros con una madera
Yo también he caído en la avaricia de gloria
Reconozco que ha sido mi soberbia
Décadas he intentado que mi nombre
No se olvide por los tiempos
Avaricia de vanidad de vanidades
Miles de millones de ojos me han precedido
No quedan apellidos solo los ecos de sus actos
Debo volver a comprar la bondad verdad
Y arar cada día mi campo con el bien
Ese es el gran monumento de todo ser
Lo poco que sea bueno en el atasco del existir.
III, 97.
Soñaste que podrías besar la verdad bondad belleza
En el caos de cada día lleno de rutinas irracionales
Con algunos icebergs de racionalidad sensata.
III, 98.
Obscuridad del silencio
Viene el viento y arrastra el temor
Estás en una situación con varias tetralemas
Camino que silencie la pierna o el brazo
Temor ante la salida no verdadera
Penas en el penar diario
Percibir lo evidente y seleccionar lo erróneo.
III, 99.
Intentar poner nombre a lo interior
Cuevas y mares y volcanes y brisas
Ni el que lo arrastra lo conoce
Ni el que lo sufre lo entiende
Somos un misterio para cada uno
La hoja cae y percibimos su vuelo
Pero no captamos los millones
De movimientos de neuronas
Cada parpadear de conciencia
Inconsciencia en laberinto del mundo.
III, 100.
Un movimiento del aire en el interior de la habitación
No ha movido las moléculas externas sino las internas
Rezuma laberintos de gafas y papeles con letras
Algo se ha deslizado en la isla interior de uno mismo
No importa mi yo y si importa mi yo
Todos somos iguales en el noventa por ciento
Con similares alegrías y tristezas y pasiones y codicias
Estar como el árbol existiendo sin preguntarse por qué.
III, 101.
No escribir un poema
Para que tea alaben generaciones futuras
No
Redactarlo para olvidarlo de tu conciencia
Esas imágenes y palabras te dejen dormir esta noche.
III, 102.
Hay cien oídos cerebros labios
Que transportan la gestión de los poemas
Desde hace décadas
Habrán leído y pensado docenas de miles de versos
Si llega mi imagen con palabras y conceptos
A sus cerebros
Y no le dan valor
Debo sentir reconocer sin duda
Que la esencia de mi mirada no es suficiente profunda
Aceptar el veredicto sin lloros
Ni cascadas de lamentos.
III, 103.
Crean rumores
Crean dolores
Son tan lúgubres
Ni valor dan a un pésame
Tan alejados de compasión.
III, 104.
Cayó una semilla al tiempo
Nació una esperanza con cabeza.
III, 105.
Brazo roto se cura con semanas
La herida o falta es perceptible
Roto algún artilugio de la mente
De aliviarse dura meses o lunas
Tantas veces va empeorando
El penar no tiene límite
Rezuman gafas recogiendo gotas.
III, 106.
No ennegrezco esta hoja blanca para ti
Porque no sé si estas uvas llegarán a tus labios
O morirán sin tierra en este cajón electrónico
Tengo miedo del hambre y lleno líneas
Sin ritmo pero con conceptos e imágenes
Para que un comité de sabios de lo último
Acaricie estas palabras en sus neuronas
Abriendo una puerta a un pequeño laurel.
III, 107.
Dicen que hay un lugar sin espacio
Dicen que hay un tiempo sin tiempo
Le llaman eternidad con el Yo soy.
III, 108.
Desearía sentir
Que puedo hablar con el Omnipotente
Que me escucha
Que me alivia corazón
Que me borra mancha
Que me quita dolor profundo.
III, 109.
Están todas las elucubraciones
Qué cardenal se convertirá en blanco
Todas las quinielas abiertas
Mi mente solo desea que sea bondadoso.
III, 110.
A mi edad tantos ya habían conquistado
Cátedras
Imperios
Laureles
Experiencias
A mi edad tantos esfuerzos
No sé si en cien días
Sentenciarán que no necesitan mis manos
Ni mis neuronas.
III, 111. “Ciudad”.
Una hilera de piedras sobre piedras
Dentro corazones sobre corazones.
III, 112.
Se mueve una gota de agua en un torbellino
Se conmueve un torbellino en una gota de agua.
III, 113.
No comprendo nada
No entiendo la vida.
III, 114.
Porque tienen ropa y saben hablar
Se creen superiores a todos los seres vivos
Cuando somos más irracionales que los irracionales.
III, 115.
Después de diez años de aquel instante
Aquí en esta tierra solo quedan huesos
A los cien años solo moléculas de polvo
A los mil años solo vacío de polvo
A los diez milenios aún quedarán ecos
Torbellinos de tus acciones y palabras
En millones de sujetos que nunca sabrán
Quienes realizaron esos gestos.
III, 116.
A ti desconocido que tus ojos observan estas palabras
Solo puedo decirte que deseo tu felicidad
Pero que yo he fracasado en casi todo
Espero que de existir el Buen Dios
Me acoja en su seno y tenga misericordia de mis ojos.
III, 117.
Desearía morir pensando que un ser humano bueno
De verdad bueno sin engaños y sin mentiras
Es mejor que un racional muy sabio o poderoso
Desearía fallecer deseando que un racional santo
Está más elevado en la montaña espiritual
Que otro que haya conquistado imperios de oro o tierras.
III, 118.
El eco resuena en la flor
Mueves los labios
Rezuma canto del silicio.
III, 119.
Miro hacia atrás y siento pena
Miro hacia delante y siento temor.
III, 120.
Tantas veces ver a persona buena es pisada
Tantas a la menos buena donan laureles.
III, 121.
Desearías que el Buen Dios existiese
Y que su mano acariciara tu rostro
Tantos ojos te han despreciado
Que solo deseas que exista Otro Consuelo.
III, 122.
Pierde la razón y las palabras a borbotones hieren el aire
Por mucho que deseas que se sosieguen los labios
Tormentas huracanes de desalientos desesperanzados
Habita el pequeño lugar donde pudieron haber sido felices
Han destruido su pequeña felicidad terrena
Solo sienten que les espera más fusiles de dolores
Si es que no pierden también la alegría de la Gloría
Todo podría haber sido fácil como el agua tranquila
Pero voces de mal horadaron la pequeña casa del amor
Y la rueda del sufrimiento de Gautama continúa.
III, 123.
Inmensa maravilla poseer diez dedos
Atrapan el silencio y el vacío
Inmensa alegría poseer carne y nervios
Adornado con mente y espíritu
Y estar respirando este aire que se abre al Infinito.
III, 124.
No sé lo que soy
Cada voz de palabras
Dicen que soy algo distinto
Perdido en laberintos de los mundos.
III, 125.
Dicen que el Omnipotente existe
Dicen que el Omnisciente habla
Dicen que el Omnisanto te ama.
III, 126.
Me miro al espejo
Y no me reconozco
No encuentro mi yo.
III, 127.
Miran las arrugas y sombras y lo blanco del cabello
Pero el existir te ha desgastado más por dentro
Observan la curvatura de ojos y espalda
Pero el vivir te ha entristecido más el interior.
III, 128.
Tendrás una pequeña alegría
Un pequeño triunfo
Seguro que existe un ser al lado
Que se incomoda por ello
O no es capaz de sonreírte.
III, 129.
Hay tantos poderes en este mundo
Tantos con tantas banderas e ideas
Tantas bocas con cuchillos y sierras
Que es casi imposible solo estar
Solo ser y estar y respirar y morir.
III, 130.
La mente es todo
En la tierra hay muchos caminos de las neuronas
Cada uno recorre unos cuantos de infinitos posibles.
III, 131.
Todos quieren cambiar la Iglesia de Roma
Todos saben el camino para el futuro del espíritu
Todos conocen cual es el cristianismo auténtico profundo
Todos sienten que arrastran con ellos la verdad esencial
Pocos se plantean que solo hay una puerta: bondad gracia.
III, 132.
Buscar una vocación proyecto de existir en algo
Has ido de un árbol a otro jamás dándote fruto ninguno
Te encuentras ahora en el silencio de tu existir
Sin saber lo que has sido y lo que puedes ser
Perdido en los millones de instantes
Cómo mover la rueda del mundo para un futuro.
III, 133.
Se reúnen en una mesa cualesquiera cuatro lenguas ocho orejas
Deciden un rumbo para un mundo
Sin papeles escritos ni firmas solo aire y silencio
Se transforma algo bueno o malo
Nadie jamás sabrá de dónde ha nacido el arbusto orden.
III, 134.
Miraste un hilo de tela flotando en el aire
Cayó de bruces en sentimientos del sillón
Que era una realidad o una fantasía mental
Un arrobo de ser o un estar de una entidad
Todo se ha roto destrozado en los labios.
III, 135.
Pusiste tanto esfuerzo sacrifico
Dejaste tantas opciones y posibilidades
Han pasado tantas lunas, cientos de lunas
Todo se ha roto en una vasija sin agua y sin barro
Pudo haber sido un gran árbol
Nieve y frío han acompañado los labios.
III, 136.
Un soplo de aliento vivo
Tantos arados has cogido tus manos espaldas
En todos has fracasado
El sudor a raudales
Ojos rotos ennegrecidos de dolor y sangre
Por qué ninguna fortuna me ha besado los pies
Casi todo ha sido dolor y pena
Se han roto tantas esperanzas solo en esperas
Y la aguja del pasar de este mundo a Otro
Se va acercando
Cuando oigas la voz del Buen Dios
Solo podrás decirle
He empezado tantas cosas y en todo he fracasado
Acéptame estas manos vacías
No pienses en los planes providentes que tendrías
Para estos ojos y estas manos
Retoma tú el timón y dirígelo con otro a mejor destino
Y permíteme que esté eternamente a tu lado.
III, 137.
A tu edad tantos habían construido grandes glorias hazañas
Cátedras de todo tipo acumulación de poderes y dólares
Púrpuras o mitras o laureles o sabidurías o buenos asientos
Otros llenos de experiencias y placeres
Solo miras lo que pudo ser y solo saboreas el vaso de vinagre.
III, 138.
Dentro de lo dentro
Interior de lo interior
En el círculo de todo
Está un yo
Pero perdido en su laberinto
Esperando en el aire
Suspiro
Una palabra de verdad bondad.
(11 Feb.- 12 marzo 2013 Cr).
[1] - 1ª Edic.: D.l. Cr-360-2015. Título: Epopeya. Poesía. Antología.
- 2ª Edic.: D.l. Cr‑541-2015. Título: Epopeya, XI, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII.